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Clima de reconciliación

Clima de reconciliación

El gobierno y las patronales del campo están intentando "arreglar un empate". Contrariamente a la definición de “clima destituyente” que inventaron tanto los intelectuales del kirchnerismo como los que, desde “la izquierda”, han soñado ver en la protesta de la burguesía agraria los aires del 2001, el verdadero clima social empuja a la conciliación entre los dos bandos patronales, como reflejaron las encuestas que en un 75% pedían el arreglo.

Comité de Redacción

22 de mayo 2008

El gobierno y las patronales del campo están intentando "arreglar un empate". Contrariamente a la definición de “clima destituyente” que inventaron tanto los intelectuales del kirchnerismo como los que, desde “la izquierda”, han soñado ver en la protesta de la burguesía agraria los aires del 2001, el verdadero clima social empuja a la conciliación entre los dos bandos patronales, como reflejaron las encuestas que en un 75% pedían el arreglo.

La prolongación de la puja abierta en las clases dominantes empezó a hastiar a la mayoría popular. Cada vez se va poniendo más en claro para millones el carácter mezquino de la disputa por una renta de la cual los trabajadores y el pueblo pobre no obtienen nada y, encima, sufren la inflación que erosiona los salarios y aumenta la pobreza. Ni las entidades rurales ni el gobierno pueden ya atraer mas fuerzas de su lado. Por el contrario, tiende a desgastarse la trampa de la falsa polarización entre dos bloques igualmente reaccionarios como lo expresa el pronunciamiento de un sector de intelectuales y profesionales de izquierda (ver Pág. 4 y 5), o se puede colar entre las brechas de los de arriba la intervención de sectores de masas por su propias demandas, como ya lo anticipan las luchas salariales de los obreros industriales de Fate y Terrabusi en la zona norte del Gran Buenos Aires (Pág. 10 y 11). Si bien la clase trabajadora no ha intervenido como un tercer actor independiente, esta será una tendencia creciente de prolongarse la crisis. A esto obedece, fundamentalmente, tanto el guiño de Cristina y Moyano en el acto del PJ a las patronales del campo, como el “convite” de estos a negociar levantando el paro y los cortes de ruta; cosa que hicieron, aún con matices, tanto la Sociedad Rural como Alfredo De Angeli desde Gualeguaychu.

El acto de la “Patria Sojera” y el Pacto que cambió de feriado

La debilidad del gobierno ha quedado en evidencia con el abandono de su plan inicial de realizar un acto en la Plaza Mayo este 25 y su huída a Salta, para no medir fuerzas con el acto ruralista de Rosario, postergando el llamado “Acuerdo del Bicentenario” al 9 de julio, al que tendrían que rebautizar ahora como del día de “la independencia”.

Más allá de los fallidos históricos, entre los más acuerdistas, Luciano Miguens de la SRA, llegó a decir que el llamado oficial a “ un pacto social, a una integración de todos los sectores, me parece bueno” (El Cronista, 21/05), y que de lo contrario al Acuerdo “la falta una pata” (La Nación, 21/05). En el otro extremo del frente patronal agrario, Alfredo De Angeli propuso transformar el acto de Rosario “en una gran asamblea”. Pero uno de los organizadores de la “fiesta patria” “El vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Ricardo Buyaile, aclaró que los productores del campo llegarán masivamente desde todos los pueblos a presenciar “un acto, no una asamblea” (Crítica, 21/05).

Aunque el acto de Rosario encarnará el pasaje a la oposición antigubernamental de amplias clases medias rurales y urbanas, no significa todavía una traducción en una fuerza política. La caída de popularidad de Cristina Kirchner abrió la carrera de la oposición patronal pero sin dar aún un claro líder ni partido capaz de hacerle frente. Macri, Carrió o Binner que participarán frente al Monumento a la Bandera, disputan distintos sectores de todo esta arco social de capas medias. “Todos juntos por un país federal” que será el lema del 25 de mayo de Rosario, es un programa tan limitado que, al mismo tiempo que es insuficiente para crear un partido de oposición; pretende que en manos de los gobernadores -sobre los que pesan fuertes déficit fiscales provinciales- la renta nacional será mejor distribuida que desde el ejecutivo nacional por un Schiaretti, Das Neves o Sapag.

Las deserciones en la izquierda

El PCR y el MST llaman a participar del acto del 25 de mayo en Rosario compartiendo la “fiesta patria” junto a los terratenientes de la Sociedad Rural, los ganaderos de la CARBAP, el PRO y la Coalición Cívica. Allí, dicen, van a “elevar la propuesta” del “Foro por la Segunda Independencia” que impulsan junto al ex menemista Mario Cafiero, el grupo proveniente del ARI, liderado por el diputado Macaluse y hasta un senador radical de la provincia de Buenos Aires. El MST, ha pasado de las declamaciones de “una nueva izquierda” en general a la disposición abierta a fusionarse con viejas figuras provenientes de la Alianza. El salto fue posible por la “histórica” protesta agraria. En verdad, el MST y el PCR han logrado entrar en la historia de la izquierda nacional. Si los viejos Partidos Socialista y Comunista merecieron todo un capítulo por su gorilismo en la tragedia del ’55; en esta farsa de “Unión Democrática” vs. falsos “nacionales y populares” los partidarios de Ripoll y Otto Vargas tendrán, al menos, una nota al pie. Aunque no es poca cosa apoyar un lock out patronal (de las patronales grandes de la Sociedad Rural y de las pequeñas y medianas patronales como la Federación Agraria, también) que tuvo como programa real el “no a las retenciones”, compartido por el indivisible frente único de las 4 entidades que junto al gobierno mantienen al 70% los trabajadores rurales en negro y donde rige la ley laboral de la dictadura. Incluso si, además, esa reaccionaria medida en su momento más álgido provocó desabastecimiento y favoreció la escalada de precios al consumo popular.

El argumento “de hierro” para justificar semejante posición es que es una lucha “contra el gobierno”. Con este criterio, la semana pasada en un acto ruralista en Tandil, según lo relatado por Crítica -un diario que no escatimó apoyo “al campo”- se juntaron: “Desde una mujer refinada que veía la escena detrás de sus anteojos de sol último modelo, hasta ...un grupo de militantes de la Corriente Clasista y Combativa (CCC) (...) A la espera de De Angeli, desde el escenario uno de los payadores disparó una frase, muy festejada, que descalificó la actividad del Gobierno en materia de derechos humanos: “No votamos montoneros ni revanchas setentistas” (18/05). No cabe duda adónde llevan los frentes contra el gobierno sin delimitación de clase alguna.

La batalla del PTS en la crisis nacional

Al mismo tiempo que participamos codo a codo con los nuevos activistas que surgen en la industria luchando por el salario como en la zona norte del Gran Buenos Aires o son perseguidos por los empresarios, la justicia y la represión como en Mafissa, el PTS ha batallado desde el inicio de la crisis nacional para aunar fuerzas por una política de independencia de clase y dirigirnos al conjunto de los trabajadores y estudiantes con una clara delimitación de ambos bandos capitalistas y un programa de reivindicaciones obreras y populares. Hemos difundido ampliamente esta posición en cientos de empresas, escuelas y universidades. Hemos sido parte fundamental entre los impulsores del importante pronunciamiento de cientos de intelectuales y profesionales que hicieron pública su posición “ni con el gobierno ni con las patronales del campo” que reflejamos en las páginas de este número de La Verdad Obrera. Recientemente hemos logrado junto al Bloque Piquetero Nacional, el MAS y otras organizaciones de compañeros de la izquierda estudiantil y de los movimientos sociales (ver declaración unitaria) constituir un polo independiente.

A los compañeros y amigos lectores, los convocamos a colaborar con este periódico y participar junto a nosotros de esta lucha por construir una dirección política de la clase trabajadora.

Prensa

Virginia Rom 113103-4422

Elizabeth Lallana 113674-7357

Marcela Soler115470-9292

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