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Comunicados de prensa

Un debate con PO y MST sobre los frentes políticos

¿Cómo expresar en estas elecciones lo más avanzado de la lucha universitaria?

Prensa PTS

7 de octubre 2005

Durante el reciente proceso de lucha en torno a las huelgas docentes y en el pasado Encuentro Nacional de Estudiantes contra la LES se ha profundizado el debate sobre las diferentes estrategias para el movimiento estudiantil. Gran parte de este debate ha sido protagonizado por organizaciones que nos reivindicamos de la izquierda obrera y socialista. Estas líneas tienen la intención de continuar el debate desde el marxismo revolucionario con los compañeros de PO, MST “Alternativa Socialista”, y MST “El Socialista”, de cara al nuevo activismo que surgió de este proceso, y contraponiendo este método al de las acusaciones livianas y degradantes totalmente ajeno a nuestra tradición, y propio de los partidos burgueses y la burocracia.

Dos respuestas ante la crisis de representación política
La lucha de agosto y setiembre con las tomas de facultades, las clases públicas, los cortes de calles, y las movilizaciones de miles en varias universidades del país fue la primera lucha de extensión nacional en la que tuvo un rol protagónico el movimiento estudiantil desde las jornadas de diciembre de 2001. En el caso particular de la UBA esta fue la lucha más importante desde la debacle del radicalismo en la Capital Federal y su consecuente crisis de representación política entre los estudiantes. Ante el retroceso de la Franja Morada se ensayaron diferentes alternativas, sin embargo, nada puede seguir igual después de este proceso, es hora de repensar y volver a formular las respuestas al calor de esta nueva experiencia junto con el activismo surgido del proceso.
Desde las corrientes que nos reivindicamos obreras y socialistas se dieron dos tipos de respuesta ante la crisis del viejo “movimiento estudiantil” (si es que se lo podía llamar de esa manera) dirigido por la Franja Morada. Una fue la que se expresó en el frente Oktubre entre PO, MST, el Viejo Topo, y En Clave ROJA que accedió a finales de 2003 a la presidencia del Centro de Sociales. Como planteaba correctamente PO, este frente “independiente de las autoridades de la facultad, el Rectorado y el gobierno nacional” fue una respuesta a “la necesidad de politizar la elección - llenándola de contenido - , y de una delimitación en relación con las autoridades de la UBA y sus lacayos estudiantiles.”(Prensa Obrera n° 825)
Por fuera de este criterio, en otros Centros de Estudiantes y en la FUBA, tanto PO como MST ensayaron simultáneamente otra respuesta que a nuestro entender es contraria a la que ensayamos en Sociales, a saber: la constitución de frentes con agrupaciones burocráticas y reformistas (como la Venceremos-Patria Libre, la CEPA-PCR, o el TNT de económicas) para acceder mediante simples combinaciones electorales a los puestos de dirección perdidos por la Franja Morada.
 Esta respuesta, de conjunto contradictoria, que durante los años anteriores se tornaba cada vez más problemática, en el momento actual donde la experiencia de lucha puede dar vida a un nuevo y genuino movimiento estudiantil, aunque aún minoritario, se hace insostenible, cuestión que quedó expresada tanto en las Interfacultades de la UBA como en el 3° Encuentro Nacional contra la LES.

Frente único y unidad de acción
 La herencia de la Franja Morada es concreta y actual, consiste en organizaciones estudiantiles burocratizadas, vaciadas de participación estudiantil y de contenido político, impotentes para frenar la creciente subordinación de la universidad a las grandes empresas, cuya tarea principal es la prestación de servicios. A diferencia de lo que tienden a plantear tanto PO como MST, el acceso de la izquierda a la conducción de estas organizaciones mediante la aritmética electoral no cambió “mágicamente” el contenido de las organizaciones, sino que puso a sus nuevos dirigentes ante el monumental desafío de terminar con esta herencia de más de 20 años y construir una nueva tradición en el movimiento estudiantil, autoorganizado, antigubernamental, antiimperialista, que se una a la clase obrera, y cuestione el contenido de clase de la universidad con todo lo que ello significa.
 La alternativa de los frentes electorales con las organizaciones burocráticas y reformistas no hizo más que entorpecer este objetivo, o en el mejor de los casos posponerlo, como quedó demostrado con el frente con la CEPA en Psicología, o con los frentes con el TNT, y con la Venceremos, en la FUBA. Creemos que estas alianzas parten de una deformación de la táctica de frente único donde la conquista de aliados se hace a costa de ceder en aspectos esenciales a la política de los reformistas. El frente con los kirchneristas de Patria Libre para acceder a la presidencia de la FUBA en 2003 fue un ejemplo paradigmático de esto.
 Para las elecciones de este año PO y MST parecen prepararse para una reedición de esta política pero esta vez con un acuerdo con la CEPA-PCR. Esta alianza había comenzado a delinearse en el Congreso de la FULP de mediados de año, donde ambas organizaciones participaron de un frente junto con la CEPA, que venía de boicotear el 2° Encuentro de Nacional contra la LES.
 En aquel entonces no hubo de parte de MST y PO ninguna fundamentación sobre esta alianza. En torno a la reciente lucha y al 3° Encuentro Nacional comenzaron a ensayar una justificación consistente en embellecer a esta corriente, presentándola como convocante al 3° Encuentro, cuestión que la misma CEPA niega, y como vanguardia de la lucha, cuando quienes estuvimos en la lucha sabemos que hizo poco y nada tanto por la lucha como por el surgimiento de las asambleas que la llevaron adelante.
Esta corriente es ferviente opositora a los organismos de autoorganización, tanto en las luchas del ’95 y el ’99 marchó junto con la Franja Morada, ese mismo año barrió las facultades mientras los no-docentes estaban de paro. No por casualidad son parte de un partido, el PCR, que apoyó la candidatura de Menem en el ’89.
 Sellando un acuerdo con la CEPA para las elecciones, los compañeros de MST y PO están confundiendo, en relación al frente único, la necesaria unidad de acción para la lucha con la conformación de un bloque político.
 Nosotros impulsamos la unidad de acción con todas las corrientes que apoyaron aunque sea de palabra la huelga docente, incluida por supuesto la CEPA. En la Interfacultades de La Plata, desde En Clave ROJA fuimos los primeros en exigirle a la CEPA que como dirección de la FULP se ponga a la cabeza de la lucha, impulse la Interfacultades, y convoque al 3° Encuentro. Sin embargo, sabemos que esta corriente es un aliado circunstancial, y que la conformación de un bloque político con ella solo puede ser, como se viene demostrando, a costa de las mil y una concesiones, que van en contra del objetivo de construir un nuevo movimiento estudiantil militante.

Frentes políticos para refundar los centros en base a la experiencia de la lucha
 Desde En Clave ROJA nuestra respuesta a la situación planteada por el retroceso de la Franja Morada fue una y la misma desde aquel entonces, a saber: el llamado a hacer frentes políticos a las organizaciones que se reivindican de la izquierda obrera y socialista, y a las agrupaciones y estudiantes independientes combativos, por la autoorganización, y la unidad con el movimiento obrero, por las reivindicaciones estudiantiles y el cuestionamiento del contenido de clase de la universidad, contra los gobiernos de turnos, y contra el imperialismo. Esta política quedó plasmada tanto en el Centro de Sociales (UBA), como en el de Filosofía y Humanidades (Córdoba) donde se conformaron los frentes Oktubre que actualmente dirigen estos centros.
Estos frentes tienen la virtud de haberse enfrentado desde un principio, tanto a la burocracia carnera de la Franja Morada, como a las agrupaciones gubernamentales como Patria Libre, o a las corrientes burocráticas y conciliadoras como la CEPA, mostrando claramente hacía el movimiento estudiantil cual es la encrucijada política que tiene planteada. Luego de la lucha de agosto-setiembre es necesario profundizar este camino tomando lo mejor de esta experiencia junto con los cientos de compañeros que participaron de las asambleas, tomas y movilizaciones.
 A diferencia de la CEPA que como buena corriente burocrática exige que se retroceda del nivel de organización y lucha alcanzados (como en esta lucha las Interfacultades), cuestión a la que ceden tanto PO como MST, nosotros opinamos el frente político implica constituir la unidad necesaria para desarrollar lo más avanzado y darle expresión política; no para retroceder. Es por eso que venimos desarrollando el debate sobre la construcción de organizaciones militantes que atravesó tanto al frente Oktubre, como a las asambleas e Interfacultades. A pesar de que los compañeros de PO y MST muchas veces se ofusquen, consideramos que este debate es fundamental para el surgimiento de un nuevo movimiento estudiantil que rompa con el legado burocrático, despolitizado y gorila de la Franja Morada.
 ¿Por qué es importante hoy esta discusión? Porque la Interfacultades que llegó a reunir a 1000 compañeros, las asambleas de cientos en Sociales y Filosofía, dejaron planteada la posibilidad concreta de comenzar a revertir la separación entre las nuevas direcciones y la base del movimiento estudiantil que se perpetuó luego del retroceso de la Franja Morada.
Creemos que los frentes con corrientes burocráticas juegan en contra de aprovechar esta oportunidad, ya que en los casos donde dirigen Centros, como en Psicología o en Filosofía y Letras, lejos de incentivarse la politización de los estudiantes, este tipo de frentes han mantenido una relación con la base a través de la fotocopia de apuntes y la gestión de bares, es decir, con peligrosos rasgos clientelares. La renta que obtienen los militantes de estas agrupaciones, ya sea que trabajen o no en estos espacios de gestión, al no ser votadas en ninguna asamblea, consolidan aún más la separación entre el “centro” que presta servicios y el estudiantado pasivo.
 Como bien sabemos quienes militamos en el trotskysmo, la adaptación a la pasividad y despolitización, que se traduce en supereestructuralización de los elencos dirigentes, es ni más ni menos que el camino hacía la burocratización. Por esto, y no por otro interés, es que desde En Clave ROJA insistimos constantemente en que los centros funcionen en base a asambleas y cuerpos de delegados, o en cuestiones como que se sorteen los puestos en bares y fotocopiadoras, o que cualquier rentado político sea votado en asamblea, o que los excedentes no se usen para poner nuevos y más lujosos bares y gimnasios, sino para aportar a las luchas de trabajadores ocupados y desocupados, estudiantiles y de todos los sectores explotados y oprimidos. Creemos a su vez, que solo de esta manera podemos desterrar los elementos de antipartidismo que se expresaron en muchas asambleas.
 Tenemos que discutir junto con los activistas combativos como llevar adelante estas medidas, muchas de las cuales fueron votadas en importantes asambleas. Llamamos tanto a PO como a MST a abandonar el seguidismo a las corrientes burocráticas y conciliadoras como la CEPA, y sumarse junto al resto de las organizaciones que se reivindican de la izquierda obrera y socialista, y a las agrupaciones y estudiantes independientes combativos a la tarea de refundar los Centros de Estudiantes en base a esta experiencia, para avanzar en constituir una nueva tradición militante en el movimiento estudiantil, único camino para derrotar definitivamente a la Franja Morada.

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