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LIBERTADES DEMOCRÁTICAS

"Cuando falla la zanahoria vienen los palos"

Con motivo de las repercusiones abiertas tras un caso de gatillo fácil en Balbanera, reproducimos una versión editada del reportaje a María del Carmen Verdú, dirigente de la CORREPI, realizado en el programa radial Pateando el Tablero del sábado 10.

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15 de marzo 2012

¿Qué pasó en el barrio de Balvanera?

Los titulares de los diarios del miércoles 7 por la tarde decían “batalla campal en Balvanera”, “delincuentes atacan a la policía”. Pero la historia empieza el 9 de enero, antes del asesinato de John en un típico caso de gatillo fácil, fusilado con un disparo en la nuca por un policía de la comisaría 8° el 21 de febrero. John Camafreitas falleció cuatro días después, el 25. La bala entró por la nuca y salió por la sien. Sin embargo para el juez había dudas, entonces dictó una falta de mérito. Pero el 9 de enero ocurre otro hecho en Benavidez, partido de Tigre, donde el primo hermano de John, Marcelo Sepúlveda, es asesinado a golpes, un hecho ya no de gatillo fácil sino de tortura seguido de muerte, efectuado por un vigilador privado de la empresa Securitas y policías bonaerenses que lo encuentran buscando refugio porque lo perseguía un vecino con el que tenía un problema en un predio aparentemente abandonado que estaba custodiado por ese agente de seguridad. Lo reducen, según dice el informe, pero Marcelo muere como consecuencia de esos golpes dentro del patrullero. Su familia, Gladys y Alejandra Sepúlveda, se viene de La Pampa para investigar lo qué sucedió. Se quedan en la casa donde vivía John y donde vive actualmente su mamá, sus otros hermanos, sobrinos. Es una misma familia afectada en menos de veinte días por dos hechos de dos modalidades distintas de represión policial, uno bonaerense y otro federal, uno por tortura seguido de muerte el otro por gatillo fácil. Es de imaginar el escenario de movilización y reclamo, máxime cuando es una familia que hace añares está afincada en el barrio. Los vecinos del barrio son muy solidarios, es habitual que salten frente al intento de detención de un pibe. Eso es lo que pasó el miércoles pasado. La policía intentó detener a tres pibes que estaban en la plaza a media cuadra del domicilio de esta familia. En ese momento llegaba a la plaza con sus hijos de uno y siete años Sabrina Castro, prima de John. Sabrina preguntó qué pasaba, cuando la policía la reconoció intentó detenerla, la golpearon y le arrancaron a los chicos de los brazos. Esto fue visto por las demás personas del barrio que estaban en la plaza, entre ellos un grupo de muchachos que estaban organizando una comida por una despedida de soltero, el famoso asado que contaban los medios. Los chicos saltan a defenderla, incluso rescatan a los chicos para que la policía no se los lleve. Hubo detenidos. Se produce un despliegue policial con helicópteros, carros de asalto, camiones celulares y fueron detenidas nueve personas: Delia Castro, mamá de John, Alejandra Sepúlveda, prima de John y hermana de Marcelo, Facundo Sepúlveda, hermano de Alejandra y de Marcelo y primo por lo tanto de John, Sabrina Castro y cinco vecinos.

¿Qué pasó con los detenidos?

A la una de la mañana fueron liberados gracias al enorme grado de presión sobre la comisaría y el Ministerio de Seguridad, cuyas autoridades tuvieron que ir a la comisaría para acelerar los trámites. La totalidad del barrio estaba en las puertas de la comisaría. A la 1.30 logramos salir con los nueve detenidos bastante lastimados, por supuesto ya están verificadas todas esas lesiones y vamos a promover la correspondiente denuncia. Mientras tenemos que defenderlos, porque como suele suceder, en la jerga nosotros llamamos igual que los compañeros del CeProDH el combo manifestación, han sido todos imputados por atentado y resistencia a la autoridad y lesiones. Es el mecanismo que se establece al no haber podido cooptar a esta familia con las invitaciones a reunirse con la ministra de Seguridad y las promesas de que avance la causa. Y cuando falla la zanahoria vienen los palos.

Esta es la “seguridad democrática” de Garré. La madre de la víctima estaba presa en la misma comisaría donde prestaba tareas el asesino de su hijo. En un momento sonó su teléfono celular y era la ministra Garré pidiéndole una entrevista para hablar de la causa de John. Encima Cristina Caamaño, la ex secretaria de Seguridad Operativa tuvo el descaro de ofrecerle “un móvil de Gendarmería para llevarla a su casa”. Delia le contestó, con perdón de la palabra, “metételo en el culo, yo me voy caminando con mis compañeros de la CORREPI y con mis vecinos”.

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