Por Mauricio Cantando Fotos Juan Carlos Casas

Aunque ahora es candidato a diputado de la provincia de Buenos Aires, Christian Castillo, referente del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), todavía es recordado por la campaña presidencial que hizo junto a Jorge Altamira en 2011, que les permitió obtener 500 mil votos.

“Nos sirvió un montón. Íbamos a barrios y veíamos que la gente nos reclamaba”, recuerda en un bar de Capital Federal, donde atendió a LPO.

El éxito de aquellos spots televisivos lo hace notar una señora que se acerca en plena entrevista. “Yo te voté”, le dice, aun cuando Castillo, en las primarias, fue candidato para la Legislatura bonaerense, donde cree estar a unos votos de ganar una banca de diputado por la tercera sección electoral

“Sabes qué pasa: fuimos la única fuerza con un programa nacional”, agrega, para describir al Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT), conformado por el PTS, el Partido Obrero (PO) e Izquierda Socialistas (IZ).

Con la marca de 2011, el FIT armó listas en todas las provincias y en las primarias logró algunas sorpresas rutilantes como la de Nicolás del Caño en Mendoza. Para diciembre espera tener un bloque en el Congreso y varios por todo el país, con legisladores que no ganen más que un obrero o una maestra.

-¿Qué balance hace de las primarias?

– En las primarias el Frente de Izquierda tuvo una buena elección, duplicando los votos de las primarias de 2011, con entre el 4 y el 11 por ciento en todos los distritos, más del 9 en Jujuy, el 11 Salta, arriba del 7 en Mendoza, 6 en Córdoba, 6 en Neuquén y una porción arriba en Capital.

Esto nos deja posicionados para pelear por una banca de diputados a nivel nacional y en mi caso por ser diputado en la tercera sección electoral. Y también pelear una serie de concejales en la provincia de Buenos Aires y en el resto del país, donde tenemos posibilidades de legisladores locales.

Creo que es un reconocimiento a una presencia permanente del frente de izquierda, con listas opositoras a los dirigentes burocráticos en los sindicatos, habiendo ganado muchas comisiones y delegados como muchas buenas elecciones en fábricas y sindicatos.

Por una presencia en el movimiento estudiantil, que se de muestra en la recientes elecciones de la Uba, donde hemos ganado muchos centros de estudiantes y muchos consejos directivos.Le ganamos al kirchnerismo en la facultad de ciencias sociales.

Y también en la vida política nacional con la denuncia del Proyecto X y la pelea por el encarcelamiento de Pedraza.

Pudimos mantener la independencia tanto del gobierno nacional, no habiendo seguido el camino de otros sectores de izquierda que se fueron al kirchnerismo; ni tampoco el de otros que se fueron con la sociedad rural y otras variantes de centroizquierda. Nosotros mantuvimos una línea consecuente.

Esta elección muestra una franja que está en contra del Gobierno después de haberlo apoyado y ahora votó a la izquierda. Y también en la juventud, que fue el otro componente de nuestro voto, tanto la estudiantil como la trabajadora. Que está un poco cansada que le hablen de la década ganada y que esto no se expresa para nada.

Otro aspecto es que el gobierno ha mostrado que lo que ha tenido hasta último tiempo es un doble discurso, que ahora ni siquiera disfraza, tomando la agenda de derecha con la baja de la imputabilidad y poniendo a un hombre como (Alejandro) Granados al frente del Ministerio de Seguridad, acusado de haber apañado escuadrones de la muerte en Ezeiza.

Se le hace difícil al gobierno decir que va a combatir a la derecha con la agenda de la derecha, pagándole a los fondos buitres, nombrando a César Milani, con con la entrega a Chevron.

En Neuquén nuestro compañero (el legislador Raúl Godoy) estuvo oponiéndose, mostrando para qué sirve una banca en izquierda: mientras que el sindicato de petroleras (a través del candidato a senador Guillermo Pereyra) hizo la campaña rechazando el apoyo a Chevron y después se borró, nosotros peleamos hasta el último minuto.

Para nosotros las bancas no son un fin de si mismo, tenemos un esquema de bancas rotativas para fortalecer la militancia de la clase obrera. Para apoyar las luchas y el desarrollo de conciencia política.

-¿Para que va a servir un bloque del FIT?

– El ejemplo lo dimos en Neuquén. ¿Cuantas luchas hay en al provincia de Buenos Aires que son silenciadas? Vamos a estar al servicio de ellas. Vamos a trabajar con los distintos sectores para que los proyectos no sean aislados en un Congreso hostil, sino que cuenten con el respaldo popular y parte de eso va a hacer nuestro accionar.

Además hay una situación de fin de ciclo político, un intento recambio del peronismo para darle una variante de derecha, por afuera por Massa y por adentro con Scioli. En ese terreno estamos planteando una salida con la izquierda.

El kirchnerismo perdió a Moyano, a Massa y del otro lado todo aquel que quiera enfrentar a la derecha no tiene otra opción. No hay casi fuerzas que se hayan presentado nacionalmente con una misma perspectiva. Y vamos a aprovechar para difundir muchas los aspectos de este programa.

-¿Quiénes los votaron en 2011 y quienes ahora?

– En 2011 nos votó una parte que votaba a la izquierda, que ya venía con una base de 350 mil o 400 mil votos, que se expresaba en forma más dispersa. Logramos canalizar ese apoyo y sumar estos votantes. Solo los que sacamos para diputados 650 mil votos y 550 mil en la presidencia, que sabían que nos íbamos a ganar.

Ahora tenemos de dos vertientes fundamentales: Una es del kirchnerismo. No nos es ajeno que parte del 54% que votó a cristina se nutrió de parte de quienes estuvieron protestando el 20 de noviembre contra el impuesto al salario, por la precarización laboral.

Una parte importante es la juventud obrera a la que le decían: “Bueno, agradecé que tenes trabajo, pero después de muchos años sigue en precarización y nosotros le damos la lucha fuerte contra eso.

Ya entre agosto y octubre de 2011 noté un crecimiento del voto de la juventud obrera en la calle. La gente decía: “Ustedes son los únicos que hablan de esto, denuncian la burocracia sindical, hablan de la precarización”. Eso es una marca registrada.

Y cuando “Pino” Solanas se va con Lilia Carrió y el Unen termina haciendo un bloque con quienes han sido banqueros responsables de la deuda externa, como Prat Gay. O los que han sido ministros de este propio gobierno (Martín Lousteau) o alguien que defiende a las patronales agrarias como Carrió. Pino Solanas tiene muchas contradicciones.

Las provincias tienen muchas particularidades. El 14% de intención de voto en Mendoza quiere decir que estamos tocando una brecha de rechazo muy grande a los partidos tradicionales que han gobernado para las clases dominantes.

No nos olvidemos que cuando fue la gran denuncia de las cooperativas truchas de los ajeros todo el poder político salió en defensa de las patronales del ajo y no de los trabajadores. Eso es lo que plantemos en el Frente de Izquierda así como la denuncia de que todos los funcionarios tienen que ganar como un docente.

Ellos gobiernan para los empresarios y sus condiciones de vida están alejadas de los trabajadores.

Eso es lo que hacemos en la izquierda: preparar una organización política militante entre los trabajadores y la juventud para intervenir activamente en los fenómenos de la lucha de clase.

Porque este recambio dentro del peronismo significa mayores niveles de ataques a los trabajadores, mayores niveles de connivencia con los sectores empresarios y para ellos el ajuste lo tiene que pagar el trabajador.

El voto la izquierda es un voto para prepararse a una resistencia a esas políticas que estamos viendo como las aplican los gobiernos de todo el mundo, en una crisis que es la más importante desde la guerra mundial.

En época electoral tuvimos un anticipo: hay empresas automotrices que están suspendiendo trabajadores. Vengo de estar en Córdoba y para ellos la clase obrera es la variable de ajuste. Si vemos lo que pasó en esta década y sacamos el discurso kirchnerista, hizo muy poco apara los intereses populares.

El sistema ferroviario está igual que al comienzo. El tema de la vivienda: se construyó pero para la especulación inmobiliaria, 3 millones de familias no tiene acceso la vivienda digna. Un millón 100 mil personas en la provincia y 850 mil en el conurbano no tienen vivienda.

¿Los va a solucionar los que benefician los negociados de los countrys? ¿Los que trabajaron en el Nordelta? Indudablemente que no. Nosotros queremos un plan de emergencia habitacional para las familias que los necesitan y los requieren.

Derogar todas las leyes flexibilizadotes que se mantienen hasta la actualidad. Establecer derechos democráticos como el aborto seguro y gratuito, algo que es sistemáticamente negado por el resto de las coaliciones políticas más allá que dicen apoyar este planteo.

La nacionalización del petróleo y el gas bajo el acuerdo a los trabajadores. Con el repudio al acuerdo con Chevrón y Vaca muerta. El 80% de Neuquén rechaza el acuerdo de Chevrón

Con el sistema ferroviario están haciendo un maquillaje, pero que tenga un buen servicio tiene que estar conectado por los trabajadores para que no se hagan negociados como los subsidios entre funcionarios, empresarios y burócratas como Pedraza.

-¿Cómo se financia una campaña en la izquierda?

– Estrictamente con los fondos que recibimos públicos, a partir de nuestros aportes militantes hay un fondo que se otorga a los partidos y usamos a publicidad política lo que nos dan estos fondos

Proponemos que todos los diputados ganen como docentes. Vamos a cobrar sólo un sueldo que será de 7 mil pesos. Cuando un diputado nacional entre sueldos y extras se lleva como 100 lucas.

Lo hicimos en Neuquén con Raúl Godoy, que sigue cobrando lo mismo que cobraba en Zanon.

Hay un fondo que hacemos público como parte de una lucha política para que los jueces, presidentes, secretarios, una burocracia política que sirve a la clase capitalista.

Acá lo que se llevan la torta son los empresarios. Bulgheroni es el más rico de la Argentina, con una fortuna es de 5000 millones de dólar. Cristina tiene 89, y fue obsceno pasar de 7 a 89 en este mandato.

Los mismos empresarios que orquestaron el golpe genocida, más allá de todo el discurso kirchnerista, son los que siguen teniendo poder en este país.

Los dos tercios de las empresas extranjeras siguen controlando los recursos económicos esenciales. A pesar de haber sido pagadores seriales seguimos con una abultada deuda pública. Está claro que hay un contrasentido entre el relato del gobierno y la realidad.