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ANTE LA CRISIS DE LA DIRECTIVA DE LA CTA

De “ni oficialistas, ni opositores” a la división según bandos patronales

La crisis nacional entre el gobierno y las entidades del campo finalmente atravesó a la CTA y ya se habla de una posible ruptura. Lo que no pudo ninguna lucha de los trabajadores, lo logra una puja distributiva... pero de sectores patronales. Por la independencia política de los trabajadores y un plan de lucha por el salario y todas nuestras demandas

PTS

2 de mayo 2008

Una vez más a espaldas de los trabajadores, los dirigentes de la CTA nos “avisan” por los medios de una casi ruptura de la Central, a partir de las diferencias políticas planteadas entre los ultra kirchneristas Luis D´Elia y Edgardo Depetri, por un lado, y los seguidores de Víctor De Gennaro y Claudio Lozano, por el otro, ambos sectores integrantes de la agrupación Germán Abdala que dirige la CTA.

Luego de una charla pública realizada en ATE Nacional con Eduardo Buzzi (presidente de la Federación Agraria Argentina-FAA-), convocada por De Gennaro y Lozano, demostrando así su alineamiento con esta entidad agraria, el oficialista D`Elía manifestó ante los medios que “con la provocación montada ayer por Víctor De Gennaro, Fabio Basteiro y Claudio Lozano se consolidó el quiebre de la CTA”. En ese sentido declaró que “del otro lado, quedamos (Edgardo) Depetri, (Roberto) Baradel, Claudio Marín, de FOETRA, Ariel Basteiro, Daniel Barragán y la FTV, como los sectores que repudian claramente el lockout patronal del campo”.

Desde la fundación de la CTA, es la primera vez que se hace pública una división y una pelea interna en la cúpula dirigente. El último gran acuerdo en la dirección se basaba en el slogan: “ni oficialistas, ni opositores”. Mediante este slogan los dirigentes de la Central limitaban el enfrentamiento contra el gobierno, nuestro patrón. Ningún conflicto obrero pudo quebrantar este slogan y presionar a De Gennaro a pasar a la oposición. Ni siquiera cuando el ex ministro Varizat atropelló a los docentes con su 4x4 y Kirchner militarizó Santa Cruz contra la lucha docente.

El rol “oficialista” de los “soldados de Kirchner” (D`Elía-Depetri) es público a viva voz. Por eso jamás denunciaron los sueldos miserables de los estatales, así como tampoco defendieron públicamente las luchas de los docentes, y mucho menos la de los trabajadores del INDEC, por mencionar algunos conflictos vinculados a su propia Central.

Por otro lado, el Secretario General de la CTA Hugo Yasky avaló los topes salariales del gobierno y dejó aisladas las luchas docentes de las provincias, demostrando que sin ser “soldado” también es oficialista.
Ahora parece ser que De Gennaro y Lozano pasaron a la “oposición” al gobierno, pero lamentablemente apoyando a la FAA, una entidad agraria que lucha junto a la oligarquía golpista de la Sociedad Rural Argentina (SRA) contra las retenciones con la finalidad de defender la altísima rentabilidad del campo, a costa del aumento de los precios de los principales alimentos de consumo popular.

La charla en ATE Nacional aceleró la crisis con el sector pro gobierno. Buzzi denunció la política gubernamental de promover a los monopolios exportadores como los principales beneficiarios del “modelo sojero”. Sin embargo, cuando algunos compañeros cuestionaron “cuándo se iban a despegar de la oligarca Sociedad Rural”, Buzzi no tuvo mejor idea que responder “no nos une el amor sino el espanto”, una respuesta complementaria a las palabras de Alfredo De Angeli, dirigente de la FAA de Entre Ríos, quien explicó la unidad de las cuatro entidades porque “la defensa de la rentabilidad nos une a todos”. En realidad, así como la SRA, la FAA exige compensaciones a los “pequeños” productores de hasta 1.500 toneladas, es decir que defienden a los medianos propietarios que poseen nada más ni nada menos que 700 hectáreas de tierra. Cabe destacar que la hectárea de tierra en la pampa húmeda cotiza a razón de 15.000 dólares. La FAA no apoya las demandas de los campesinos sin tierra del Noroeste, ni de los chacareros pobres desprovistos de la posibilidad de acceder al crédito. Por el contrario, la FAA toma partido por los chacareros ricos que explotan mano de obra asalariada y acumulan capital para seguir reproduciendo esa explotación y apropiarse de las enormes ganancias proporcionadas por el incremento de los precios internacionales de los granos. Del mismo modo, la FAA apoya a los ganaderos de CARBAP, agrupados en la CRA, en relación a la exportación de carnes, reservando para el consumo de las masas populares sólo “los 13 cortes populares”. Mientras estos oligarcas embolsan millones, los trabajadores ni siquiera tendríamos derecho a consumir un bife de lomo. Evidentemente, más allá de su retórica “progresista” de “reforma agraria”, lo que une a la FAA con la SRA es la “rentabilidad empresaria”.

No resulta extraño, entonces, que Buzzi no haya mencionado la situación de los peones rurales. Hay más de 1.300.000 trabajadores rurales, de los cuales sólo 300.000 están registrados, desempeñando labores en condiciones infrahumanas, gracias a la vigencia de la ley sancionada por Videla y Martínez de Hoz durante la dictadura en 1976, un convenio más esclavista que la misma ley de contrato de trabajo. Así como los terratenientes, los medianos y pequeños empresarios rurales se valen de esta legislación para superexplotar a los trabajadores, empleando además a 400.000 niños que desarrollan tareas de sol a sol, sujetos a las inclemencias del tiempo. Si bien una parte de los pequeños productores agrupados en la FAA está constituida por chacareros que no explotan mano de obra asalariada, al levantar el mismo programa que la SRA objetivamente defienden los intereses de los grandes monopolios agrarios.

Resulta vergonzoso que estos dirigentes de la CTA apoyen a Buzzi y la FAA, organización unida a la misma SRA que prestó sus instalaciones de Santa Cruz para reprimir la lucha de los docentes de ADOSAC, sindicato de base adherido a la misma CTA.

Los dirigentes de la CTA siempre “olvidan” las reivindicaciones de los trabajadores en pos de aliarse con sectores patronales, sean grandes o chicos.

Para luchar contra el gobierno, pero desde el punto de vista de los intereses de la clase trabajadora, es necesario levantar una política independiente de ambas fracciones capitalistas que pugnan por la renta agraria. Sólo desde este punto de partida la clase trabajadora puede convocar a los pequeños productores agrarios a romper su alianza con la oligarquía terrateniente, construyendo las bases de una alianza obrera y popular que levante un programa que contenga entre otros puntos:

• Reapertura de las Paritarias, con delegados elegidos en asamblea.

• Aumento salarial equivalente a la canasta familiar y una cláusula de aumento según la inflación.

• Basta de precarización laboral, pase a planta permanente para todos.

• Basta de persecución a los trabajadores del INDEC y judicialización a los luchadores, como los trabajadores de Mafissa.

Como así también:

• Derogación de la ley 22.248 decretada por Videla, que reglamenta la esclavitud para los trabajadores rurales. Expropiación de la oligarquía y la gran burguesía agraria, empezando por los 4.000 grandes propietarios que poseen más de la mitad de las tierras destinadas a la agricultura y la ganadería. Monopolio estatal del comercio exterior para centralizar la exportación y la importación de mercaderías, y evitar la presión de los precios internacionales dolarizados que habiliten el abaratamiento de los alimentos. Créditos baratos para los pequeños chacareros pobres.

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