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LA ELECCION DE PINO SOLANAS

De ilusiones no se vive

Pino Solanas traccionó el “voto útil” de la izquierda de Capital y recibió el apoyo de trabajadores estatales, docentes y estudiantes, despertando ilusiones por sus denuncias a las privatizaciones de los ’90 y su continuidad esencial bajo el kirchnerismo. Su caudal como segunda fuerza en la Capital se nutre, además, de distintos afluentes de sectores de clase media y media baja.

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2 de julio 2009

Pino Solanas traccionó el “voto útil” de la izquierda de Capital y recibió el apoyo de trabajadores estatales, docentes y estudiantes, despertando ilusiones por sus denuncias a las privatizaciones de los ’90 y su continuidad esencial bajo el kirchnerismo. Su caudal como segunda fuerza en la Capital se nutre, además, de distintos afluentes de sectores de clase media y media baja. La canalización del descontento del “espacio progresista” porteño con los Kirchner, el voto del viejo ARI que quedó huérfano después de la derechización de Carrió, el rechazo al devaluado Aníbal Ibarra, así como la atracción de un sector del llamado “voto independiente”, que supo votar a Zamora y años más tarde a Gabriela Michetti, siempre buscando representantes de la “nueva política”. Solanas, claro está, también recibió un manijazo del Grupo Clarín quien levantó todo lo que pudo su figura como forma de debilitar al candidato de los Kirchner en función de sus propias necesidades.

Luego que la Presidenta lo presentara en su conferencia de prensa como un eventual aliado parlamentario ‘de izquierda’, Solanas -que construyó su caudal político en confrontación con los Kirchner-, debió responder de contragolpe con la exigencia de la renuncia de los funcionarios Jaime, Moreno y De Vido. Pero a renglón seguido, Solanas aclaró que su orientación apunta a “contribuir positivamente a la búsqueda de consensos” para las necesidades de“la nación, la democracia y el pueblo” (www.infosur.info). Pino y los otros 3 Diputados Nacionales que obtuvo Proyecto Sur en la reciente elección, se integrarán a la bancada junto a Claudio Lozano de la CTA y Eduardo Macaluze y Carlos Raimundi del SI (ex Carrió). Fue justamente esta idea del “consenso” la que llevó a sus compañeros de bloque, como Claudio Lozano, a emblocarse contra la resolución 125, votando en el Congreso junto al macrismo y lo más rancio de la derecha reaccionaria aliada de la Mesa de Enlace de las patronales del campo. ¿Qué significará esto ahora? ¿Será, por ejemplo, darle “solución al problema del INDEC” en “consenso” con el Acuerdo Cívico y Social o sectores disidentes de los mismos kirchneristas que manipularon los índices? ¿Qué “consenso” puede con las bancadas de los partidos patronales para “recuperar los recursos naturales” como el petróleo? ¿Renacionalizar los transportes con quienes bancan al Grupo Roggio y le niegan el derecho a los trabajadores del subte de tener su sindicato independiente de los gangsters de la UTA?

Más allá de las ilusiones que despierte Solanas entre trabajadores y sectores de la juventud, nosotros compartiremos con ellos la lucha por toda causa justa. Pero no dejaremos de alertar que esta bancada parlamentaria que encabezará Solanas está apadrinada por el sector de la CTA ligado históricamente a la Federación Agraria Sojera, que dirige Víctor De Gennaro, impulsor años atrás de un tal Chacho ˜álvarez.

Sostenemos que de lo que se trata es de construir un partido político de la clase trabajadora arraigado en la fuerza social que conformamos los 11 millones de asalariados que ponemos en funcionamiento la economía, los únicos potencialmente capaces de luchar por las grandes transformaciones. Sin esa fuerza social en movimiento, las denuncias contra los grandes monopolios quedan reducidas a la impotencia de nuevas frustraciones.

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