La Federación de Trabajadores de Industrias de la Alimentación convocó a paros de dos horas por turno para el lunes 6, en rechazo a la oferta (provocación) patronal de un aumento del 19% que terminaría de cobrarse ¡en febrero del 2014!

Los paros fueron llamados, como de costumbre, sin que se voten y se resuelvan las medidas en ningún lugar accesible para personas que trabajen en alguna fábrica. Mientras los “dirigentes” resolvieron a su manera, en Kraft y PepsiCo se hicieron asambleas desde el viernes por la noche. Allí el sindicato informó su resolución y se retiró. La burocracia puso carteles, lo que para no ser injustos, es un avance para un grupo de “dirigentes sindicales” enriquecidos que en otros años avisaban por teléfono o mensajes de texto. Para no cambiar la costumbre, este año los verdes tampoco informaron cuánto están reclamando, logrando una insólita situación de una lucha donde los que luchan no saben con la menor exactitud sus objetivos. Cuando en el plenario del STIA del 26 de abril los congresales Bordó increparon a Daer exigiendo que se discuta sobre paritarias y se vote reclamar el 35%, él respondió que iba a luchar por “el mejor salario posible”. A ese plenario concurrieron los congresales Bordó acompañados por unos cien trabajadores, que se quedaron en la puerta del sindicato hasta el final. Esto fue resuelto en las reuniones de la agrupación Bordó, por el antecedente del año pasado donde una patota de la Verde agredió a nuestros compañeros. En el plenario, los congresales Bordó exigieron que se abra la discusión sobre las paritarias, que no estaba siquiera en el temario. Se “votó” que el Consejo Directivo iba a discutir qué hacer en las paritarias y se rechazaron las mociones de la Bordó de convocar a asambleas en todo el gremio y que no se firme un nuevo robo del descuento del 2%.

Cumpliendo con lo que dijeron, ni convocaron a asambleas ni formularon ningún pedido concreto de recomposición salarial. Pese a los métodos de Daer, Morán, Morcillo y los demás, el lunes 6 se paró. Y el paro fue contundente. Así pasó en Kraft, PepsiCO, Stani, Molinos (donde volvió a ganar una interna independiente), en Arcor (Lia Córdoba), en Arcor Arroyito, en Oblitas de Córdoba y decenas de fábricas. Hubo fábricas en las que la Verde no tiene oposición, donde el paro no existió. De conjunto fue una primera respuesta importante de los trabajadores de la Alimentación a la provocación de una patronal amiga de los K, que está agrandada por la política del gobierno de imponer el tope salarial en el 25% negándose a homologar acuerdos mayores. 

En Kraft y PepsiCo los paros se votaron en asamblea a mano alzada y se hicieron asambleas mientras la fábrica estuvo parada. En Kraft los compañeros contratados, que están peleando junto con la Interna por su pase a planta y lograron que se prorroguen los contratos por dos meses, fueron los más activos en las asambleas. Se sumaron en bloque al paro los compañeros de mantenimiento de los tres turnos, que soldaron una estratégica unidad con “los de blanco” en el último conflicto, donde junto a la Interna con paros y asambleas lograron que la empresa les empiece a pagar un plus que les adeuda desde el 2007. En STANI-Cadbury los congresales de la Bordó exigieron asambleas pero el sindicato se negó rotúndamente, mientras la Interna miró para otro lado. Así y todo, los congresales de la oposición entraron a los comedores e informaron sobre la situación, dieron la posición de la Bordó y realizaron asambleas en muchos sectores. Al terminar el día el Ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria. La pelea tiene que seguir en las fábricas y en la calle. El gobierno es parte del problema por su política de tope salarial y por eso es necesario salir a las calles también a luchar contra esta política antiobrera de Tomada y CFK. Como se discutió en las asambleas de Kraft y PepsiCo, es necesario levantar todas las demandas de los trabajadores: 35% de aumento, efectivización de todos los contratados y tercerizados, abajo el impuesto al salario, categorías para las trabajadoras.

Las internas combativas y la agrupación Bordó se ponen al frente de esta nueva pelea de los trabajadores de la Alimentación, impulsando los paros aunque estén llamados por la burocracia con sus métodos de siempre, organizando asambleas y desarrollando la democracia de los trabajadores. En esta lucha contra las patronales y el gobierno, con la fuerza de los miles de trabajadores de la Alimentación, se podrá derrotar a las patronales y sus miserables “ofertas”.