El miércoles 24 de septiembre terminaron las elecciones que “enfrentaban “a dirigentes históricos de la Marrón. Esta elección se vivió con gran expectativa en los trabajadores metalúrgicos ya que es la primera vez que ambos iban divididos.

Los resultados fueron un contundente triunfo de la lista Roja de Alberto Piccinini con el 61% de los votos. De un total de 5.306 compañeros habilitados para votar la lista de Roja se impuso con 2.303 votos, frente a 1.364 que recibió la Celeste y Blanca.

Hay un cambio en los trabajadores villenses, que buscan terminar con la inseguridad en el trabajo, los contratos basura y la poca participación y representatividad de los contratados. Muestra un profundo sentimiento antiburocrático, de querer recuperar el sindicato para empezar a conquistar lo que perdimos en estos años producto del avance de la flexibilidad y la precarización impuesta por los distintos gobiernos de turno. La figura de Paulón, se fue desgastando durante todos estos años de pérdidas de conquistas, siendo la consecuencia más terrible las muertes obreras en accidentes. Por estos motivos termina dividiéndose la burocracia y aparece la Lista Roja encabezada por Piccinini, usufructuando el pasado histórico combativo de la lista Marrón.

Contradictoriamente, este sentimiento antiburocrático de amplios sectores de la base se expresó dándole el voto a Piccinini quien ya era parte de la directiva del sindicato, e incluso partícipe de las principales derrotas de los trabajadores metalúrgicos. Durante las elecciones lo denunciamos en un volante que decía “La patronal de Acindar fue la primera en aplicar la flexibilización desde el 91. Recordemos que el mismo Lorenzo Miguel estuvo presente invitado tanto por Piccinini como Paulón para avalar la entrega de conquistas en aquel conflicto”
Piccinini venía siendo parte de la burocracia enquistada en el sindicato. Inclusive los años en que no estuvo, fue porque pasó a ser diputado del ARI, un partido patronal como el PJ o la UCR, dirigido por Carrió que es defensora de grandes empresas como Techint.

Los trabajadores que votaron a la Lista Roja tienen la expectativa de que habiendo desplazado de la directiva a Paulón y su gente, el sindicato cambie y defienda sus intereses. Algunos compañeros nos expresaban que “primero había que sacar a Paulón, después Piccinini da un paso al costado y entonces nos metemos nosotros, los pibes, y viene la renovación”.

Sin embargo los metalúrgicos del PTS les planteamos a los compañeros que debemos confiar sólo en nuestras propias fuerzas y a no depositar nuestra confianza en los dirigentes que juntos, durante todos estos años, fueron los que permitieron el avance sobre nuestros derechos.
La única salida para empezar a renovar el sindicato y ponerlo al servicio de las necesidades de todos los trabajadores efectivos, contratados y de los talleres es organizarnos en forma independiente de la patronal y la burocracia.

Es necesaria una renovación del sindicato pero desde las bases, eligiendo entre efectivos y contratados nuevos delegados por sector y comisiones internas, que cumplan con las decisiones de las asambleas. Éstas tienen que ser resolutivas, a mano alzada y no como se nos viene acostumbrando, realizando asambleas informativas. Y si no cumplen los delegados con los mandatos de los compañeros que puedan ser revocados de sus puestos.

Ya se empieza a sentir la crisis económica a nivel mundial, las patronales querrán de nuevo que paguemos nosotros y nuestras familias la crisis que ellos provocan. Amenazando con suspensiones o intentos de rebaja salarial, que hoy ya se siente en el bolsillo por la inflación.

Es necesario que se organice un plan de lucha serio, para pedir aumento de salario atado a la inflación, el pase a planta permanente de todos los contratados, ningún despido y el castigo a los empresarios culpables de las muertes de los compañeros, que hasta hoy están impunes.

Metalúrgicos del PTS