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Comunicados de prensa

La política laboral: los sindicalistas no culpan al Gobierno

Cada vez hay más conflictos gremiales

Prensa PTS

5 de diciembre 2004

El nivel de conflictividad laboral creció en noviembre, con 21 protestas, respecto de los tres meses anteriores. Y aunque en el resumen del año los gremios del sector público siguen siendo en promedio los que más medidas de fuerza tomaron, el mes último el porcentaje de protestas fue equiparado por el de los de servicios. 
Por caso, tanto los estatales, docentes, judiciales y bancarios fueron igualados por los camioneros, telefónicos, ferroviarios, los choferes de colectivos y petroleros. Cada sector tuvo el 47,5 por ciento de conflictividad, mientras que el 5 por ciento restante correspondió a protestas de gremios industriales.
La estadística nacional, realizada por el Centro de Estudios para la Nueva Mayoría, que dirige Rosendo Fraga, reflejó que los reclamos son fundamentalmente de aumentos salariales. Aunque entre agosto y octubre los conflictos habían bajado, en noviembre volvieron a subir. Pero antes, junio, por caso, fue el mes más complicado del año, con 30 casos. 
Dicho por sus propios protagonistas a LA NACION, el sindicalismo no planteó paros "ideológicos" a este Gobierno. La relación de Kirchner con la CGT es muy buena, sobre todo a partir del diálogo que tiene con Hugo Moyano, formalizado como principal líder. Lo mismo ocurre con la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), del estatal Víctor De Gennaro. 
¿Pero entonces por qué aumentan los conflictos? Es que las demandas responden a cuestiones puntuales y que tienen principalmente como destinatarios a los empresarios, algo que a Kirchner no le molesta. Para los empresarios, una buena gestión política debe estar sustentada en no generar divisiones. Pero los dirigentes sindicales se sienten identificados con las posturas del Presidente cuando critica "al neoliberalismo", a los organismos internacionales de crédito y su posición de "soberanía nacional" frente al pago de la deuda externa, su enfrentamiento con los concesionarios de servicios públicos. "Nos sentimos alentados por el Presidente", llegó a arriesgar un importante dirigente de la CGT. 

Cuestión de códigos 

Otro concepto importante que manejan los gremialistas es que "Kirchner es peronista y conoce los códigos. Lo apoyamos, pero él sabe que si tenemos que protestar, lo hacemos", agregó una fuente a LA NACION. Sobre todo, si el conflicto no apunta contra el Presidente. 
O por lo menos eso es lo que creen en el Gobierno. Un vocero señaló, al referirse a la protesta de los telefónicos, que finalmente quedó laudada ayer: "Son las empresas las que deberán responder si este conflicto se prolonga y los servicios perjudican a la gente". 
Por supuesto que el propio ministro de Trabajo, Carlos Tomada, tomó cartas en el asunto y quiere soluciones. Pero, según dijeron a LA NACION, se garantizó el compromiso sindical de que no se afectará el servicio y se sigue citando a los empresarios para que hagan una propuesta salarial "responsable". 
Otro ejemplo de lucha sindical ajena al Gobierno es el del propio Moyano. Con su hijo Pablo a la cabeza de las protestas, los camioneros paralizaron la recolección de residuos en reclamo de que los municipios bonaerenses no reemplacen a los afiliados por personal municipal que gana mucho menos, según dicen. 
En muchos casos, el gremio defiende a los actuales concesionarios. Pero, como sea, es otra cuestión que a Kirchner no lo perturba. 
Otros gremios de servicios que simpatizan con Kirchner pero no se privan de parar si es necesario son los choferes de colectivos de la UTA (Unión Tranviarios Automotor), de Juan Manuel Palacios, como los ferroviarios de la Unión Ferroviaria, de José Pedraza, y de La Fraternidad, de Omar Maturano. Y en esos casos también los ataques apuntan contra las patronales del automotor y los concesionarios de líneas de trenes. 
Lo mismo pasa con las protestas de La Bancaria, de Juan José Zanola, contra las entidades del sector que el Presidente castigó severamente. Y hasta el interminable conflicto de los empleados judiciales ahora derivó en un fuerte cuestionamiento de los aliados de Julio Piumato a la Corte Suprema, que suspendió el aumento salarial que había dispuesto el Consejo de la Magistratura. 
En el caso de los trabajadores incluidos en la Unión Personal Civil de la Nación (UPCN), de Andrés Rodríguez; en la CGT; en la Asociación Trabajadores del Estado (ATE), de Pablo Micheli, y en la CTA, reclaman fuertemente al Estado, que es su patrón. 
Allí, la falta de un aumento salarial generalizado lleva mucho tiempo de postergación o, en todo caso, fue otorgado hasta un cupo determinado y que generó, según UPCN, problemas de escalafón y desigualdades. 
Pero también allí Kirchner negocia directamente con sus dirigentes o con la CGT, que mantiene ese reclamo en forma permanente. 
Así las cosas, después del encuentro de la semana última con Hugo Moyano y con José Luis Lingeri en la Casa Rosada, el Presidente habría dado media palabra para que antes de fin de año se concrete una recomposición de sueldos de los estatales y privados. 
Sin embargo, un importante dirigente de la CGT dijo que "a Kirchner le falta política salarial y laboral, son todos parches para el sector público", y no se descarta que desde el Frente de Gremios Estatales "se nacionalice el conflicto". 
El titular de la Ctera, Hugo Yasky, consideró lógico que sigan los reclamos del sector. "Es que ya no se habla de una mejora salarial, sino de recuperar lo que perdieron los docentes", describió. 
A la falta de actualización de Kirchner, sumó las "penurias" que, según él, arrastran "los ajustes de Domingo Cavallo y la pérdida salarial del 30% que provocó la devaluación dispuesta por Eduardo Duhalde cuando llegó a la presidencia". 

Combativos 

Telefónicos 
El sindicato liderado por Osvaldo Iadarola centró su protesta en las empresas privatizadas, sin rozar a la administración de Néstor Kirchner 

Judiciales 
El gremio que conduce Julio Piumato logró sembrar con su reclamo de incremento salarial una fuerte disputa entre la Corte y el Consejo de la Magistratura, ya que la primera vetó el alza de sueldos que había convalidado el segundo organismo judicial. 

Bancarios 
La agrupación que maneja Juan José Zanola apunta a uno de los sectores más sensibles desde la crisis de 2001, que suele ser cuestionado también por Kirchner.

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