NEUQUEN.- Nunca tan fracturados como ayer se mostraron los dirigentes gremiales, con un saldo especialmente amargo para una de las figuras estelares, si se tiene en cuenta que el secretario general de la CTA Julio Fuentes no logró congregar más de 300 personas frente al hospital Heller y que además sufrió duros cuestionamientos por haber permitido que el partido Justicialista apareciera como uno de los organizadores del evento. No fue fácil llegar a la determinación de confluir frente al centro de salud. En las asambleas previas, uno de los sectores a los que Fuentes se acercó a comienzos de año, le jugó en contra. La izquierda más dura planteó que el símbolo de la «lucha obrera» hoy es la ocupada planta de la cerámica Zanon, y que allí debía realizarse el acto.
Por ejemplo, en una peleada asamblea en el hospital regional se debatió el punto. El argumento de ir a Zanon era tentador, pero más pesaba no compartir un acto al que también convocaban las huestes del diputado nacional Gabriel Tom Romero, a quien siguen calificando de menemista. Corrió un escozor en la militancia y por eso ayer la agrupación «A nuestra salud», que campea en la junta interna del hospital fue primero al acto realizado en Zanon al mediodía, y que nucleó a unas 600 personas, y luego al corte de los puentes que se hizo sobre las cuatro de la tarde.
Pequeñas porciones de la tropa que comanda Orlando Balbo desde ATEN también confluyeron al más ideologizado acto ceramista, como la seccionales de Plottier y Centenario del sindicato docente, junto a cuadros de ATEN capital.
Fuentes viene finalizando un largo periplo político. Endureció su postura, con un discurso que se fue alejando del discurso promedio de los 10.000 estatales que lo sustentan. Se ganó así la simpatía de la izquierda agrupada en el PO, POR, PTS, PC, MTS. Luego de su detención (que lo convirtió en el centro de la escena nacional del sindicalismo estatal, al punto que llegó a Neuquén Víctor de Gennaro), enfiló hacia la construcción de redes más políticas. Dejar de ser sólo una oposición al MPN, para pasar a intervenir desde roles de responsabilidad institucional, parece ser la premisa.
El conflicto de Zanon quizá no lo atrae por lo radicalizadas de algunas posturas. Ayer los representantes de la CTA que hablaron en el palco ubicado en el Heller, criticaron a los ceramistas por no asistir y les recordaron la «solidaridad» de la central de trabajadores con el conflicto. Todo en medio de una concurrencia que había contado con la convocatoria del bloque de concejales peronistas (el edil Segundo Saccar estaba entre los manifestantes) y de la Juventud Peronista. Los ceramistas en el puente dijeron que «hemos demostrado que somos diferentes», mientras por lo bajo acotaban que «nunca vamos a ir a un acto organizado por el Tom Romero».
La izquierda trabajará con su tenacidad de hormiga sobre el dulce filón de «pegar» a Fuentes con Romero y su justicialismo «ajustador» para ganar espacio entre los estatales.