El sabado 30 de abril la multinacional Coca Cola en Neuquén despidió a 4 trabajadores que venían llevando un reclamo en la Subsecretaria de Trabajo, luego del despido de más de 140 trabajadores, exigiendo su reubicación y contra las amenazas de despido de la empresa y su patota sindical. Entrevistamos a Natalia Hormazabal, integrante del CeProDH y abogada de los trabajadores despedidos.

Coméntanos como surgen estos despidos

La situación comienza el 11 de marzo cuando llega a Neuquén Marco Marsó de FATAGA [1] a plantear que la embotelladora cerraba y que si los trabajadores no tomaban los retiros voluntarios serían todos despedidos recibiendo la mitad de las indemnizaciones. Los trabajadores ahora despedidos, comenzaron a denunciar públicamente el cierre de la planta.
El Gobernador Sapag se había comprometido frente a los trabajadores en que esto no ocurriría, y comenzaron reclamos en la Subsecretaría de Trabajo. Frente a esta situación, la patota sindical de Coca Cola, Fataga y Sutiaga, plantearon que había que resignarse, y que su tarea era “pelear por las mejores indemnizaciones y por un plus del 10% a los que tomaran el retiro”. En menos de una semana toda la Comisión Interna y la Comisión Directiva del Sindicato había renunciado, y 140 trabajadores, amenazados, aceptaron los “retiros voluntarios”. Un mes y medio después, y sin aceptar irse, luego de 6 audiencias y múltiples presentaciones en la Subsecretaria de Trabajo, Coca Cola despide a estos 4 trabajadores, dos de la producción y dos de depósito.

¿Qué medidas tomaron?

El martes 3 de mayo deciden bloquear el portón del depósito de Coca Cola en Centenario, junto a trabajadores de otras fábricas de aguas gaseosas de la región como Aqualic, Aguas Nico; organizaciones de trabajadores docentes, estatales, papeleros, municipales, ceramistas; y junto a organizaciones políticas, exigiendo su inmediata reincorporación. Y fue un hecho tan impactante, luego de la derrota de los 140 despidos, que a media mañana fue todo el sector de Preventa de la empresa, desoyendo las órdenes de sus jefes, a solidarizarse con los despedidos y en ese mismo lugar realizan una asamblea, donde deciden poner fin a la falta de representación gremial, votando delegados, tanto en sector Depósito como en Preventa.

Luego del bloqueo, la Subsecretaría de Trabajo decide llamar a audiencia y dictar la conciliación obligatoria. Al otro día, concurrieron los trabajadores a las puertas de la fábrica para ingresar a sus puestos de trabajo y la empresa, desacatando la conciliación, no les permite el ingreso. Cuando de multinacionales se trata, los Ministerios y Subsecretarías de Trabajo permiten y avalan la violación a las leyes del país. Inclusive, se le ha permitido a Coca Cola que militarice el depósito de Centenario con más de 10 policías armados, con los cuales los trabajadores deben convivir.

¿Qué pasos van a seguir?

Los trabajadores van a continuar su reclamo entendiendo que esos despidos son discriminatorios, a pesar de las amenazas del Secretario adjunto de Sutiaga, Omar Navarrete, que les dijo a los trabajadores ”que si continuaban con las medidas de fuerza, junto con Fataga y Camioneros, les pasarían por encima y correría sangre”. Frente a esto, los trabajadores comenzaron a trabajar un petitorio exigiendo la reincorporación y repudiando las amenazas, que ya cuenta con cientos de firmas; han sido parte de los levantamientos del peaje junto a los trabajadores estatales y continuarán su reclamo por la reinstalación a sus puestos de trabajo, contra esta patronal imperialista.