La juventud se está levantando en el mundo. La fuerza de sus movilizaciones llega a nuestro país y nos da energías para levantar acá una gran campaña del FIT, levantando candidaturas de jóvenes trabajadores y estudiantes como la mía. Muchos estamos precarizados, cansados de que los políticos corruptos y sus amigos los empresarios llenen sus bóvedas millonarias con nuestro trabajo. Para ganar lo que un diputado cobra en cuatro años, los jóvenes trabajadores tendríamos que trabajar 133 años.

Desde la juventud del PTS lanzamos una campaña para que un diputado gane lo mismo que una maestra, denunciando a estos chorros profesionales que garantizan la precarización laboral que nos convierte en mano descartable. Peleamos porque se deroguen las leyes menemistas que mantuvieron los K, que transforman nuestras vidas en mercancía barata para los empresarios.

Muchos nos dicen que en el transcurso de los últimos años el país crece, que se genera empleo, que esta fue la “década ganada”. Pero el pueblo trabajador, y la juventud particularmente, es quien sufre las condiciones más terribles de súper explotación. Somos los jóvenes trabajadores los que después del 2001 nos hemos incorporado al mundo del laboral pero ¿a qué costo y en qué condiciones?. Siete de cada diez jóvenes trabajamos en condiciones de precariedad. En negro, contratados, tercerizados, o subempleados, con sueldos hasta por la mitad de un trabajador permanente. Los ritmos de producción a los que nos someten son la principal causa de nuestras enfermedades, dejándonos “rotos” a los 25 años, en muchos casos para toda la vida.

Y en las barriadas populares los jóvenes son hostigados por las fuerzas de seguridad, víctimas del gatillo fácil y la violencia del Estado.

El sábado 22 en el cierre de listas, había un gran ausente en los discursos de la mayoría de los políticos argentinos: la juventud. Desde el Frente de Izquierda, en cambio, peleamos por derogar las leyes de flexibilización laboral menemista que mantuvieron los K, y que garantizan la precarización laboral. Luchamos para que la juventud deje de trabajar los fines de semana: 5 días de trabajo, 8 horas por día y jornada laboral reducida con salario completo para todos los jóvenes que quieran estudiar son parte de nuestras consignas. Peleamos por la triplicación del presupuesto educativo, y que esa plata que necesita la educación salga de impuestos a las grandes fortunas y al no pago de la deuda externa. Peleamos por educación sexual en los colegios, por anticonceptivos gratuitos para no abortar, y aborto legal, seguro y gratuito para que se terminen las muertes por abortos clandestinos. La juventud debe dar un paso adelante y aprovechar la campaña electoral para estas peleas de las que depende nuestro futuro.