La reunión disparó varias especulaciones y generó una mueca de disgusto en Néstor Kirchner, según contaron fuentes oficiales. Eduardo Duhalde tuvo un encuentro secreto con Mauricio Macri. Una personalidad nueva en la política que seduce al bonaerense, aunque éste lo niegue públicamente para no dañar prematuramente su relación con el Presidente.
Hace tiempo que el ex mandatario y el titular de Boca exploran la idea de un acuerdo político–electoral. De eso hablan cuando se reúnen a comer en la casona de los Duhalde en Lomas de Zamora; o en los partidos de fútbol en los que comparten palco; o en tertulias más reservadas como la de la semana anterior, que se habría realizado en Montevideo.
Duhalde tiene allí una residencia permanente, a raíz de las funciones que cumple en el Mercosur. En rigor, suele usar –mucho más de lo que se sabe– esa casa como lugar de reuniones vinculadas a la política vernácula. Se asegura así cierta privacidad y le escapa a las filtraciones a la prensa.
Hoy, a un año de la elección legislativa de 2005, un acuerdo electoral entre el duhaldismo y el partido de Macri –Compromiso para el Cambio– es una posibilidad que no descartan fehacientemente en ninguno de los dos campamentos. Es verdad que en 12 meses puede cambiar el cuadro de situación. Pero no es menos cierto que, en ese mismo lapso, también puede reformularse la relación Duhalde–Kirchner.
De hecho, un acercamiento concreto entre el bonaerense y Macri hoy sólo parece posible en el marco de un distanciamiento o una ruptura de Duhalde con el Presidente.
Duhalde asegura que sólo piensa en respaldar a Kirchner hasta las últimas consecuencias y habrá que creerle. El Presidente sabe que su antecesor ha venido poniendo el hombro en el primer año de gestión kirchnerista y suele reconocerlo en privado. Hoy se paran como aliados para 2005.
Macri acaba de lanzar su partido en la provincia de Buenos Aires. Fue en Tandil, el sábado último. El presidente de Boca nació en esa ciudad y, justamente por eso, está habilitado para candidatearse en tierra duhaldista.
Según fuentes del PJ, un acuerdo posible sería el siguiente: Duhalde podría postular a su mujer, Chiche, como cabeza de lista para el Senado y Macri pelearía para entrar a Diputados. O bien encabezando una lista con el duhaldismo o bien liderando una nómina propia que respaldaría la candidatura de Chiche. Dicho así, al macrismo no le cierra. Quieren el papel estelar para posicionarse para 2007, año en el que aspiran a ser el partido nacional opositor a Kirchner.
Macri aparece tironeado por su propia tropa porteña: una parte no quiere saber nada con una migración de su líder a la provincia y apuesta a que se consolide como referente de la oposición a Aníbal Ibarra. Otra parte apuesta a meterse en la provincia y ganar posiciones allí como paso indispensable para pensar pensar un proyecto nacional.
Es curioso las distintas formas en que el duhaldismo y el macrismo se pararon frente al trascendido de la reunión. Voceros de Duhalde dijeron desconocer que se haya realizado en Montevideo. Otras fuentes de su entorno, en cambio, lo ratificaron ante la consulta de este diario y explicaron que el senador Ramón Puerta –amigo de ambos– ultimó los detalles.
Macri, de hecho, confirmó ayer la reunión en declaraciones radiales pero, con cierto candor, aseguró que no se habló de política. "Sólo economía", dijo. Sorprende el dato porque quienes conocen a Duhalde saben que al hombre no le gusta mucho meterse en esos vericuetos.