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DEBATE CON EL PO

Dos métodos en la lucha de los tercerizados

Las diferencias que venimos teniendo con la acción del PO en el conflicto de los tercerizados, expresan dos métodos claramente distintos, y por momentos contrapuestos, para la lucha de clases: de un lado, el burocratismo aparatístico que termina contradiciendo el programa obrero y clasista que se dice defender; del otro lado, la defensa de la democracia obrera como la mejor forma de permitir que los trabajadores comprueben, por su propia experiencia, la justeza del programa de los revolucionarios.

Fredy Lizarrague

30 de diciembre 2010

Las diferencias que venimos teniendo con la acción del PO en el conflicto de los tercerizados, expresan dos métodos claramente distintos, y por momentos contrapuestos, para la lucha de clases: de un lado, el burocratismo aparatístico que termina contradiciendo el programa obrero y clasista que se dice defender; del otro lado, la defensa de la democracia obrera como la mejor forma de permitir que los trabajadores comprueben, por su propia experiencia, la justeza del programa de los revolucionarios. Ya es histórico que entre el PTS y el PO hay dos métodos distintos para la lucha y la maduración política no sólo del movimiento obrero, sino del movimiento estudiantil, aunque quizá muchos errores se daban a la poca experiencia en la lucha de clases de este partido ya bastante avanzado en años.

En el corte de vías del jueves 23, se condensaron varios de los errores que venimos señalando en el conflicto de los tercerizados del Roca:

1) Nunca lucharon consecuentemente por asambleas masivas donde pelear por un programa y una política de acción consecuente, disputando la influencia en la base a todas las tendencias y caudillos conciliadores. Ahora impulsaron el corte del 23/12 en forma totalmente burocrática: primero convocaron una reunión en su propio local, muy poco representativa, donde decidieron hacer el corte “sí o sí” y lo anunciaron; luego participaron de una asamblea común con algunas agrupaciones donde se planteó hacer el corte el miércoles 22/12, aunque en esa asamblea, también chica, ya la confusión era mayúscula: la mayoría de los tercerizados presentes eran trabajadores de Herso, que estaban allí citados por sus delegados para ver los listados que había entregado el gobierno, y no tomaron como propia ninguna medida de lucha (por eso no estuvieron sus delegados al frente del corte del 23). Entre los presentes estaba también Diego Cardías, uno de los delegados de Confer, que luego no participó del corte. Un día antes del corte, “alguien” decidió que el corte del 22 no se hacía, sin informar a nadie. El corte del 23 nadie sabe qué trabajadores tercerizados lo votaron. Ni siquiera los delegados y trabajadores de “baños” fueron consultados. Por eso en el corte los tercerizados eran apenas un puñado.

2) Las reivindicaciones del corte fueron decididas arbitrariamente por sus impulsores: ¿cómo puede ser que, si no se estaba cumpliendo un acta por el pase a planta permanente de 1500 trabajadores, ni siquiera unos cientos de ellos se reúnan para decidir qué hacer? ¿considera el PO que los trabajadores se dejarán quitar una demanda tan transcendental sin pelear, o que aceptarán seguir ganando la mitad de los salarios sin luchar? No. La explicación es otra. En la mayoría abrumadora de la base de los tercerizados, así como en los delegados de la Comisión Negociadora, se veía que el trámite de pase a planta permanente avanzaba, aunque retrasado con respecto al compromiso inicial. El gobierno propuso el lunes 20 un nuevo plazo (comenzar con las “altas tempranas” a partir del 23), y la Comisión Negociadora lo aceptó. Nosotros no estábamos de acuerdo, y por eso propusimos una asamblea general. Quedamos en minoría. Pero optamos por acompañar la experiencia de los trabajadores, porque confiamos en sus fuerzas, aclarando permanentemente que apoyaríamos toda acción que decidieran sectores reales de trabajadores por sus demandas particulares. La presión de la burocracia de Pedraza, Maturano y compañía, existió y existe, pero no podía evitar que este proceso culminara con el pase a planta a riesgo de generar un conflicto enorme con centenares de trabajadores. Para el PO sólo existe la presión de la burocracia y no la de los trabajadores masivamente organizados con los delegados de la Comisión Negociadora votados en la Asamblea de Trabajadores Tercerizados “Mariano Ferreyra” reunida en ATE Sur. En el corte del 23, los referentes y abogados de Causa Ferroviaria pretendieron hablar en nombre de todos los tercerizados, cuestión burocrática que sólo puede dificultar la experiencia de la base con sus direcciones conciliadoras, ya que ahora todo retraso en el pase a planta, tanto el gobierno como las corrientes conciliadoras lo atribuirán a la acción inconsulta del jueves 23.

3) El “programa” que propuso Maturano contra el pase a planta permanente, fue en realidad muy similar al que llevó a que la asamblea expulsara al abogado Mendieta hace más de un mes (la propuesta de la Bordó, presentada por escrito, era que siguiera a pesar de este gravísimo error): luego del asesinato de Mariano Ferreyra, presentaron un acta en el Ministerio de Trabajo el 25 de octubre, firmada por su abogado y sus “referentes” de Causa Ferroviaria, donde proponían el pase a planta permanente SOLO de los trabajadores que fueran reincorporados (y NO de todos los tercerizados). El dirigente de PO Juan Ferro escribió en Prensa Obrera, en esos días, que pelear por el pase a planta de todos era una “política de ultimátum”, criticando al PTS por defenderla como objetivo inmediato de lucha. Cuando se podía ganar todo como se ganó, se cortaron solos para presentar un acta conservadora, con una política similar a la que propuso en estos días el burócrata de La Fraternidad (el pase a planta de los despedidos, y sólo equiparación salarial para los demás) que llevaba a frenar el histórico proceso que se venía desarrollando desde hace meses, cuando el gobierno y la burocracia estaban paralizados por la crisis que se abría con el asesinato de Mariano. Por suerte, esa acta fue inmediatamente desconocida por la Asamblea (en ediciones anteriores de LVO hemos dado cuenta de toda esta historia). Los militantes del PO (incluido su abogado) en lugar de reconocer ese grave error, lo reivindicaron (lo hacen hasta el día de hoy) y por esto la asamblea de trabajadores decidió separar a Mendieta del equipo de abogados que los representaba, hace ya más de un mes. Causa Ferroviaria, desde es momento, impulsó su propio “plenario”.

4) Por esta política, PO ya se venía separando del proceso de lucha llevado adelante por la enorme mayoría de los tercerizados. Así, el martes 23/11, cuando más de mil trabajadores festejaban el cronograma presentado por el gobierno de pase a planta de todos los tercerizados frente al Ministerio de Trabajo, cortando la avenida Alem, los compañeros del PO (Causa Ferroviaria) tuvieron que entrar literalmente por la puerta de atrás al igual que los delegados de la burocracia de maestranza.

5) Sobre el tema de los despedidos, PO ha cometido incontables errores. La propuesta formulada en el acta del 25/10 que presentó PO en el Ministerio de Trabajo dejaba a gran parte de los despedidos sin reincorporar. Fue el acta firmada unos días después por la Comisión Negociadora la que le impuso a las patronales 104 compañeros reincorporados que se sumaron a los 79 de la primera tanda, y que luego llegó a la cifra de 217. Ahora, en el corte del 23, dijeron que había decenas de nuevos despedidos de las últimas semanas, cuestión que desapareció luego en los discursos televisivos ¿qué pasó? Otra vez: si hubiera decenas de nuevos despedidos ¿no creen que el activismo se hubiera puesto al frente de nuevas acciones? La realidad es que, de la lista original queda por resolverse la lista de “baños” (nuestra agrupación fue la única que propuso un método común democrático y transparente para responder a los cuestionamientos del ministerio), los compañeros despedidos de UGOFE y algunos trabajadores que aparecieron ahora que fueron despedidos antes del conflicto y piden ser reincorporados. A algunos de ellos, PO los organiza por separado del resto de los tercerizados, debilitando la lucha por su reincorporación.

6) Nuestro método es el contrario. No sólo en el Roca, donde fuimos los impulsores de la asamblea de trabajadores tercerizados, defendiendo la más amplia libertad de opinión para todas las tendencias políticas comprometidas con la lucha. En los ferrocarriles Belgrano Sur y San Martín, los abogados y referentes de la Bordó ayudaron a organizar una Comisión Negociadora de los trabajadores tercerizados, conformada por delegados por empresa votados en asambleas de base. Como se dilataba el compromiso del gobierno, estos delegados convocaron a una asamblea el miércoles 22/12 a las 6 hs., donde votaron que si ese día no los recibía el gobierno y no les firmaba el compromiso de pase a planta con un cronograma preciso, cortarían las vías a las 9 hs. en la estación de Pompeya del Belgrano Sur. Con más de un centenar de trabajadores apostados al borde de las vías, lograron el triunfo, que luego fue reflejado en el diario Clarín del jueves 23. Esta semana la burocracia de la Verde de Pedraza tuvo que adelantar todo el proceso para intentar adjudicarse ella la conquista del pase a planta.

En conclusión, para culminar el proceso de pase a planta, para pelear por la cárcel a Pedraza y por la expulsión de la Verde y su patota del Roca y de toda la UF, por la absolución de los compañeros procesados, consideramos que es vital conquistar asambleas de base donde los trabajadores decidan las medidas de lucha (incluso la autodefensa frente a las patotas), tomen posición en las discusiones entre las distintas agrupaciones y, así, avancen en su maduración política. Cuando los golpes de efecto y la intención de “figurar” liquidan la organización obrera y la reemplazan por decisiones de aparato, no se está construyendo ninguna alternativa sólida a la burocracia sindical.

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