El miércoles 31 se terminó de aprobar en el Congreso la ley que permitirá votar a los jóvenes de 16 años a partir de las elecciones de 2013. La oposición de derecha, que reclama históricamente la baja de la edad de imputabilidad para que los pibes de 14 puedan ir en cana, después de haber votado a favor en el Senado, se opuso a este derecho elemental en Diputados. Por su parte, el kirchnerismo lo votó por mera especulación electoral. Su objetivo real es “institucionalizar” a los más jóvenes, a quienes en realidad se debe esta conquista, por ser un nuevo actor cada vez más activo en la realidad; no quieren que nadie decida por ellos. Así lo demostró la toma generalizada de casi 60 colegios de Capital contra la reforma inconsulta de los planes de estudio, que, a pesar del discurso de “participación de la juventud” fue boicoteada una y otra vez por la Cámpora y la burocracia de la UTE.
Para no ser cuestionada por inconstitucional, la ley habla de voto obligatorio. Sin embargo, en los hechos será optativo ya que lo distingue del resto excluyendo a los menores de 18 de multas, al igual que a los mayores de 70. Nosotros nos oponemos a cualquier sanción del Estado pero advertimos que esa desigualdad implica en los hechos que tu patrón pueda retenerte en el laburo o tus viejos en tu casa si no están de acuerdo con tu voto.

El desprecio hacia la comunidad inmigrante
Sin mediar ninguna aclaración los “progresistas” borraron del proyecto a los inmigrantes, los grandes ausentes durante todo el debate. Nadie se animó a explicar qué “cálculos” habrán hecho. A lo sumo se amparaban en argumentos administrativos. Pero no nos extraña de los que sostienen un “modelo” que condena a los trabajadores inmigrantes a trabajar jornadas interminables, superexplotados, por los peores sueldos, en la construcción, en los talleres textiles, en los campos, como empleadas domésticas las mujeres, pero siempre precarizados. No nos extraña de los que mandaron a la Federal a reprimir junto con la Metropolitana a los ocupantes del Indoamericano, terminando con la vida de 3 hermanos inmigrantes.

¿Ampliación de derechos?
Desde la Juventud del PTS siempre exigimos el derecho a votar desde los 16, y también para los inmigrantes, lejos de la xenofobia de la derecha honrada por los “nacionales y populares”. Pero no nos quieran convencer de que van a “ampliar derechos”. Si fuera así, ¿por qué no conceden todos los derechos civiles y políticos? ¿Por qué podemos trabajar desde los 16 pero no emanciparnos? ¿Por qué una persona trans no puede elegir su propia identidad hasta los 18 si tiene a los padres en contra? ¿Por qué no salir del país?
En Argentina cada 28 horas sus policías del gatillo fácil asesinan a un joven. La mitad de los pibes de entre 20 y 24 años no terminaron la secundaria. El Estado en vez de garantizar becas, viandas y un boleto educativo gratuito, subsidia a las privadas. Crece el embarazo adolescente, pero no hay educación sexual en las escuelas; son miles las jóvenes que dejan el colegio para criar a sus hijos y cientas las que mueren por abortos clandestinos. Los jóvenes trabajadores son los que más sufren la precarización laboral. Y son millones los jóvenes e inmigrantes que viven en villas o asentamientos precarios.
La Juventud trabajadora y estudiantil del PTS se está organizando junto a cientos de compañeros independientes en el Movimiento Juvenil contra la Precarización Laboral, en agrupaciones como la Manuel Gutiérrez en secundarios, y en las facultades y terciarios. Para conquistar todos nuestros derechos tenemos que ser miles luchando con independencia del Gobierno, el Estado, los partidos de los patrones y la burocracia. Tenemos que tomar el futuro en nuestras manos.