El “Pacto Social” que anuncian condenará todo intento de los trabajadores de “indisciplinarse” contra los techos salariales y argumentará que sin ellos, aumentará la inflación, al tiempo que tratará de institucionalizar los “acuerdos de precios” con los empresarios que hoy se le desbocaron al secretario Guillermo Moreno. Ese “acuerdo de precios” será, en realidad, una forma de controlar la lucha de los trabajadores por el salario y no dirá nada de cómo se reparte realmente el valor de lo producido.

Actualmente, lo que los trabajadores reciben de todo lo producido en el país (PBI) no llega al 25%, mientras era el doble antes de la última dictadura militar. Para elevar esta participación, es necesario el control obrero de la producción y centros de distribución junto a la apertura de los libros de las empresas, es decir, la abolición del secreto comercial con el cual los capitalistas ocultan la verdad sobre sus verdaderos costos para demostrar que el traslado de estos a los precios es sólo sed de ganancias. Si al frente de las organizaciones sindicales no estuvieran los Moyano o los Yasky, al escándalo de la mentira estatal del INDEC podría contraponerse estadísticas propias de los trabajadores reuniendo a especialistas e intelectuales que realizasen un verdadero relevamiento del valor de la canasta familiar.

La única lucha posible contra la inflación, en defensa de los bolsillos de los trabajadores y el pueblo, es el control obrero y la imposición de la escala móvil de salarios, una cláusula gatillo que los aumente automáticamente de acuerdo a la inflación.

Pero un programa obrero y popular de esta naturaleza requiere cambiar de raíz las herramientas de lucha de los trabajadores, como los sindicatos, liberándolas de la tutela del Estado, independizándolas del arbitraje de los empresarios. Es decir, sacando de estas organizaciones a quienes son la correa de trasmisión de los intereses de la clase empresaria, enemiga de los trabajadores: la burocracia sindical con sus privilegios y matones a sueldo. Desde abajo hacia arriba hay que reconstruir las organizaciones de los trabajadores, uniendo en nuevas comisiones internas y cuerpos de delegados a los trabajadores en blanco y precarizados, y creando oposiciones clasistas que luchen por la dirección de los sindicatos. El PTS propone este camino de lucha para construir un gran partido de la clase trabajadora que prepare una salida a favor de la mayoría popular.