Nota de Miliukov:

“Imbuida del espíritu de una democracia libre, la declaración del Gobierno Provisional, por supuesto, no puede proporcionar la más mínima excusa para que pueda creerse que la Revolución ha implicado ningún debilitamiento por parte de Rusia en lo que se refiere a la lucha común de los Aliados. Muy al contrario, la aspiración de toda la nación de llevar la Guerra Mundial hasta una victoria decisiva se ha hecho más fuerte, gracias a nuestra comprensión de nuestra responsabilidad común, compartida por todos y cada uno. Este esfuerzo se ha hecho aún más activo, puesto que se halla concentrado en una tarea que atañe a todos y que es urgente –la tarea de expulsar al enemigo que ha invadido nuestro país. Es obvio…que el Gobierno Provisional, aunque salvaguardando los derechos de nuestro país, observará de todas las maneras posibles las obligaciones asumidas hacia nuestros Aliados…”7

Respuesta de Lenin (a la nota de Miliukov):

“Las cartas están sobre la mesa. Tenemos buenas razones para estar agradecidos a los señores Guchkov y Miliukov por su nota que aparece en los periódicos del día de hoy.
La mayoría del Comité Ejecutivo del Soviet de Diputados de trabajadores y soldados, (…) todos aquellos que abogaban por confiar en el Gobierno Provisional, han sido suficientemente castigados. Esperaban, confiaban y creían que el Gobierno Provisional repudiaría para siempre las anexiones. Ha resultado de una manera muy distinta. El gobierno anuncia “la aspiración de toda la nación (¡) para conducir la guerra hasta una victoria decisiva”. “Es obvio (añade la nota), que el Gobierno Provisional observará de todas las maneras posibles las obligaciones asumidas hacia nuestros aliados”.
Claro como el agua. Guerra hasta una victoria decisiva. La alianza con los banqueros ingleses y franceses ha sido declarada…¿Quién ha concluido esta alianza con “nuestros” aliados, es decir, con los multimillonarios anglofranceses? El Zar, Rasputin, la banda del Zar, por supuesto. Para Miliukov y compañía, no obstante, el tratado es sagrado.
¿Por qué?
Algunas personas dicen: porque Miliukov no es sincero, es un trapacero, etc.
Pero ésa no es la cuestión. La cuestión es que Guchkov, Miliukov, Tereschenko, Konovalov representan a los capitalistas. Y los capitalistas necesitan apoderarse de territorios extranjeros. Conseguirán nuevos mercados, nuevos lugares para la exportación de capital, nuevos pingües empleos para decenas de miles de sus hijos, etc. La cuestión es que en el momento presente los intereses de los capitalistas rusos son idénticos a los de los capitalistas ingleses y franceses. Esta, y sólo ésta, es la razón por la que los tratados del zar con los capitalistas anglofranceses son tan amados por los corazones del gobierno provisional de los capitalistas rusos.
La nota del Gobierno Provisional sitúa claramente ante nosotros la siguiente pregunta: ¿qué es lo próximo?
Desde el primer momento de nuestra revolución los capitalistas ingleses y franceses han estado persuadiéndonos de que la Revolución Rusa fue llevada a cabo con un sólo y único propósito, el de continuar la guerra “hasta el final”. Los capitalistas tienen la intención de saquear Turquía, Persia y China. Si, para conseguir ese objetivo, es necesario matar a otros diez millones de campesinos rusos más ¿por qué preocuparse? Mientras consigamos con ello una “victoria decisiva”…ahora el Gobierno Provisional ha adoptado con franqueza el mismo punto de vista.
Luchad –porque ansiamos los despojos.
Morid, decenas de millares cada día –porque “nosotros” todavía no hemos combatido “hasta el final”, ¡porqué todavía no hemos recibido nuestra parte del botín!...
Ningún trabajador con conciencia de clase, ningún soldado con conciencia de clase, seguirá apoyando la política de “confianza” del gobierno provisional. La política de confianza está en bancarrota…
Obreros y soldados, declarad abiertamente: exigimos que haya un solo poder –el Soviet de diputados de trabajadores y soldados. El gobierno provisional, el gobierno de un puñado de capitalistas, debe ceder paso a los soviets.”8