logo PTS

Nacional

CRISIS HABITACIONAL EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES

Desalojos para las familias pobres, negociados para los amigos del gobierno

El problema de la vivienda en la Ciudad de Buenos Aires se transformó en un tema de vida o muerte. El terrible sábado 10 de enero cuando el barrio de La Boca amaneció conmovido por la muerte de seis hermanitos, entre 1 y 13 años, víctimas del incendio de su precaria vivienda es más que un ejemplo1.

Virginia Pescarmona

22 de enero 2009

El problema de la vivienda en la Ciudad de Buenos Aires se transformó en un tema de vida o muerte. El terrible sábado 10 de enero cuando el barrio de La Boca amaneció conmovido por la muerte de seis hermanitos, entre 1 y 13 años, víctimas del incendio de su precaria vivienda es más que un ejemplo1.

La situación de precariedad real que el gobierno de la Ciudad quiere usar como excusa para pasar por encima sobre decenas de casas de familia en la Villa 31 o el centenar de desalojos violentos, son parte de la vida cotidiana de miles de familias porteñas.

La crisis habitacional en la Ciudad de Buenos Aires está declarada por ley desde el 2006. Fue tema de discusión legislativa en diciembre de 2008, y Macri la vetó ante una realidad visiblemente trágica.

Sobre esta situación, e hipócritamente apoyado en un discurso de inseguridad, el macrismo viene instrumentando el desalojo violento de cuanto predio ocupado pudo, como el caso de los predios del FF.CC. San Martín, que fueron desalojados violentamente; decenas de hoteles e inquilinatos, y para ello contó con la acción decidida de la Policía Federal del gobierno de Cristina. Sólo en el último mes del año hubo 253 desalojos y varios intentos de erradicar las villas miserias. El caso emblemático es el de Villa 31, donde tanto el gobierno porteño como el nacional se pasan la pelota de quién tiene la jurisdicción de los terrenos, la política es pasar topadora, en nombre de un supuesto “plan de urbanización”. Ahora está en discusión el plan de demoler por lo menos 50 casas, por el peligro de derrumbe, sin ningún plan serio de reubicación de las familias. El gobierno quiere avanzar en el desalojo bajo el argumento de la peligrosidad de las viviendas con el verdadero objetivo de “recuperar” los terrenos de la Villa para que lucren con ellos el ferrocarril y los pulpos inmobiliarios y de la construcción.

En La Boca hay “inseguridad”

Entre las llamas y el humo padres y vecinos de la zona ayudaron a salvarse a las familias que habitaban el ex – Banco de Italia y Río de la Plata desde hace 8 años por falta de una vivienda digna. La tragedia sacó a la luz la realidad en que se encuentran los habitantes de La Boca hacinados en los conventillos y lugares tomados. El gobierno de Macri sólo ofreció subsidios por 6 meses e instalarlos en los hoteles del Gobierno de la Ciudad. Y esta vez tuvo que responder ante la magnitud de la tragedia y la trascendencia. Otras tragedias quedan tapadas.

La oposición K de la Ciudad se llena la boca hablando de la necesidad de ley de emergencia habitacional, cuando ellos mismos encabezaron en el gobierno de Ibarra el desalojo del Ex PADELAI, dejando vía libre a la Corporación SUR para que explote los lugares desalojados.

La realidad de más de 10 mil personas que viven en casas tomadas es de precariedad, malas condiciones higiénicas, falta de servicios, y sobre todo expuestas a derrumbes e incendios. Esta es la inseguridad de la que el gobierno no habla, ni se hace responsable.

Basta de desalojos

Buenos Aires es la ciudad de grandes negociados, corporaciones y multinacionales. Ante esto los trabajadores y el pueblo pobre debemos movilizarnos y luchar por la inmediata prohibición de los desalojos.
Los sindicatos, las organizaciones sociales, estudiantiles, los organismos de derechos humanos debemos hacer nuestro y exigir este reclamo.

Pero también discutir una salida propia que llegue a una profunda reforma urbana, que sobre la base de la confiscación de las grandes propiedades y tierras, desarrolle un plan de construcción de viviendas populares, controlado por los trabajadores de la construcción y organizaciones sociales, y que verdaderamente pueda asegurar el techo y condiciones habitacionales para los que no lo tienen. Ese plan debe ser financiado mediante el impuesto progresivo a los grandes capitalistas y a las grandes fortunas, como de la confiscación a los grandes propietarios de viviendas ociosas, y sobre la Iglesia , uno de los principales terratenientes inmobiliarios de la Ciudad.

Las muertes no deben quedar impunes y debemos impedir que vuelvan a ocurrir. Castigo a los responsables. Ayer fue Ibarra con Cromañon, ahora debe ser Macri el que se vaya.

Prensa

Virginia Rom 113103-4422

Elizabeth Lallana 113674-7357

Marcela Soler115470-9292

Temas relacionados: