logo PTS

Nacionales

Nombramientos en la Corte Suprema

Carmen Argibay y los derechos de las mujeres

26 de enero 2004



La organización Pro-Vida, que hace campañas contra las normas de salud reproductiva y la legalización del aborto, junto a algunos obispos pedirán al gobierno que retire la candidatura de la jueza Carmen Argibay porque es soltera, sin hijos, partidaria del aborto y atea. La Iglesia y la derecha la atacan porque ella no cumplió con los mandatos sociales de estos inquisidores modernos, cómplices de los genocidas durante el Proceso, y en la democracia burguesa aliados de otras Cortes Supremas, santurrones que prohibieron el uso de la pastilla de anticoncepción de emergencia y plantaron la estatua de la Virgen en la entrada de los Tribunales, mientras protegen a los curas abusadores.
Kirchner, por su parte, propuso a Argibay, pero ya le dejó claro al Vaticano su postura antiabortista, igual que los gobiernos anteriores. Su agenda hace equilibrio entre complacer las exigencias de los empresarios, el imperialismo y la Iglesia mientras recompone las instituciones de esta democracia para ricos como la Corte Suprema, una de las más ultra-reaccionarias, profundamente cuestionada en las jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001.
La decisión de poner a Zaffaroni y ahora a Argibay en la Corte Suprema, jueces "garantistas" que aplican en forma estricta las leyes y procedimientos de este sistema, tiene el objetivo de "maquillar" de progresismo al reaccionario sistema judicial. Pero sus miembros, elegidos a dedo por el ejecutivo con acuerdo del antidemocrático senado, cobran sueldos millonarios al servicio de los gobiernos de turno, no podemos elegirlos y forman parte de una institución casi monárquica que ayer dejó el dinero de los ahorristas en el corralito, avaló golpes de estado, la impunidad para genocidas y corruptos y la entrega del patrimonio nacional. Por eso debemos luchar por la disolución de la Corte, juicios por jurados y la elección de los jueces por voto directo, con mandato revocable y con el mismo salario que cualquier trabajador.
Además, los problemas de las mujeres no van a solucionarse simplemente con la inclusión de una o más mujeres en esa archirreaccionaria institución de la Corte Suprema. En nuestro país, la Iglesia ejerce una gran presión sobre los partidos patronales, evitando que se legisle sobre el derecho al aborto y otros derechos de las mujeres. El nombramiento de Argibay lo único que demuestra es que el gobierno ha tomado nota de que las mujeres ganamos las calles para "que se vayan todos", participamos en las asambleas populares, en las fábricas ocupadas, en los movimientos de desocupados y protagonizamos la lucha por el derecho al aborto libre y gratuito.
Por eso, a pesar de las ilusiones de muchas feministas que ayer organizaron cacerolazos contra la Corte y hoy apoyan la candidatura de Argibay por una Corte de jueces "progresistas", lo cierto es que el gobierno intenta convencernos de esperar a que el derecho al aborto venga de arriba. Mientras tanto, los jueces siguen prohibiéndolo, incluso en los casos más aberrantes de violación, como el de la adolescente de Bahía Blanca, que se arrodilló ante el magistrado pidiendo piedad.
No podemos dejar en manos de las instituciones del régimen, como la Corte, la resolución de nuestros problemas. Por el contrario, creemos que debemos avanzar en la organización y la movilización por el derecho al aborto, convocando especialmente a las trabajadoras ocupadas y desocupadas, para arrancarles con la lucha las leyes que respondan a nuestros intereses. Nuestros derechos no son ni podrán ser jamás un regalo de los gobiernos patronales, sino el fruto de nuestra propia pelea.




Prensa

Virginia Rom 113103-4422

Elizabeth Lallana 113674-7357

Marcela Soler115470-9292

Temas relacionados: