El Memorando de Fernando Sánchez y Kevin Casas demuestra que el Referendo no es ni limpio ni cristalino

En toda la prensa y las intervenciones de la Liga por la Revolución Socialista, hemos declarado que llevar la lucha para derrotar el TLC al terreno del Referendo no esconde otra política que la de sacar a las masas de las calles; pues creemos que realmente no se le derrotará hasta el final por la vía institucional. Aún así, frente a la situación extremadamente favorable para “el NO al TLC” la burguesía ha recurrido al chantaje y la extorsión sobre los trabajadores. El chantaje a los alcaldes a nivel nacional condicionando la entrega de dinero en los próximos tres años al triunfo “del Sí” al TLC en sus cantones, así como el uso de recursos públicos por parte de Casas y el Presidente Oscar Arias y los “altos funcionarios del gobierno” para extorsionar a los trabajadores de las empresas privadas, amenazándolos de que si gana “el NO” al TLC se quedarán sin empleo; son una muestra de que el Referendo estará signado por la corrupción y la extorsión del Presidente, el ex Vicepresidente y otros funcionarios. Como se ve, el fraude no es una maniobra que actúa estrictamente en el terreno de las papeletas y que por tanto puede ser evitado con “fiscales”; no, el fraude ya se ha operado a una escala estructural en la institucionalidad patronal costarricense, aprovechando Casas, los hermanos Arias Sánchez y demás funcionarios sus posiciones dominantes como empresarios explotadores.

¿Qué estrategia llevar adelante para derrotar al TLC y al gobierno independientemente del resultado del Referendo?

Algunos sectores profundamente comprometidos con la estabilidad del régimen capitalista costarricense, principalmente empresariales (pero “patrióticos”) y algunos reformistas han generado la idea de que la lucha contra el TLC se reduce al Referendo. Desde la LRS afirmamos que así como la clase trabajadora y el pueblo pobre costarricense logró detener el TLC durante casi cuatro años, así mismo tenemos la fortaleza para derrotarlo; eso sí, apoyándonos en los métodos de combate de la clase obrera y el pueblo pobre: comenzando por la Huelga General Indefinida, la toma de las principales fábricas y empresas puestas a funcionar bajo control de obreros y usuarios, los bloqueos y otros métodos igual de contundentes y efectivos.

Creemos que si gana el “No al TLC”, será producto del gran movimiento de masas de los últimos cuatro años (del cual el propio Referendo es un subproducto), el gran trabajo de organización de una vanguardia política en los comités patrióticos y las coordinadoras regionales; y en el último mes, como producto de la excepcional crisis política en el Poder Ejecutivo. Una victoria del “No al TLC” significaría un importante traspié para los planes imperialistas en la región centroamericana, que colocaría en mejores condiciones a los trabajadores y al pueblo pobre (…)

En caso de que gane “el Sí”, su triunfo estaría marcado por la corrupción y las prácticas fraudulentas e ilegales, comenzando por el memorando y su aplicación meticulosa en toda la campaña “del Sí”; hasta continuar con la extorsión y el hostigamiento de los hermanos Arias sobre los trabajadores para que voten a favor del TLC.

En ambos casos llamamos a llevar una lucha directa por la caída del régimen, de Oscar Arias y su hermano Rodrigo. Llamamos a no confiar en los grandes personajes oportunistas como Eugenio Trejos y Otón Solis (…) y otros personajes que buscan concretar un “Diálogo Nacional”, el cual sería dirigido contra los trabajadores, su movilización y sus métodos. Igualmente llamamos a luchar contra cualquier intento de renegociación del TLC (…)

Gane “el Sí” o gane “el No” al TLC en el Referendo, no vemos más salida a los graves problemas nacionales que la instauración de un gobierno de los trabajadores y el pueblo pobre en Costa Rica, imponiendo el gobierno de los órganos de poder que las masas construyan en el transcurso de su lucha. Sabemos que los trabajadores y el pueblo pobre desean hacer pesar su voluntad en todos los problemas nacionales (como lo demuestran las movilizaciones de los últimos cuatro años, incluidas la del 26 de febrero y la del 30 de septiembre), pero no comparte aún nuestra perspectiva (…) Llamamos a las organizaciones obreras y populares en lucha a pelear por imponer una Asamblea Constituyente, verdaderamente libre y soberana, impuesta por la movilización de masas y la Huelga General; que sea convocada por las grandes organizaciones obreras, apoyada sobre las ruinas del régimen y de todas las instituciones reaccionarias. Una Asamblea Constituyente donde se discutan los grandes problemas nacionales del país y en especial de los trabajadores.