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SALIO LUCHA DE CLASES N° 8

Contra la “nueva derecha” del campo y el “conformismo” intelectual K

Entrevistamos a Ariane Díaz, Gastón Gutiérrez y Matías Maiello, miembros del Consejo Editorial de Lucha de Clases.

PTS

26 de junio 2008

Sabemos que salió el nuevo número de la revista, cuéntennos un poco de qué se trata…

AD: Este nuevo número aborda la crisis nacional actual desatada entre el gobierno y las entidades patronales del campo. La revista busca en este debate aportar análisis, investigaciones y polémicas que den fundamentos para una tercera posición en el conflicto desde la perspectiva de la clase trabajadora. Así en “Gobierno vs. Patria Sojera. ‘Campos’ que no son nuestros”, Christian Casillo aborda las causas más profundas de la crisis que ni “el campo” ni el gobierno se atreven a poner sobre la mesa porque a ninguno le conviene. En esta nota realiza un pormenorizado análisis de las transformaciones en la estructura del campo argentino, y expone los síntomas de agotamiento que sufre el esquema económico con tintes “neodesarrollistas” del kirchnerismo. A partir de este análisis debate sobre las consecuencias políticas de la crisis, tanto entre las clases dominantes como en la situación de la clase obrera. Sobre este tema publicamos también una interesante investigación de Paula Bach sobre el salario relativo en la Argentina post-devaluación, donde se demuestra cómo el crecimiento económico, una de las principales “banderas” del kirchnerismo, fue acompañado por el aumento de los niveles de explotación de los trabajadores.

En la crisis actual llamó la atención el nivel de intervención de un sector importante de la intelectualidad…

AD: Sí, a lo largo de la crisis se destacaron diferentes sectores de la intelectualidad: tenés desde los intelectuales de la derecha que se agruparon en el Foro del Bicentenario hasta el heterogéneo sector agrupado en el Espacio Carta Abierta que se alineó detrás del gobierno. Nosotros en cambio impulsamos la declaración firmada por más de 400 intelectuales, profesionales y trabajadores de la cultura que sostiene la necesidad de una salida independiente de los trabajadores frente a los dos bandos capitalistas.

Uds. hablan de un “nuevo conformismo” entre los intelectuales. ¿A qué se refieren?

GG: Cuando hablamos de “nuevo conformismo” lo hacemos en varios sentidos. En primer lugar lo que queremos señalar es la inconsistencia del discurso de los intelectuales kirchneristas que quieren forjar cierta mística alrededor de una práctica intelectual totalmente comprometida con el statu quo. Nos quieren presentar como una “lucha contrahegemónica”, contra el conformismo de la derecha neoliberal, lo que en realidad no es más que la lucha entre dos conformismos, el de derecha, sí, pero también el conformismo de los que quieren vendernos la realidad actual del país como si estuviésemos en 1949, cuando hoy la participación de los trabajadores en el ingreso nacional ronda el 22% y los salarios se diluyen con la inflación sin haber superado el nivel que tenían en el 2001, en plena crisis. Aunque el proyecto kirchnerista se presenta como “antineoliberal” no ha modificado en nada esta herencia social y económica de los noventa. Este es el primer sentido en el que hablamos de “nuevo conformismo”, retomando los planteos de Gramsci sobre los intelectuales, para definir el debate ideológico cultural que hay entre la derecha y los intelectuales K como una lucha entre dos conformismos.

¿Y en qué otros sentidos hablan del conformismo?

MM: El Espacio Carta Abierta publicó recientemente un artículo que define a la derecha que surgió a lo largo de este conflicto planteando que se caracteriza por un “disloque” entre el discurso y los hechos, que va desde la tergiversación mediática hasta la adopción de “ropajes” populares para perfumar su racismo. Pero lo que ocultan los intelectuales K es que también su propio discurso se caracteriza por ese “disloque” con los hechos. ¿O no hay “disloque” entre presentar al gobierno K como un defensor de los intereses nacionales y populares mientras hay pago de la deuda, concentración de la tierra y de los medios de comunicación, impulso a la privatización de YPF en los noventa, topes salariales? Este “nuevo conformismo” que dice combatir a la derecha no hace más que ponerle una alfombra roja con su embellecimiento del statu quo, y oculta la complicidad del gobierno en toda la política que denuncian. Y acá hay más elementos de un “nuevo conformismo”. Todos estos intelectuales que pretenden que nos conformemos con “lo que hay” basan este “disloque” en un prejuicio ampliamente difundido por la burguesía junto con la ofensiva neoliberal y la restauración del capitalismo en los ex Estado obreros burocratizados. Sostienen que no se puede pensar hoy un cambio revolucionario de la sociedad porque este “pecado” termina sí o sí en un régimen autoritario como fue el stalinista. Pero esta crítica no la hacen como podemos hacerla los trotskistas, desde una tradición que enfrentó a muerte al stalinismo defendiendo el internacionalismo y la revolución contra la burocracia, sino que se escudan en ese prejuicio para esconder su subordinación al poder de turno. Pero como decía Trotsky, esta subordinación podrá tener beneficios materiales y dar la tranquilizadora sensación de “ir con la corriente”, pero lleva inevitablemente a la esterilidad del pensamiento. A esto también nos referimos cuando hablamos de conformismo.

GG: En el artículo criticamos a intelectuales que se reivindican peronistas como Casullo y Horacio González, “populistas” como Laclau y a otros como J. P. Feinmann que quiere ir “más allá” del peronismo, o a Eduardo Grüner, que se reivindica marxista. Por eso hay un significado más del conformismo que tiene que ver con la tradición del marxismo. Walter Benjamin, en sus tesis sobre el concepto de historia decía que en épocas como la nuestra el peligro que amenaza la tradición de los oprimidos es ser convertida en un dócil instrumento de la clase dominante. ¡Y tenía razón! Por eso consideramos fundamental arrancar nuestra tradición de manos del conformismo, impuesto por la Academia o la política de las clases dominantes. Hay que retomar un marxismo no domesticado, inseparable de los destinos de la clase trabajadora, partidario, que pueda sostener sin “disloques” un lenguaje que señale claramente que una revolución social es necesaria contra las nuevas y viejas derechas y contra la conciliación de clases del peronismo.

Antes nombraban a Gramsci y a Benjamin, ambos son protagonistas de la secciones de Teoría y Polémicas…

AD: Sí, en la sección de “Teoría marxista” publicamos “Dialéctica e historia. El marxismo de Walter Benjamin”, donde tomo desde una visión crítica estos dos conceptos centrales de la obra de Benjamin y distintas valoraciones que varios autores hicieron sobre sus aportes al marxismo, especialmente alrededor de sus tesis “Sobre el concepto de la historia” que mencionaban antes. Sobre Gramsci, en “La revolución diplomatizada”, Juan Dal Maso considera críticamente las hipótesis estratégicas de Gramsci y el derrotero de la apropiación “gradualista” de José Aricó y Juan Carlos Portantiero, dos de los protagonistas del grupo Pasado y Presente, que es una experiencia central para pensar el itinerario de la obra de Gramsci en América Latina.

GG: También en la sección “Polémicas”, Martín Noda y Esteban Mercatante responden a las críticas que recibimos de Pablo Rieznik y Claudio Katz en un debate iniciado el año pasado alrededor de la naturaleza de las crisis económicas del capitalismo y la vigencia de caracterizar nuestra época como de “crisis, guerras y revoluciones”, como decía Lenin. Publicamos también una polémica de Eduardo Castilla y Jonatan Ros sobre un prólogo escrito por Eduardo Sartelli al libro Historia de la Revolución Rusa de Trotsky, donde Sartelli expone una burda concepción pragmática y tiene la “astucia” editorial de publicar un libro de Trotsky y al mismo tiempo prologarlo para dar por finalizado todo su horizonte estratégico.

Como siempre, una parte importante de la revista está dedicada al análisis de los procesos en la clase obrera…

MM: Si, en la sección “Movimiento Obrero” publicamos un artículo de Paula Varela sobre el proceso de lucha y organización en la fábrica de neumáti cos FATE, y dos entrevistas realizadas por Paula, Adriana Collado y Laura Meyer: una a delegados de Terrabusi, la ex Atlántida, laboratorio Fressenius y Pepsico Snacks donde describen la situación actual del movimiento obrero en la Zona Norte del Gran Bs. As. y el trabajo que hacemos los revolucionarios en el movimiento obrero; y la otra a uno de los protagonistas de la gran lucha de la textil Mafissa, de La Plata.

GG: En todas estas luchas una nueva generación obrera y estudiantil es la protagonista destacada, nuestra idea con la revista es aportar con ideas y debates a que este “inconformismo” de las luchas actuales adopte una perspectiva revolucionaria.


La crisis política nacional y los intelectuales

Charla-presentación de la revista Lucha de Clases n°8

Panelistas:

Eduardo Grüner

Atilio Boron

Christian Castillo

Miércoles 2/7 19hs. en el Instituto del Pensamiento Socialista “Karl Marx” Riobamba 144

Prensa

Virginia Rom 113103-4422

Elizabeth Lallana 113674-7357

Marcela Soler115470-9292

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