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JUBILADOS: UN FESTIVAL CON DOS POSICIONES NEOLIBERALES

El 82% no vendrá ni de los K ni de la oposición patronal

La discusión sobre las jubilaciones ha desnudado un patético juego de roles. Ambos bandos (oficialista y opositor) se acusan de “neoliberales”. Y tienen razón.

Octavio Crivaro

15 de julio 2010

El 82% no vendrá ni de los K ni de la oposición patronal

La discusión sobre las jubilaciones ha desnudado un patético juego de roles. De un lado, los radicales que con De la Rúa recortaron un 13% los salarios de jubilados, docentes y estatales, junto a los “socialistas” de Binner y Giustiniani, proponen elevar las jubilaciones a un supuesto 82%.
Ellos, curiosamente, junto al menemista De Narváez, acusan a los K porque “se desesperan por pagar la deuda externa con reservas pero se niegan a actualizar las jubilaciones” (¡!). Del otro lado, el gobierno que gustó venderse como el que “se preocupa por los jubilados”, dice que los recursos fiscales “no alcanzan” para ese proyecto que de por sí es limitado y engañoso. Ambos se acusan de “neoliberales”. Y tienen razón.

Fondo de sustentabilidad (de la deuda y los empresarios)

Al nacionalizarse los fondos de las ex AFJP se creó el Fondo de Garantía de Sustentabilidad, que al día de hoy tiene $150 mil millones. Mientras que el sentido común sugería que el fondo serviría para recuperar los aportes de los trabajadores, hoy tenemos jubilaciones de $895, mientras que el FGS se utiliza como financiamiento para grandes empresas y para el propio Estado. El gobierno impulsa que las jubilaciones solamente aumenten lo previsto por el irrisorio índice de “movilidad jubilatoria”, un congelamiento encubierto, mientras la ANSES reconoce que ya son $7000 millones puestos en “sectores productivos”, un eufemismo para denominar empresas que la “levantan con pala” (por poner un ejemplo: se financia con $400 millones a la industria automotriz, una de las ramas con ganancias extraordinarias). Otra buena parte del FGS ahora se destina a dar crédito barato al Estado, que mientras tanto ya pagó más de U$S 2.658 millones de deuda con el Fondo del Bicentenario. Este es el contenido de la política previsional de los K.

Para las grandes empresas todo; para los “pasivos”... (mitos sobre las jubilaciones)

El discurso oficial afirma que en los últimos años las jubilaciones aumentaron un 497%. Esto es un engaño. A las jubilaciones la componen dos partes, la Prestación Básica Universal (PBU) y la Prestación Complementaria-Prestación Adicional por Permanencia (PC-PAP). La PBU es hoy una suma fija de miserables $422. La otra parte (PC-PAP) es un promedio “actualizado” de los 10 años del trabajador previos a la jubilación. Pero la actualización, que deja de lado las sumas “no remunerativas”, se hace calculando la evolución de las jubilaciones y no los aumentos (¡ni siquiera!) que tuvieron los trabajadores de cada actividad, ni menos el aumento real del costo de vida. Así, en la carrera entre precios y jubilaciones, las jubilaciones empiezan dos cuadras atrás y, por las dudas, el Estado les roba las zapatillas. Esto es lo que explica que un jubilado que ganaba 1000 pesos en 2002 hoy gana 2100, mientras que un trabajador que ganaba 1000, hoy gana 3900 en promedio. Los salarios son bajos, las jubilaciones bajísimas.

El 82% del 25% no es el 82%

Página/12 cita el decreto de Frondizi que estableció el 82% móvil: “el haber de la jubilación ordinaria será equivalente al 82 por ciento móvil, de la remuneración mensual asignada al cargo, oficio o función de que fuere titular el afiliado”. Leyendo eso ya se desnuda la mentira del “82%” de Giustiniani y la oposición: la oposición de derecha propone que sea del salario mínimo, es decir jubilaciones de $1230. Hoy un trabajador que al momento de jubilarse gane $4000, pude retirarse con la mínima de menos de $900. Giustiniani y la UCR “conceden” que lo haga con $300 más, pero no atacan que las jubilaciones sean de un 25% o 30% del salario al momento de jubilarse. Además, Giustiniani propone que este “falso 82%” se financie con el superávit de la ANSES, con el FGS y reasignando partidas del presupuesto, pero no atacando los intereses de las grandes fortunas. Pino Solanas y Claudio Lozano apoyan “este” 82%, pero lo condicionan a la justa pero elemental medida de restituir los aportes patronales al nivel de 1993. ¿Por qué la centroizquierda acepta como criterio un salario mínimo de $1500? Siempre plantando “pinos” con los K y la oposición, y ni un “arbusto” para los trabajadores.

Que las jubilaciones las pague el estado y las financien los capitalistas

Gobierno y oposición coinciden en mantener las jubilaciones muy por debajo del costo de vida, y en que no se hable de que sean los grandes empresarios los que las financien, restituyendo los aportes patronales, aplicando impuestos progresivos a las grandes fortunas, acabando con el trabajo en negro. ¿Que no hay plata para jubilaciones? Que se deje de pagar la deuda externa y habrá fondos para jubilaciones del 82% en serio, para la salud pública, para la educación. Los sindicatos tienen que dejar de apoyar, unos, el discurso capitalista de los K de que “no hay plata” (Moyano y Yasky), y otros, el engañoso 82% de la oposición de derecha, y movilizar a los trabajadores por salarios iguales a la canasta familiar, para que la ANSES deje de ser la caja de los gobiernos y esté bajo control de los trabajadores, jubilados y pensionados, y por jubilaciones del 82% de los salarios, actualizadas según los aumentos de cada actividad.

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