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Regionales

Inundación en Santa Fe

Catástrofe capitalista

21 de mayo 2003

“Crónica de un desastre anunciado”, con este título calificó la prensa la inundación de Santa Fe que afectó a un tercio de la ciudad (unas 130.000 personas y más de 30.000 viviendas). Las grandes lluvias hicieron crecer al Salado que anegó 9 departamentos (distritos provinciales) al noroeste de la capital. Miles de hectáreas se inundaron y se perdió muchísimo ganado. La producción de leche cayó un millón de litros diarios, la cosecha de soja se salvó pero se perdió parte de lo acopiado. Varias localidades como Monte Vera o Recreo quedaron tapadas por el agua. Las aguas del Salado, son salitrosas y arruinan las tierras afectadas, entre las que están las numerosas huertas alrededor de Santa Fe, la mayoría de ellas en manos de inmigrantes pobres muchos de ellos bolivianos. Las pérdidas se calculan en más de 1500 millones de pesos.
Primera causa del desastre: nunca se realizaron las obras de canalización necesarias para eliminar o al menos disminuir los efectos desvastadores de las crecidas para decenas de miles de hectáreas productivas. La ciudad de Santa Fe, fue fundada hace 430 años entre el Paraná y el Salado, como defensa natural de los conquistadores frente a los aborígenes. Pero hace ya 200 años, don Manuel Belgrano insistió en que había que canalizar el Salado. Nunca le hicieron caso. Como denuncia el Mocase1 también contribuyó “la tala indiscriminada de árboles en el Impenetrable para convertir la tierra en apta para el cultivo”. O sea las obras estructurales, de fondo, nunca se encararon.
Segunda causa: El viejo puente carretero, con más de un siglo, deja escurrir libremente las aguas, sin embargo el puente paralelo de la autopista tiene una luz 3 veces menor que la que recomiendan los técnicos. Nunca se hizo esa reforma, menos desde que se privatizó. Eso actuó como un dique y retuvo las aguas. Pero cuando vino la crecida si se hubiera volado el terraplén de la autopista, las aguas no habrían subido tanto. “No se hizo para no incomodar a la concesionaria del peaje, AUFE y a la privatizada Litoral Gas cuyo gasoducto pasa por debajo de la carretera”2.
Los distintos gobiernos que se sucedieron sólo se ocuparon de poner defensas en la ciudad de Santa Fe, pero esta vez con crecida record las defensas no fueron suficientes. El peronismo hace 20 años ejerce el poder de esta provincia en forma ininterrumpida.
Reutemann intentó echarle la culpa a los ingenieros que diseñaron las mismas para sacarse responsabilidades. Pero la farsa duró poco. El terraplén que separa el río de la zona oeste de la ciudad estaba diseñado para una cota de 9 metros. Esta es la altura que tiene en los 2 primeros tramos de la obra y en la que el río quedó lejos de sobrepasarlo, pero el tercer tramo quedó inconcluso, con una altura de sólo 4,5 metros y por ahí entró el agua como un aluvión y en pocas horas tapó barrios enteros con su secuela de muerte y destrucción. Un ingeniero explicó por TV y nadie lo refutó hasta ahora que el costo actualizado de lo que faltaba es de menos de 500 mil pesos. ¡Las pérdidas materiales fueron 2000 millones de pesos o sea cuatro mil veces el costo de lo que hubiera salido la obra!
En Santa Fe todos dicen que no se terminó porque eso arruinaba la cancha de Golf y las instalaciones del hipódromo del Jockey Club. Los barrios más arruinados son humildes, el grueso de los ahogados son del mismo origen.... Cínicamente el gobierno acaba de anunciar la licitación del tramo que falta.
Tercera causa: Cuando el desastre era inevitable debió hacerse una evacuación previa y ordenada de la población. Lejos de esto el intendente Marcelo Alvarez, también del PJ, salió por la radio de la Universidad “para pedirle a los pobladores que se quedaran en sus casas porque `no iba a pasar nada grave”.
Periodistas de la radio confiaron a este diario que ´fuera de micrófono, Alvarez reconoció de entrada que la situación era gravísima y que iba a haber evacuados, pero según sus palabras, había que evitar el pánico´. El pánico se produjo, como es natural, cuando en minutos el agua pasó de diez centímetros a más de un metro”3. Este asesino tiene bien ganado el odio de la población. Pero desbordada la defensa, siguió la negligencia criminal. Cuenta el Ing. Ricardo Giacosa, del INA, “el agua inundó la zona oeste y sur hasta 2 días después alcanzar el centro de la ciudad. Entonces, las defensas se transformaron en un arma mortal, porque contuvieron el agua... Fueron las que provocaron que el agua se acumulara en la ciudad. Después que se dinamitó la avenida Mar Argentino y el terraplén Irigoyen, el agua pudo empezar a salir. Bajó rápidamente... pero esa decisión se tomó cuando el agua había llegado al centro y estaba todo cubierto... Si hubieran (dinamitado antes) la crecida del río no terminaba en una catástrofe4.
El lema de Santa Fe es “la provincia invencible”, acuñada por la burguesía local por la historia de batallas victoriosas desde el combate de San Lorenzo. A comienzos del siglo XXI, en pocas horas, el Salado, un río de llanura, lento, previsible, derrotó este mito, desnudando la desidia e impericia del gobierno peronista. La decadencia del capitalismo y de la burguesía quedó en franca evidencia ante esta inundación.

1 Movimiento Campesino de Santiago del Estero
2 Página 12 -18/5/03
3 Página 12- 18/5/03
4 El Ciudadano 3/5/03


El responsable es Reutemann

Un relato desde la tragedia
Entrevista a un compañero de Santa Fe


¿Cuándo toma estado público la inundación?
El tema comienza a aparecer recién el lunes 28 ya que Canal 13 de Santa Fe que tiene la planta transmisora en Recreo tenía un metro y medio de agua, dejando a todos los televidentes sin transmisión. A partir de ahí, nos empezamos a informar con la radio. Bueno, LT9 deja de trasmitir el lunes a la tarde ya que se le inunda la planta transmisora. Y el único medio que queda es LT10, que a partir de las siete de la tarde corta todos los programas y comienza a informar los pedidos de ayuda de la gente del norte de Monte Vera y de Recreo. Le hacen una nota al presidente comunal de Recreo que explica la situación, y en ese momento queda todo Recreo sin luz. Ahí LT10 organiza una suerte de evacuación, y transmite las diferentes escuelas que estaban funcionando como centro de evacuados. Ellos ya habían hablado con los directores para que se abran las escuelas. Y desde LT10 se convoca a distintos puntos de la ciudad para que la gente sea trasladada a diferentes escuelas. La radio es la que pone puntos de convocatoria en el Hospital Iturraspe, en Mendoza y Avenida Circunvalación...

La estación Belgrano fue el primer centro de evacuados...
Sí. A partir de ese momento se empiezan a anotar fleteros, remiseros, toda la gente que tenía camionetas y transporte. Esto ya es martes tipo siete de la mañana. Y desde la radio se empieza a distribuir a las distintas esquinas donde la gente se estaba reuniendo. Lo último que alcanzo a escuchar es que estaban pidiendo voluntarios para el Hospital de Niños. Hacia allí nos dirigimos.

Ibas como voluntario para el Hospital de Niños...
Yo venía para el hospital y mi compañera, la Negra, venía a ayudarlos a mis viejos. Nosotros sabíamos que el agua se venía, que Recreo estaba bajo agua. Mis viejos al lado de su casa tienen una pareja de viejitos que no tenían ni como salir si pasaba algo. Yo le iba a llevar el auto a mi viejo y me iba a ir a laburar al Hospital.

Ahí es que tienen el accidente, cuando chocaron....
Sí. Lo agarro a Luca, mi hijo (2 años) y en camioneta me llevan al hospital... Unas 200 personas, estaban poniendo bolsas en la entrada. A una media cuadra del hospital estaba el agua.
Lo atienden a Luca en emergencia y lo derivan a terapia. En la salida del hospital el agua traspasaba la primer barrera y llegaba a la puerta. Antes de que se diera la orden de evacuar, los comentarios de los médicos, de los enfermeros, que no tenían ningún tipo de información, eran que nos mudábamos al primer piso.
A mi no me dejan entrar donde estaba el gordo porque le estaban haciendo una tomografía, así que colaboro para desenchufar computadoras. Mientras trasladábamos las computadoras a las ambulancias, el agua traspasa la entrada. Así que fui a apurarlos a los enfermeros para que nos fuéramos de ahí.
A los diez minutos la Jefa del hospital dice que se evacua todo, y a los chicos más graves, de terapia intensiva, los trasladan a la Clínica de Nefrología, de terapia intermedia al Sanatorio Americano, y los de internación comunes al Hospital Cullen.
El primer paciente que evacúan es el Luqui. Cuando salíamos, desde terapia hasta la ambulancia no había agua, pero de ahí a cuatro metros el agua tenía diez centímetros. Ahí la Avenida Circunvalación tenía una corriente terrible. Cuando salimos a la ambulancia, lo tuvimos que pasar arriba de las bolsas porque a la salida había como metro y medio de bolsas de arena. La ambulancia, ya en la rueda que estaba parada tenía unos diez centímetros de agua. Hicimos veinte metros y tenía la mitad de la rueda tapada. Cuando agarramos la calle Salta, el agua tapaba toda la rueda. A la salida del hospital era un caos, había camiones, autos, patrulleros, todo parado ahí. Saco medio cuerpo por la ventanilla y empiezo a gritar para que se corran, porque mi hijo iba con respirador manual y necesitaba respirador artificial.

El Luca no estaba respirando...
No respiraba porque tenía dificultad cardíaca. Así que yo me desespero y empiezo a putear a todo el mundo ahí, y un patrullero que se pone adelante y comienza a despejar el camino. Y de ahí tardamos un buen rato... Aunque no sé porqué yo en ese momento no sabía medir el tiempo. Ahí nos trasladamos a la Clínica de Nefrología y traen todos los aparatos que necesitaba el gordo, respirador y unos tres monitores más...

Y los otros chicos del hospital...
No sé cómo habrán salido los chicos de internación que eran los últimos. Mucha gente la sacaron desde el primer piso en canoas y lanchas.

El agua llegó hasta la clínica...
El miércoles a las tres de la mañana el director de esta Clínica toma la decisión de ir a buscar arena y bolsas así que los que reparten la comida ponen sus camionetas a disposición... Yo esa noche no dormí y el miércoles tampoco. En la Clínica había enfermeros y médicos del Hospital de Niños y de la clínica. Se deja una guardia mínima y los médicos y enfermeros, más los padres y madres empezamos a poner bolsas haciendo dos defensas, una para que puedan entrar las ambulancias y otro en la puerta de la clínica.
El agua llegó. Desde el martes al medio día se corta la luz en gran parte de la ciudad, esto deja sin gasoil a los equipos generadores de la clínica, y el problema era que cada dos horas se cortaba la luz. Todos los chicos tenían diez minutos de carga en las baterías para los respiradores, y había que estar ahí con el respirador manual...

¿Cómo se coordinó el traslado?
Por los mismos médicos. Era un caos porque no se conseguían ambulancias. Además era un caos de tránsito. El Luqui se salvó porque al ser el más grave fue el primero en trasladarse. Una vez que sale del coma, lo pasan a terapia intermedia del Sanatorio Americano. Las ambulancias estaban por todos lados, hasta tres días después se hacía practicamente imposible conseguir una.


Parálisis y represión

El intendente se borró y cerró la Municipalidad, el Lole estuvo paralizado 48 hs. La solidaridad comenzaba a llegar desde todo el pais, incluso del extranjero. Reutemann le ofreció a Cáritas la distribución de la ayuda, pero la Iglesia no aceptó. Apeló a las Fuerzas Armadas y estas se hicieron cargo, militarizando la ciudad. Era un despliegue impresionante de gendarmes, prefectura, ejército, Policía Federal, hasta la Armada y la Fuerza Aérea mandaron tropas. Esta militarización llevó de hecho a un toque de queda, donde después de las 20 hs. nadie andaba por las calles. El ejército concentró en el puerto y en un regimiento el acopio de ayuda que, como era de esperar, se hizo en forma discrecional.
A las denuncias por la mala calidad y escasez de la comida en los centros de evacuados, se sumó que durante 4 días se suspendió el reparto de alimentos a los autoevacuados que sumaban unos 70.000. La bronca se acumulaba y en la vieja estación del ferrocarril Belgrano con más de mil evacuados se hizo notoria, con reclamos airados. “En los barrios los anfibios de la prefectura entraban y hacían desastres, rompían cosas. El ejército se mandaba, generaba olas y en las calles había muebles, animales muertos y todo, y esto se desplazaba hacia los techos donde estaba la gente. La gente común se manejaba con lanchas sin motor y con piraguas. El ejército se manejaba con los anfibios y los lanchones generando olas...” nos contaba un voluntario.
El gobierno formó el Comité de crisis, donde participan las FFAA y otras instituciones civiles entre ellas algunos sindicatos, como forma de responder ante la emergencia. Pero este organismo paraestatal y militarizado no dió respuesta a los múltiples problemas de la población afectada. Eso sí, con el cuento de los afanos militarizaron la ciudad y los barrios anegados eran sobrevolados aún de noche por los helicópteros en una clara actitud intimidatoria. Los casos notorios de pillaje, no vinieron de marginales, sino de las esferas gubernamentales (renunció la secretaria Cavutto, porque una funcionaria a su cargo se quedó con donaciones) o de un sector de los bomberos de Coronda que aprovechó para robar. Incluso hay denuncias de ejecuciones sumarias a supuestos ladrones aprovechando la impunidad. La militarización genera numerosas sospechas, e incluso para intentar frenar la bronca el gobierno ocultó el número de muertos, la mayoría ahogados. Pero Ignacio Martín, jefe de bomberos de Winifreda, una pequeña localidad pampeana, dijo: “Sé que hablan de 23 o 24 muertos. No sé porque manejan esa información. Sinceramente están las morgues llenas y ahora habrían conseguido las cámaras de un frigorífico donde depositan los cajones de lo cadáveres” (La Arena, 12/5/03).

Al reclamo de desmilitarización de la ciudad, que levanta el Comité de solidaridad entre otros, se suma el de confiscación de todo el material militar (el ejército trajo más de 100 camiones, entre Unimog y otros, además de los anfibios, etc.) para ser administrado por los propios afectados.


Una salida a la emergencia

Entre los relatos más angustiosos están los de quienes escucharon a vecinos pedir ayuda desesperada porque el agua los arrastraba o no podían mantenerse a flote. Cuando uno recoge los testimonios, siempre el entrevistado termina quebrándose en un llanto angustioso. Mucho es lo que pasó esta gente, mucho lo que perdió. Como decía alguien sensato: no se puede pensar que quienes son los responsables políticos de este desastre sean quienes tengan la tarea de reconstruir la ciudad. Solamente los vecinos, los trabajadores ocupados y desocupados, los cuentapropistas, los pequeños comerciantes o talleristas, profesionales damnificados, en fin, sólo en manos del pueblo laborioso puede quedar la tarea de controlar y planificar la reconstrucción de la ciudad. Una reconstrucción al servicio de los trabajadores y el pueblo pobre.

Los centros de evacuados se fueron ampliando llegando a 456 lugares. Muchos ocuparon viviendas, más de 200, en especial las que estaban en alquiler y por eso rápidamente desaparecieron los carteles de anuncios. Sin embargo la mayoría llegó a arreglos en forma amistosa, ante la emergencia. El agua comenzó a bajar y la gente comenzó a volver a sus casas. Pero la lluvia en estos días sigue castigando. Hay unos 50.000 evacuados. Más de 30.000 viviendas quedaron afectadas, algunas directamente inhabitables o se desmoronaron, otras con el mobiliario, colchones y artefactos destruidos. Se calcula que unas 18.000 personas deberán permanecer viviendo en carpas durante 6 meses o quizá un año. Ese es el destino que les aguarda a los sectores más humildes que fueron los más afectados.
Está planteada la inmediata confiscación de viviendas lujosas o predios y edificios útiles (como los cuarteles del ejército) para albergar dignamente a la población hasta que se construyan nuevas viviendas a cargo del estado.
“En un país donde la crisis económica provocó millones de nuevos desocupados, la solidaridad popular es impresionante. Demuestra la disposición de los trabajadores y el pueblo pobre para autodefenderse de las crisis, con una respuesta colectiva, sin confiar en que las soluciones vengan desde arriba... Es más necesaria que nunca la autoorganización obrera y popular, partiendo de organizar comités de apoyo a los inundados en los lugares de trabajo y estudio. Exigiendo a las organizaciones sindicales y sociales que se pongan a la cabeza de esta gran campaña, y comenzado a discutir cómo implementar un plan de obras públicas controlado por trabajadores y vecinos, junto al resto de las medidas mínimas de subsistencia” (Declaración del PTS Rosario. 3/5/03)
Han surgido, aunque por ahora sólo en forma embrionaria, limitada, formas de autoorganización de los evacuados. La dispersión en los todavía 250 centros dificulta la organización democrática de quienes aún no pueden volver a sus casas y sus barrios. No obstante está el intento de poner en pie una asamblea de inundados, donde participan movimientos de desocupados y grupos de izquierda. El programa que levantan se resume en: “Indemnización total para los afectados. Asistencia para todos y control en todos los niveles de las mercaderías. Subsidios para todos los desocupados afectados. Recomposición salarial para los trabajadores. No a la militarización. Esclarecimiento e identificación inmediata de todos los NN. No a los desalojos.”
Sólo desarrollando este camino es que el largo trayecto por la reconstrucción de la ciudad sea en beneficio de los trabajadores y los pobres y no un negociado para pocos que deje a miles viviendo en la indigencia. Sólo un gran plan de obras públicas controlado por los trabajadores y a cargo del estado, con recursos que salgan del no pago de la deuda y de impuestos progresivos a la oligarquia y las grandes empresas como Acindar, Carrefour o Sancor o los bancos confiscadores. Confiscar a las comercializadoras para garantizar el abastecimiento de los afectados. Que se reestatice Aguas provinciales y los caminos concesionados.
Los movimientos de desocupados, los sindicatos combativos, las fábricas recuperadas, las asambleas y la izquierda deben plantear una gran campaña nacional por un plan de obras públicas y viviendas en Santa Fe y todo el país, controlado por los trabajadores, para dar trabajo genuino a millones de desocupados y para asegurar a cada damnificado santafesino su vivienda, reconstruir las escuelas y poner en pie nuevos hospitales. Hace falta preparar una gran acción, una huelga nacional, de las organizaciones obreras y los movimientos de lucha para imponer esta salida ante la emergencia y echar a los responsables de la tragedia, en primer lugar Alvarez y el gobierno de Reutemann.

Solidarios versus despreciables

La desinteresada ayuda de la población y la gran solidaridad, con miles de voluntarios ayudando en todo fue el aspecto que más resaltó en esos días de angustia, como contó “muy sorprendido” Fernández, un catalán integrante de Médicos Sin Frontera, que ha visto varias catastrofes. De todo el país se levantaron miles de manos anónimas en ayuda a los hermanos santafesinos. Las trabajadoras de la textil Brukman, desalojadas y salvajemente reprimidas por la policía hace unos días, decidieron ponerse a coser en su campamento del aguante sábanas y joggings para los inundados de Santa Fe. Increíblemente el tren solidario de piqueteros y otros sectores combativos que llevaría la carga fue parado por las autoridades y obligaron a que fueran en camión. En Rosario el ex Supermerecado Tigre centraliza la ayuda para luego hacerla llegar en forma directa a los afectados, y que no pase por las manos de gendarmería. Los ceramistas de Zanón han votado donar 800 mts. de cerámico para el hospital y los de Cerámica Stefani, de Cutral Có mandarán varios pallets de ladrillos huecos. Se demuestra así que estas fábricas, si fueran estatizadas y bajo control obrero podrían ponerse al servicio de la comunidad, mediante un gran plan de obras públicas.
La otra cara fue el hiper francés Carrefour de Rosario que se negó a venderle a precio de lista unas 200 frazadas a los jugadores de Rosario Central que querían donarlas. La excusa: dijeron que era una oferta y eso era un compra mayorista!
O de la Universidad del Litoral, cuyo rector pretendió cerrar las puertas pero los alumnos se lo impidieron. La UNL designó para los refugiados un galpón no terminado, sin ventanas en la ciudad universitaria pero se les negó las confortables aulas, con baños, calefacción, etc de los edificios céntricos, con la excepción del industrial contiguo a la facultad de ingeniería química.

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Oportunistas con sotana

El arzobispo de Santa Fe, monseñor José Maria Arancedo, que viene a reemplazar al destituído Storni, acusado de pederasta, declaró: “Lo que le he pedido a la gente son gestos de nobleza y solidaridad para superar esta situación”. Estas palabras suenan hipócritas cuando uno sabe que la Iglesia tuvo una actitud reticente en la ayuda, incluso en la parroquia de El Pozo, su responsable se negó a dar cabida a los evacuados argumentando que temía que le “rompieran los símbolos”. Lo que más aportó son legiones de predicadores que en los centros y difunden y claman por la resignación. En este aspecto no se queda atrás la Iglesia Universal, que dirige un pastor y empresario televisivo brasilero, que repartían ayuda en unas bolsitas pequeñas que decian: “Deja de sufrir”. Más que un mensaje de apoyo era otro cachetazo a quienes lo perdieron casi todo, algunos incluso sus seres queridos.

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