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Notas

Divisiones y corrupción en las filas de la burocracia

PTS

2 de octubre 2010

Esta situación además de generar malestar viene dando lugar desde hace años al florecimiento de un mercado y una economía en negro, que funciona con la moneda convertible. La política de “apertura económica” que viene impulsando el gobierno de Raúl amplió la brecha social y está generando un sordo descontento que se manifiesta en la apatía obrera frente al trabajo y la crítica cada vez mayor de distintos personajes ligados al régimen, al mismo tiempo que prosperan sectores privilegiados entre las capas medias de la sociedad y la burocracia gobernante, que preferirían liberarse del control estatal.

Esto se expresa en un nivel de corrupción sin precedentes entre funcionarios del régimen, denunciada por algunos intelectuales cubanos, que describen la situación en las filas del régimen como un “sálvese quien pueda”. Como afirmó Esteban Morales, director emérito del Centro de Estudios sobre Estados Unidos de la Universidad de La Habana, algunos sectores de la burocracia se estarían “apalancando financieramente, para cuando la Revolución se caiga”, mientras que otros “pueden tener casi todo preparado para producir el traspaso de los bienes estatales a manos privadas, como tuvo lugar en la antigua URSS”, Morales que fue expulsado recientemente del PCC por esta denuncia de corrupción y robo de la propiedad estatal en las altas esferas de la burocracia, plantea la hipótesis de que estos sectores, que ocupan el mismo puesto desde hace años, “pueden estar recibiendo comisiones y abriéndose cuentas bancarias en otros países.” (E. Morales Domínguez: “La corrupción ¿la verdadera contrarrevolución?”, UNEAC, 9 de abril de 2010). Esta hipótesis se basa en uno de los casos más recientes de corrupción en el Instituto de Aeronáutica Civil de Cuba, que terminó con la destitución de su director, el general Rogelio Acevedo, que pertenece a la vieja guardia de la Sierra Maestra. Posterior a este caso, estalló otro gran escándalo en la empresa mixta Alimentos Río Zaza en el que están implicados el empresario chileno Max Marambio, un ex militante del MIR y guardia de Salvador Allende, y varios funcionarios y directivos, acusados de sobornos, malversación y desvío de fondos al exterior.

La agudización de los problemas económicos, el surgimiento de capas privilegiadas con intereses propios, la emergencia de una oposición que plantea ir a un régimen de democracia burguesa, entre otros factores, abrieron una crisis en el régimen que, aunque contenida, se expresa al interior del PCC. Raúl Castro sigue postergando la realización del Congreso del PCC, que debía hacerse en 2002 (el último fue el V Congreso realizado en 1997) en el que se debía discutir el rumbo a seguir, por temor a que estalle públicamente la lucha sorda de camarillas que ya nadie puede negar. Estas pujas internas salieron a luz con la purga realizada a comienzos de 2009, que culminó con la destitución de Carlos Lage y Felipe Pérez Roque, dos figuras clave de la llamada “nueva generación” ligadas a Fidel Castro, acusados de haber tenido una “actitud indigna” durante su desempeño en puestos estatales (acusados después de lazos con los servicios secretos españoles, un cargo no demostrado).

Esta situación ha establecido una “doble moral” en la que el gobierno ataca en su discurso a los trabajadores “que viven del estado” y busca mejorar con medidas productivistas la “disciplina laboral y social”; mientras que garantiza los privilegios materiales de la burocracia estatal y tolera la corrupción y el enriquecimiento de los funcionarios del régimen y de los miembros de las FAR y las maniobras de supervivencia de capas medias, que buscan la manera de aumentar sus ingresos en el mercado negro y la economía informal. Esta doble moral, que se inicia en el seno mismo de la burocracia y se extiende a la sociedad, corroe las reservas subjetivas para enfrentar los planes restauracionistas.

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