El miércoles 12 el TOF N° 1 de San Martín dictó sentencia en el juicio por el que se juzgó a 5 militares y un policía por el Asesinato del Negrito Avellaneda y el secuestro de su madre Iris Pereyra de Avellaneda. Como reflejáramos en un comunicado que sacamos varios organismos nucleados en Justicia Ya, sólo el Gral. Riveros recibió la condena que merecían todos: Prisión Perpetua en cárcel común. El resto de los acusados fueron condenados a penas de 25 años en el caso de Verplatsen (Jefe de Inteligencia de Campo de Mayo) a 18 años García (Jefe del ˜área Vicente López), 14 años el policía Aneto y 8 años para Fragni y Harsich (miembros del Ejército que participaron del secuestro). El aspecto más favorable del fallo es que se ha condenado a todos los acusados y que se ha ordenado que se cumpla la sentencia en la cárcel. Si bien entendemos que cada condena de un genocida es un triunfo de la lucha popular, en este fallo se ha sentado un peligroso antecedente que lleva a una suerte de nueva Obediencia Debida. Como se desprende de las condenas se le ha otorgado más responsabilidad a aquellos que tenían un mayor rango jerárquico, llegando al absurdo de decir que los miembros del Ejército Fragni y Harsich quienes secuestraron al Negrito e Iris en abril de 1976 podían no saber que en Campo de Mayo se los iba a torturar absolviéndolos de las torturas de Iris y la muerte del Negrito. Asimismo se lo absuelve al policía Aneto de las torturas del Negrito ya que dice el tribunal que si Iris escuchaba los gritos del Negrito mientras ella era torturada por Aneto este no podía estar al mismo tiempo en ambas habitaciones torturando a ambos. Estos no son ejemplos de razonamientos absurdos sino de un mecanismo jurídico que tiende a diluir las responsabilidades y a procurar una nueva forma de impunidad. Al escollo de una justicia que sólo juzga a algunos jerarcas y a aquellos represores que las víctimas pudieron identificar ahora se suma que aún esos pocos que han sido identificados si participaron del secuestro no son responsables de la suerte que corrieron las victimas.

Asimismo se rechazó el pedido de condena por genocidio a pesar que quedó demostrado que por Campo de Mayo pasaron miles de militantes obreros y populares, miembros de diversas comisiones internas y activistas sindicales de la zona norte fueron desaparecidos por el comando de Institutos Militares que comandaba Riveros, el que esperemos termine sus días en la cárcel.