[…] Todo gobierno capitalista tiene elementos de impostura, toda forma de dominación tiene un elemento de impostura. Nadie que domina dice “cómo te estoy dominando” […]. Pero teniendo en cuenta esto, Cristina Fernández habla claro; creo que los intelectuales de la izquierda kirchnerista son los que no la quieren escuchar. Cada vez que tiene un empresario enfrente le dice […] “para que ustedes pueden ganar mucho, soy la mejor garantía de gobernabilidad, tengo enormes lazos de contención para que las masas no produzcan excesos” […]. Dice también a los trabajadores “paren muchachos con la acción directa, no extorsionen” […]. Va preparando las condiciones políticas para que toda lucha sea considerada una extorsión, para generar un sentido común, una “batalla cultural” contra de la acción directa, que es parte del aprendizaje de las masas en todo el último período […].

Horacio de hecho amablemente me dice: “sos un religioso” […] porque tengo ilusiones en que se viene la crisis capitalista […]. No deseo las crisis, ¿cómo voy a desear que haya millones de desocupados en las calles? Al revés, la voluntad política que queremos construir es para que se levante un programa que evite que el pueblo trabajador pague los costos de las crisis. […] Ahora, seríamos cínicos si viendo el estado del capitalismo mundial, no les dijéramos a los trabajadores que […] estamos en el medio de una crisis que no es una crisis capitalista más. […] Si frente a esa dinámica no hay una fuerza anticapitalista con arraigo en el movimiento de masas, con peso en la clase obrera para enfrentarla, nos van a pasar por arriba como otras veces aun cuando haya resistencia popular. […] No es ser religioso, es ser realista de lo que es el capitalismo. […]

No digo que todo el que apueste el kirchnerismo está comprado económicamente; […] estoy discutiendo que la opción política K es una opción política conservadora […] ¿Por qué no voy a usar el concepto de transformismo para pensar a toda una parte de la generación revolucionaria, que le pesó la derrota, y se pasó de la revolución a la democracia, como Sarlo, como Portantiero? ¿Qué fue eso si no un transformismo generalizado? […] Fue un fenómeno social en una parte de la intelectualidad que abandonó el horizonte de la revolución para pasarse al horizonte de la democracia a secas, lo que ustedes llaman liberalismo, y eso moldeó parte del debate intelectual, donde se excluyó la perspectiva de revolución […].