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NACIONAL

SOBRE EL ADELANTO DEL NUEVO LIBRO DE ALFREDO ZAIAT

¿”Economía a contramano” o una gran autopista para saquear el país?

Alfredo Zaiat, habitual columnista de Página 12, publicó un anticipo de su libro: Economía a contramano. El título alude al supuesto carácter desafiante de la política económica kirchnerista. En el anticipo intenta explicar el cepo cambiario a partir de los sucesos de fugas de capitales. Pero ni Zaiat ni Cristina explican porqué se fugaron casi U$S 80 mil millones entre 2007 y 2011

Pablo Anino

8 de noviembre 2012

El 4/11 Alfredo Zaiat, habitual columnista de Página 12, publicó un anticipo de su libro: Economía a contramano. El título alude al supuesto carácter desafiante de la política económica kirchnerista. En el anticipo intenta explicar el cepo cambiario a partir de los sucesos de fugas de capitales. Mientras Zaiat alegremente presenta su libro y Cristina recomienda su lectura, ninguno de los dos explica porqué se fugaron casi 80 mil millones de dólares entre 2007 y 2011, hasta que se decidiera el cepo cambiario, apenas un dique pequeño en una catarata de dólares que se siguen yendo del país. Celebran cómo el gobierno resistió seis corridas bancarias, pero es un consuelo de tontos, impávidos ante el saqueo de las riquezas que los trabajadores del país producen. Zaiat en realidad hace una autoacusación: los Kirchner tienen el récord en fuga de capitales.

Los dólares de los imperialistas no se tocan
Para Zaiat “La fuga representó el equivalente a casi el 80% del saldo positivo de la balanza comercial”. En castellano, casi toda la ganancia del comercio exterior se fugó. Esa fuga, para Zaiat, se debe entre otros factores (nivel del tipo de cambio, valor del Real del Brasil, etc.) a “una suerte de obsesión por el dólar”, una particularidad argentina. En vez de buscar justificar al gobierno lo que tendría que hacer Zaiat es explicar porqué en años en que muchísimos dólares entraron al país por el inédito superávit comercial (la diferencia entre lo que el país exporta y lo que importa), hoy faltan dólares. Es sencillo: además de la gigantesca fuga, el dominio del capital imperialista sobre la economía del país es avasallante y se profundizó con los Kirchner. Automotrices, megamineras contaminantes, bancos, hacen sus ganancias en el país y las remiten a los centros imperialistas sin ningún cepo. Zaiat con un pase de magia convierte en virtud el saqueo de las riquezas del país.

El verso del desendeudamiento
Aunque los K repitan que hubo desendeudamiento porque se redujo la relación de la deuda en términos relativos al producto bruto interno (lo que el país produce en un año), la deuda en términos absolutos no paró de crecer. Sigue siendo una gigantesca sangría. Si no, no se entiende porqué, en momentos de escasez de dólares, en agosto, Cristina tuvo que poner en manos de los especuladores 2.300 millones de dólares para el pago del Bodem 2012. Esos títulos, emitidos para compensar a quienes quedaron atrapados en el corralito, en su gran mayoría estaban en manos de los fondos buitres que los compraron a bajo valor en medio de la crisis de principios de siglo. Ya el canje de Lavagna y Néstor Kirchner había sido un enorme negocio para los especuladores que compraron a precios devaluados los bonos. En 2010 Boudou les ofreció un nuevo negocio con otro canje. Durante el gobierno de los Kirchner, los intereses y pagos de capital de la deuda se comieron un promedio del 37% de los recursos anuales del Estado.
El último argumento K es que la deuda dejó de ser un problema porque una parte importante de los bonos están en manos del propio Estado dado que son colocados en la Anses, en el Pami y el Banco Nación. Pero este “logro” es gracias a dilapidar reservas y a usar dinero que debería ir al pago del 82% móvil para los jubilados, educación, salud y un aumento significativo de la asignación universal por hijo, para entregárselo a los buitres que mientras son vilipendiados por cadena nacional, son cobradores privilegiados. Entretanto, para Diego Bossio, presidente de la Anses, el organismo caería en déficit si hace caso a los fallos de la Corte que ordenan pagar el 82% móvil a los jubilados.

Los dueños de los dólares, beneficiarios del “modelo” K
Zaiat presenta los mayores compradores de dólares de 2011 hasta la aplicación del cepo. La familia Frávega, que se llena de plata vendiendo electrónicos, es una compulsiva compradora. Jorge Brito, dueño del Banco Macro y amigo de los K, figura en el top ten. Carlos Pedro Blaquier, dueño de la genocida Ledesma y adulador de Cristina, es de la partida. Los Ezkenazi, que contribuyeron al saqueo de Repsol, luego que los Kirchner lo ayudaran a ingresar a la petrolera, también ranquean alto. Entre las empresas figura Cerro Vanguardia, una megaminera contaminante, que opera la AngloGold en Santa Cruz desde la época de Néstor gobernador. Arcor y Siderar (la siderúrgica de Paolo Rocca), ambas otrora modelo de la “burguesía nacional” que los Kirchner quisieron alimentar, no se privaron de dólares. Santander, Tarjeta Naranja y Liberty, entre otros bancos y financieras hicieron sus “ahorritos” en dólares. La lista sigue. Toda una autoacusación del kirchnerismo. Junto a economistas del establishment y algún que otro político opositor, están gran parte de los beneficiados del “modelo”.

Expertos en garantizar las ganancias
Zaiat, pese a reconocer que las reservas del Banco Central podrían ser varias veces superiores a las actuales si no hubiera habido fuga, le atribuye a esas reservas ser un dique ante la incertidumbre económica, que evitó que el gobierno tuviera que devaluar o endeudarse. Esto sería una señal de la “autonomía en la política económica y monetaria”. Reconoce que Zaiat que, pese al “éxito” económico, como es habitual en la economía argentina, la escasez de dólares devino igual. Ante eso el gobierno respondió con Guillermo Moreno limitando importaciones indiscriminadamente y con cepo cambiario, lo que está entre las causas de la caída de muchos sectores (la más grave en la construcción) y de la desaceleración. Para Zaiat la diferencia con otros episodios de fuga de capitales es que con los K no hubo descalabro económico, ni llevó a una devaluación, ni hubo corrida bancaria. Aunque esa perspectiva no está descartada, como lo indica la alta inflación, que además de deteriorar el salario, afecta la competitividad externa, si todo eso no ocurrió aún es porque los empresarios se la siguen “llevando con pala”.

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