En la trastienda del conflicto por las papeleras, volvieron los ataques a los ambientalistas entrerrianos. El mismo día, los vecinos que cortan la ruta en Colón y un grupo de ambientalistas de Gualeguaychú que viajaron a Montevideo, fueron atacados en un nuevo intento de hacer mella en su resistencia a la instalación de Botnia.
El lunes en Colón, los asambleístas fueron obligados a levantar el corte por un grupo de comerciantes que llegaron en una camioneta “con patente uruguaya” con “bidones con gasoil, botellas con combustible y elementos para cortar alambre”, con los desarmaron parte del piquete y lo prendieron fuego, como contó Silvia Echevarría, de la Asamblea Popular Ambiental Ruta 135. Los matones, estaban dirigidos por “el hijo del dueño de una estación de servicio, que el año pasado también perpetró un atentado contra el corte”.
En Montevideo, los siete ambientalistas argentinos que viajaron para propagandizar su lucha entre la población uruguaya, fueron golpeados, insultados y expulsados de la Plaza Independencia de la capital charrúa, al grito de “hijos de puta”, “sinvergüenzas” y “fascistas”.
Los episodios de violencia contra los asambleístas son el resultado directo de la campaña chauvinista del gobierno de Tabaré Vazquez y, es de esperarse, no serán los últimos.
En este marco, los buenos oficios del “facilitador” español comienzan a dar frutos. Ya se habla de una posible reunión entre Kirchner y Tabaré Vazquez, en España, pero sin fecha. La engaña pichanga para el acuerdo: filtros en las chimeneas, una barrera verde que tape la fábrica y un caño de 30 kilómetros que aleje los efluentes. Como venimos denunciando: Kirchner se prepara para aceptar abiertamente la instalación de Botnia.
El corte en Gualeguaychú lleva diez semanas, y le siguen -aunque con menos fuerza- los cortes en Colón y Concordia. Es necesario defender los piquetes y llamar inmediatamente a una Campaña Internacional de solidaridad parta echar a Botnia y a todas las papeleras contaminantes.