Jorge Julio López tenía 77 años cuando dejó su casa de Los Hornos la mañana del 18 de septiembre de 2006. Desde entonces, no se sabe nada de él. Era el testigo clave del juicio contra el represor Miguel Etchecolatz y su desaparición se dio un día antes de que se dictara la condena a quien fuera la mano derecha de Ramón Camps. Desde entonces el gobierno nacional, el provincial y la Justicia han garantizado la impunidad de los culpables.

Obstruyeron sistemáticamente toda pista que pudiera dar con los responsables. Le entregaron la investigación a quienes debían ser investigados: la SIDE, el Servicio Penitenciario Federal, la policía Bonaerense y la Federal. Todos esas fuerzas ocultaron información, frustraron pruebas y abandonaron líneas de investigación. Ningún funcionario recibió sanción. A su vez permanecen impunes los autores de las amenazas y ataques a testigos, querellantes, abogados y jueces. A quienes secuestraron a López hay que buscarlos en el nido de ratas que es la “maldita Bonaerense”, como lo denunciaron una y mil veces los organismos de derechos humanos independientes del gobierno nucleados en Justicia Ya! A cuatro años de su secuestro y desaparición, seguimos exigiendo ¡Aparición con vida ya de Jorge Julio López! ¡Castigo a los culpables!