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Nacionales

Canje de la deuda y privatizadas

4 de febrero 2005

Algo huele mal en la Casa Rosada

Una salida airosa del canje de la deuda en default es uno de los ejes del gobierno para la nueva etapa de su gestión. El para qué radica en la necesidad de obtener inversiones (capital) para sostener el desarrollo desigual que se da en la economía argentina: un “crecimiento” marcadamente acotado a los exportadores; hacia los Techint e “industriales de la UIA” y la oligarquía rural. Junto a esto se combina una coyuntura que reabre la renegociación de las tarifas de los servicios públicos.
La política del gobierno peronista de Kirchner y Lavagna es de sumisión y entrega ante el imperialismo, pagándole cada dólar al FMI a través de un giro anual que se incrementa año a año. Un nuevo festival de bonos y nueva revaloración; el reconocimiento de una deuda fraudulenta e ilegal; un nuevo endeudamiento para poder hacer frente al canje, junto a una hipoteca del país mediante intereses anuales que se extiende hasta el 2040. A la vez, profundizó la pesificación a los bancos, mediante una Corte Suprema a su gusto. La famosa “quita” del 75% quedó en el olvido. Una serie de pagos en efectivo, más “aperturas de negocios”, y un status quo de las leyes financieras de los ’90, completan el “atractivo argentino”. Números que para ellos van y vienen, pero que detrás va la vida de millones de trabajadores; de personas de carne y hueso. 

Otro canje más...

El canje con los acreedores privados está en su primera etapa, y principalmente se extiende sobre los “bonistas locales”. En concreto no supera el 27% de adherentes, ubicándolo “por debajo del nivel esperado”1. Y vale recordar que un 20% de estas adhesiones corresponde a las AFJP y ART, principalmente. Por el momento sólo sectores de los acreedores locales aparecen. En el extranjero la cosa está por verse.
Ante esta situación el ejecutivo acaba de trazar otra “huida para adelante”, “auto prohibiéndose” mejorar la oferta con la complicidad del Congreso. Por su respuesta se puede inferir que las cosas no van del todo bien. Y eso que están en la mejor situación del canje, dado que esta primera etapa es sobre los pequeños bonistas, y en la que viene entran las grandes instituciones financieras y bancarias extranjeras (que ya empezaron a hacer grandes negocios comprando regalados los bonos en default).
La posición de este sector central del imperialismo es más dura. A pesar de las visitas a Chirac y la llegada de Zapatero, el imperialismo yanki y europeo se mantiene expectante, y ni el FMI ni el G7 aún movieron el dedo. Y cualquiera sea la “respuesta satisfactoria” o “sustentable”, pondrá a la nación frente a pagos que superan holgadamente el terrible ahorro fiscal y el giro de divisas al exterior que vienen aplicando, dando vida a un nuevo endeudamiento. 

Aguas mixtas

Aguas Argentinas subió sus tarifas en más de un 104%, sobre una inflación que en el mismo periodo (1993 a 2001) apenas superó el 7%. Sus ganancias (del 20%) están casi tres veces por encima de la media mundial2 y no cumplió con el grueso de los contratos de inversión. Ante las quejas y aprietes de la patronal francesa, el gobierno está ideando otra “brillante” táctica: una salida “mixta”, en la cual las inversiones correrán por parte del Estado nacional, manteniéndose el control en manos del imperialismo francés. Una joyita. Sin embargo, la idea no es de los kirchneristas (naturalmente). El ex secretario del FMI, Michel Camdessus, cerebro de los 80’ / 90’, acaba de concluir que como las “inversiones (en sectores de servicios públicos) son enormes y se amortizan a largo plazo” se debe construir una “alianza público-privada”3, donde el Estado y el pueblo trabajador se hagan cargo de la inversión e hipoteca mientras los capitalistas nacionales y el imperialismo dirigen la gestión y se llevan las ganancias.
Los trabajadores y el pueblo debemos enfrentar la política de entrega nacional puesta en curso, y levantar la ruptura con el FMI y el no pago de la deuda externa. A su vez debemos rechazar la renegociación con las privatizadas, que implicarán un nuevo saqueo y el agravamiento de nuestras vidas con el aumento de las tarifas y precios de consumo masivo. Nuestra respuesta es la renacionalización sin pago y puesta bajo control de los trabajadores junto a comisiones de usuarios.

1 Clarín 02/02/05.
2 Revista Debate 28/01/05.
3 Le Monde Diplomatique, Enero 2005.

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