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Raúl Godoy, Dirigente del Sindicato Ceramista DE NEUQUÉN y del PTS

Construir una izquierda en la clase obrera

16 de julio 2004


(...) Tenemos que comenzar a recomponer las mejores tradiciones de la clase obrera (...) y ya empiezan a apuntar en el país y a nivel internacional, fenómenos, que empiezan a mostrar que los trabajadores (…) podemos ser sujetos de cambio y de liberación (...) Ahora lo estamos viendo en chiquito pero lo vamos a ver mucho más.
La tarea de los revolucionarios (...) es aportar en este reanimamiento que se empieza a dar (...) para que la clase obrera se ponga a la altura de las tareas planteadas.
Nuestra primera distinción con el resto de la izquierda, es que el PTS viene hace años intentando que las ideas revolucionarias entren en la clase obrera, en especial de la industria y los grandes servicios (...) Entonces ahí vienen algunos debates (...). Porque hay muchos que dicen que hay que ir a la clase obrera o que la clase obrera es el sujeto. Pero entonces la pregunta que se abre es ¿para qué ir? ¿a decir qué?
En una entrevista para la película LA TOMA de Naomi Klein me preguntaron si todo el fenómeno de Zanon había sido una idea de un grupo de viejos trotskistas ortodoxos que hicieron una conspiración o si era un proceso genuino y espontáneo de los trabajadores.
Ustedes saben que Naomi Klein tiene una visión autonomista y la respuesta que le hubiese gustado escuchar es que Zanon era un proceso espontáneo y natural de los obreros. (...) Muchas corrientes hacen grandes esfuerzos para demostrar que las agrupaciones, los partidos, sólo sirven para poner obstáculos, aplastar la conciencia, la organización y la lucha de los trabajadores. (...)
¿De dónde salen estas ideas? Tal vez estas corrientes lo plantean, por lo menos las que lo dicen de buena fe, porque vieron actuar a las corrientes más conocidas de la izquierda. Para ellos, las iniciativas, las ideas, las tendencias reales de la clase obrera, no tienen importancia. Esto también se da en los sindicatos donde la izquierda conquista corrientes o sectores y también en varios movimientos piqueteros. Y cuando conquistan los sindicatos quedan entrampados en las leyes y en los estatutos burocráticos (...). Muchas veces escuchamos discursos rojos, en los actos o elecciones, pero en la vida cotidiana se adaptan a lo permitido.
¿Por qué predominan estas tendencias, las autonomistas de un lado y las aparatísticas del otro? Creemos que es porque hace 30 años que no vemos a la clase obrera a la ofensiva y existe escepticismo en cuanto al poder revolucionario de los trabajadores.

"Unidad de las filas obreras"
Tanto amigos como adversarios, reconocen que el proceso de Zanon y del Sindicato Ceramista es distinto. ¿Cómo se explica esto cuando no hay radicalización o un gran ascenso obrero? Esto es lo que voy a tratar de contarles (...) hablarles de nuestra política como militante del PTS, en la lucha en que nos toca ser uno de los protagonistas y tener responsabilidad en la dirección de un destacamento de la clase obrera.
Una de las primeras cuestiones que tuvimos que encarar fue la unidad de las filas obreras. Ustedes saben que en Argentina existen 12 millones de trabajadores, de los cuales 4 millones están desocupados y subocupados. 8 millones trabajan, pero la mitad está en blanco y la otra en negro. De los 4 millones en blanco, la mitad sindicalizados, y a su vez estamos partidos en 3 centrales sindicales. Y si hablamos de los compañeros que también forman parte de nuestra clase, como los compañeros desocupados tenemos que decir, que con mucha suerte el 10 % solamente, se organiza en 10 o en 20 movimientos distintos.
(...) Nuestro partido se ha distinguido por insistir en que no puede haber política revolucionaria sin pelear por la unidad de las filas obreras. (...) La unidad de ocupados y desocupados es fundamental. En Zanon, empezamos por algo más chico todavía, que fue la unidad entre efectivos y contratados. Esto es un problema de todos los días (...) Y no siempre los trabajadores ven esta necesidad. La patronal y la burocracia inculcaron que esto es algo natural, que si sos contratado, algún día te tenés que ir y si sos desocupado, será por algo.
(...) Nosotros, aún cuando no había grandes levantamientos, tuvimos una política de unidad hacia los movimientos piqueteros. (...) el primer viaje que hicimos apenas ganamos el sindicato fue a Mosconi (...) íbamos con el orgullo de haberlo votado en un plenario de delegados de las cuatro fábricas, de este Sindicato Ceramista (...) Y en Neuquén, desde el inicio nos unimos con los compañeros desocupados del MTD (...). Cuando ocupamos la fábrica la abrimos para todos los movimientos de desocupados y entraron a trabajar el MTD, el Polo Obrero, el Teresa Vive y Barrios de Pie. No la CCC y la CTA porque estaban en la tregua con Duhalde (...) Hicimos la Coordinadora del Alto Valle, como herramienta de organización y lucha, en primer lugar de ocupados y desocupados, y al mismo tiempo con otros gremios como estatales, docentes y estudiantes, e incluso de Río Negro (...)
Pero esto ¿es una particularidad neuquina? Nosotros pensamos que esto no sólo se podía hacer sino que se puede hacer hoy en muchos lugares. Que incluso hubo sindicatos recuperados a la burocracia, por compañeros de izquierda, pero allí no se hizo, ni aún hoy se hace. Sin ninguna soberbia, decimos que el PTS jugó un rol decisivo para que esto fuera así. (...)
Y por esta unidad nos pegaron durísimo. El primer corte de puente, hace más de tres años junto al MTD, nos montaron una provocación, el gobierno (...) interceptó un colectivo del MTD y metió en cana a 50 compañeros. (...) Pero ese mismo día (...) con los obreros de Zanon, a las 2 de la mañana, terminamos de sacar de la comisaría al último compañero del MTD. A partir de ese día no nos dividieron más (...)

Movimiento único de desocupados
Lamentablemente la mayoría de los movimientos piqueteros tampoco tiene la política de unir a ocupados y desocupados, ni la mayoría de los sindicatos recuperados tampoco. Por eso nosotros ¿qué decimos cuando se gana un sindicato? Sindicato que se recupera tiene que abrirse a los desocupados (...) Y al mismo tiempo ¿qué decimos ante la dispersión de los compañeros desocupados en decenas de movimientos? Y esto lo compartimos con compañeros como los de la FTC-Mesa Nacional (...) Un movimiento único de desocupados, con libertad de tendencias a su interior, no que cada partido haga su corralito y mantenga sus planes, sino que todas las organizaciones combativas confluyan en una sola y masiva organización, para que le haga más fuerza al gobierno por trabajo genuino (...)

Derrotar a la burocracia sindical
Nosotros derrotamos a la burocracia sindical ceramista, primero en Zanon a través de conquistar la Comisión Interna y una de las primeras banderas fue la unidad entre efectivos y contratados para votar todo (...) Pero después comenzamos a hacerlo con el resto del sindicato, con los compañeros de la fábrica Stefani de Cutral Có, de Cerámica del Valle y recuerdo ahí los consejos que nos daba la CTA "entren a la CTA, es imposible cambiar a los sindicatos desde adentro (...)". Y nosotros le dijimos no y en una asamblea destituimos a la burocracia. Después meter el voto en una urna fue un trámite, antes se la ganamos en las asambleas y en la calle (...) En plena ocupación tuvimos que volver a enfrentarnos con la burocracia cuando vinieron a provocar pidiendo el desalojo, con tipos pagados, de la hinchada de Cipolleti . Y esta vez los tuvimos que sacar a piedrazos y otras cosas, junto a los compañeros del MTD y de la comunidad que nos acompañó. Y así también se combate a la burocracia.

Mesa de coordinación obrera
(...) El compañero del Turbio ya explicó muy bien cómo, después de la tragedia, enfrentaron a la burocracia y cómo la expulsaron en la asamblea que impuso una comisión provisoria. En abril, tuvimos la enorme huelga del subte contra la patronal y la UTA, y el Cuerpo de Delegados se convirtió en la verdadera dirección de los trabajadores. En menos de dos meses, dos grandes gestas obreras contra la patronal, el gobierno y la burocracia sindical.
Son nuevos síntomas que empiezan a mostrar otro estado de ánimo en la clase trabajadora. Pero no podemos dejar que cada uno de estos procesos siga por su lado (...). Hace falta reagrupar a todas las expresiones antiburocráticas en una mesa de coordinación entre los compañeros del Turbio, el Cuerpo de Delegados del Subte, el Sindicato Ceramista, la Unión Ferroviaria de Haedo (...).

Sindicato militante
Hubiera sido imposible llevar adelante las tareas que nos demandó la lucha de Zanon, si no hubiéramos hecho un sindicato militante. Ustedes habrán visto decenas de compañeros de Zanon, en charlas, actos, por los medios, defendiendo lo que hicimos, argumentando con fundamento (...) Estoy orgulloso como militante del PTS de haber aportado a formar una camada de luchadores clasistas (...) A esos compañeros no los van a pasar por encima así nomás, porque saben que la fuerza la tienen ellos mismos, no depositan la confianza en ningún patrón ni en ningún salvador.
¿Y cual es el secreto para lograr esto? En primer lugar, la democracia obrera, las asambleas, el no querer imponer sino convencer con argumentos. Pero también darle la seguridad a los compañeros para que fueran y hablaran como obreros de Zanon en todos lados. Que los obreros se autodeterminen (...). No como en algunos movimientos, y sin ir más lejos el movimiento de Caro donde siempre habla él. En nuestro caso los voceros fueron los representantes directos de la gestión de la fábrica (...)

Independencia de clase
(...) una de las primeras cosas que tuvimos que combatir entre nuestros compañeros era el excesivo respeto a las leyes. Primero fue romper la conciliación obligatoria cuando cayó la burocracia con un papel diciendo que teníamos que levantar las medidas de fuerza. Fue una gran discusión y se superó y esto nos dio el triunfo en la huelga de 9 días en el 2000. (...)
Luego salimos a cortar la ruta y los puentes –estoy procesado por una de esas acciones- y después fue tomar la fábrica y meses después cuando rompimos el precinto de gas y pusimos en marcha la planta. Superamos mucho de los prejuicios que la burguesía nos mete en la cabeza para que no cuestionemos la propiedad privada, sus leyes e instituciones. Un partido revolucionario tiene la obligación de combatir estos prejuicios y marcar que la lucha de clases no se puede detener ante un alambrecito o un papel, sino evaluando la verdadera relación de fuerzas entre los campos en lucha. (...)
Estas cuestiones no surgen directamente de la espontaneidad de los obreros sino de una dirección revolucionaria consciente. Porque la lucha de clases no es sólo patrones contra obreros, sino contra la clase capitalista y su estado y por lo tanto es lucha política. No alcanza con romper con la burocracia, hay que romper con el dueño del circo, con los partidos de los empresarios. (...)
A los dirigentes clasistas de nuestro sindicato, que no comparten la estrategia del PTS, no le dijimos: "entren a nuestro partido o nada". Pero tampoco cedimos a la idea burguesa de que los trabajadores no tenemos que hacer política y (…) concluimos con varios de ellos –que no es la mayoría pero sí un sector importante- que necesitamos construir e impulsar una herramienta o movimiento político de los trabajadores. (...) Esto es un gran paso adelante. A su vez, como sindicato, impulsamos un periódico militante de la clase obrera, el periódico Nuestra Lucha que difunde la idea de la independencia política de los trabajadores.
Gramsci el gran revolucionario italiano, planteaba que hay tres niveles de conciencia de clase. Uno elemental, el de reconocerse como obrero enfrentado al patrón, que necesita una organización para defenderse, como fueron los sindicatos por oficio, y que no tienen los mismos intereses. Un segundo que lleva al obrero a plantearse que necesita grandes sindicatos por industria y su propia representación política, su propio partido, para obtener leyes y conquistas como clase, pero sin proponerse cambiar el conjunto de la sociedad capitalista. Y hay un tercer nivel, que el proletariado vea su rol hegemónico en la sociedad, de pensarse como clase obrera no sólo para tener su propia organización sino para destruir la organización de los capitalistas y esta sociedad basada en explotación, y construir una nueva sociedad, y esa es la conciencia que queremos conquistar. (...)

Construyamos el partido revolucionario
Para volver a la pregunta de Naomí Klein de ¿quién hizo el proceso de Zanon? Si trotskistas ortodoxos que conspiraron o la clase obrera. Naturalmente, le dije que el proceso lo habían hecho los obreros de Zanon pero que sin un partido revolucionario que aportara en parte la estrategia, el proceso de los ceramistas, no hubiera sido tal y cual como se dio. Entonces fue esa combinación la que dio ese proceso. (...)
Nosotros decimos: ni grupo de iluminados externos a la clase trabajadora ni pura espontaneidad. Ni aparatos burocráticos sin democracia obrera ni libertad de tendencias a su interior ni autonomismo impotente. Y si en Zanon, que es una fábrica en una provincia chica, el aporte que hicimos fue decisivo, imagínense lo necesario que es una dirección revolucionaria para que los trabajadores podamos dirigir el país (...)
La burguesía tiene su estado mayor, que utiliza contra los trabajadores y la revolución, forma a sus dirigentes, sus instituciones represivas como la policía y las fuerzas armadas, nos mete su ideología (...). Ese estado mayor contrarrevolucionario está preparado y nosotros debemos estar a la altura de ese enfrentamiento, preparando nuestro propio estado mayor. Esa es la tarea estratégica.
No somos un partido de izquierda más. Desde hace años venimos a contramarcha del resto de la izquierda. Venimos peleando para que el programa revolucionario se haga carne en la clase obrera, aunque todavía no esté en ascenso. No es una tarea fácil ni tampoco muy vistosa. Porque seguimos siendo partidarios de la clase obrera como sujeto revolucionario. Porque tenemos confianza en nuestra clase y en la teoría y programa del marxismo revolucionario. Las luchas van y vienen, surgen todos los días, sin necesidad de que los revolucionarios estemos (...). Pero para triunfar de verdad, para terminar con la explotación si no tenemos un partido revolucionario, no vamos a ningún lado. (...) El llamado es a construir la organización de los esclavos insurrectos, para acabar de una buena vez con este sistema capitalista y por la revolución obrera y socialista (...) Cada uno de los que estamos acá tenemos una partícula de esa responsabilidad en nuestras espaldas, en nuestra mochila. Construyamos el partido revolucionario que nos merecemos.


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