por Juan Ignacio Rovere - Dirigente del PTS y candidato a Intendente de San Miguel de Tucumán

El Frente de Izquierda se probará una vez más en Tucumán, dos semanas después de haber superado ampliamente el piso del 1,5% que exigía la ley proscriptiva y habiendo alcanzado en la San Miguel de Tucumán casi el 3% de los votos. En consonancia con las elecciones primarias del 14 de Agosto, donde Cristina Kirchner sacó más del 65% de los votos, se espera que estas elecciones vuelva a primar un voto conservador que consagre ganadora a la “millonaria” fórmula Alperovich-Manzur.

Estas elecciones, sin embargo, tienen características particulares. Para lograr presentarse por tercera vez consecutiva Alperovich consiguió la aprobación de la Corte Suprema, y para garantizar un gran caudal de votos, tiene a su disposición el amplio espectro de acoples electorales que desplegará un abanico casi 50 boletas sólo en la capital de la provincia, propiciando además el fraude electoral. Entre los protagonistas de estos acoples encontramos desde abogados del bussismo hasta los principales burócratas sindicales de Tucumán, como Ramírez de ATSA, Rodríguez de ATE o Bordonaro del STIA.
Para no desentonar, la UCR también intenta recolectar votos vía acoples donde encontramos desde candidatos empresarios hasta representantes de las patronales agrarias locales. Incluso, cuentan con el apoyo del Partido Socialista que hace sólo dos semanas se mostraba como opositor a los radicales. El Diario La Gaceta publicó una nota destacando que hacen falta al menos $500.000 para garantizar la logística de una elección; si a esto le sumamos que la Junta Electoral Provincial adoptó una medida para impedir que los fiscales puedan votar en la misma mesa que fiscalizan, estamos en un escenario que dificulta cada vez más la participación de aquellos partidos que no contamos con millones de pesos para las elecciones.

El PTS Tucumán continuó la gran campaña militante desplegada el 14 de Agosto, a contrarreloj, con pegatinas, volanteadas y agitaciones en lugares públicos, llegando a numerosas facultades, hospitales, escuelas, fábricas y barrios con una gran aceptación. Nuestra campaña estuvo centrada en la denuncia a la agenda represiva que viene imponiendo el gobierno y casi todo el arco opositor, donde es difícil distinguir a la kirchnerista Stella Maris Córdoba de Ricardo Bussi o del mismo gobernador Alperovich.