Telegramas, actas notariales y una costosísima solicitada en Clarín el lunes 25, citan a los 21 delegados de los trabajadores del subte al Congreso que va a realizar la burocracia de UTA el próximo martes, para “debatir la pérdida de la condición de afiliado por expulsión y asimismo la revocación de los mandatos de delegados”.

Los que nunca se convocaron para discutir mejoras en nuestras condiciones laborales, a espaldas nuestras, lejos de nuestro lugar de trabajo, se disponen a decidir sobre el futuro del CD.
Esta es la mayor ofensiva lanzada contra los trabajadores y su organización, preparada con actas flexibilizadoras, elecciones truchas y todo tipo de patoteadas.

A pocas semanas de las elecciones de delegados previstas para mediados de septiembre, los dirigentes de la UTA, con el aval de la patronal de los Roggio, quieren impedir elecciones limpias y democráticas donde sean los trabajadores los que elijamos a nuestros representantes.

De esta manera intentan acabar con la herramienta que nos permitió conseguir importantes conquistas como la estabilidad laboral, las 6 horas de trabajo, mejoras salariales, ponerle fin a la tercerización y que el CD sea un referente de otros sectores en lucha.

Metrovías necesita el camino libre para avanzar sobre nuestras conquistas, para que seamos los trabajadores los que paguemos los costos de sus futuras crisis, para dejarnos sin defensa frente a su política flexibilizadora y por eso pretende reemplazar nuestro cuerpo de delegados antiburocrático por delegados pro patronales.

Esta empresa que nos dice en su propaganda que lleva “100 años de Trabajo para el país”, tiene un presente de negociados en la obra pública y en las privatizaciones, y recibe desde hace años millonarios subsidios del Estado, que no invierte en beneficio de los trabajadores y usuarios, y un pasado que incluyó el apoyo a la dictadura de Videla y el aval a las 30 mil desapariciones, mientras construían entre otras cosas ATC para el mundial ’78.

Conocemos también la complicidad del Gobierno K, a través de su Ministerio de Trabajo, que por ejemplo en el último conflicto sobre los ascensos, mientras nos obligó a suspender toda medida de fuerza, le permitió a Roggio que siguiera realizando sus cursos y preparara el terreno para ascender a “su” gente.
En pocas palabras, vienen por todo lo que ganamos mediante la movilización y la lucha.

Paremos el ataque

El martes en la reunión del CD se resolvió sacar una Declaración de apoyo a nuestra organización y juntar firmas, convocar a una Conferencia de Prensa con amplia participación, un cartel para los usuarios y la medida de fuerza de la semana próxima.

Durante el día miércoles se realizaron asambleas en muchos sectores, que expresaron la bronca de los trabajadores contra la dirección de la UTA. Decenas de activistas en cada línea comienzan a realizar distintas tareas. A la experiencia de los compañeros que vivieron los años de lucha se le suman nuevos compañeros dispuestos a tomar las tareas que son necesarias como pegar afiches, escribir y repartir volantes a los usuarios explicando la responsabilidad de la empresa en este conflicto.

La burocracia no nos da tregua, tenemos que intensificar y ampliar la campaña en defensa del CD y reafirmar las medidas de fuerza que sean necesarias para enfrentar las expulsiones y proscripciones.

Es necesario apelar a la solidaridad de todas las organizaciones que nos han acompañado durante estos años. Si avanzan en el subte, estarán en mejores condiciones para avanzar en otras fábricas y empresas.

Por eso debemos llamar a las Comisiones Internas y cuerpos de delegados de trabajadores, centros de estudiantes y organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos, como los delegados y trabajadores de la línea 60, del INDEC, del Garrahan, de Zanon, de Jabón Federal, Pepsico, Ecotrans, Telefónicos y todos aquellos que entienden que una derrota de los trabajadores del subte es un retroceso para toda la clase obrera y seguramente estarán dispuestos a impulsar con nosotros una Comisión de Solidaridad.

Para llevar juntos adelante esta dura pelea y desarrollar las tareas votadas, debemos formar comisiones en cada línea, entre los compañeros dispuestos y los delegados para que lleven a la práctica las decisiones tomadas en las asambleas por el conjunto de compañeros.

Todo lo anterior debe servirnos para realizar un gran paro el martes próximo, una medida de lucha contundente que derrote este ataque de la burocracia de la UTA.
Los compañeros de todos los turnos debemos movilizarnos desde temprano a cada cabecera para garantizar lo votado y evaluar los pasos a seguir.

No podemos esperar al resultado de ese Congreso burocrático para actuar, ni que “otros” resuelvan por nosotros.
Solo confiando en nuestras propias fuerzas, y ampliando el apoyo de todos los sectores solidarios podemos enfrentar este ataque y defender nuestra organización.

SI NOS TOCAN A UNO, TOCAN A TODOS