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CLAUDIO KATZ: “Es el momento de una lucha socialista y de hablar de socialismo”

Hay cuatro tendencias coyunturales en curso. Una a la limpieza de los bancos quebrados en la senda de la caída de Lehman Brothers. Es decir, salvataje limitado...esta línea produjo un gran desconcierto por el nivel de arbitrariedades que tiene la Fed para decidir quien se salva y quien no se salva […] La tercera línea […] es una vertiginosa y aventurera concentración de compras [...] Y la cuarta […] es la nacionalización de las hipotecas tóxicas.

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2 de octubre 2008

[…] Hay cuatro tendencias coyunturales en curso. Una a la limpieza de los bancos quebrados en la senda de la caída de Lehman Brothers. Es decir, salvataje limitado...esta línea produjo un gran desconcierto por el nivel de arbitrariedades que tiene la Fed para decidir quien se salva y quien no se salva […] La tercera línea […] es una vertiginosa y aventurera concentración de compras [...] Y la cuarta […] es la nacionalización de las hipotecas tóxicas. […] En estas cuatro alternativas todos los neoliberales ya se olvidaron de todos sus principios...se viene una socialización de perdidas descomunal. Los contribuyentes van a tener que rescatar a los bancos y nadie sabe el costo de la operación [...] El problema es que cuando se socializó perdidas por el sistema bancario (Argentina, Tailandia, Chile) llegó a costar entre el 20%, 30% o el 40% del PBI. Estados Unidos ni en la peor crisis, en la de 20 años atrás tuvo que costear el 3%/4% de su PBI. Esto va a cambiar este costo tradicional que ha tenido.

[…] No se pueden hacer pronósticos. Pero sí podemos ver cuáles son las fuerzas que están actuando y a partir de allí cuales son las tendencias. La más importante es un choque de tendencias y las dos dentro de EE.UU. El indicador de fragilidad y el indicador de recursos de EE.UU. Los indicadores de fragilidad de EE.UU. son muy notorios. Primero la debilidad política. Fragilidad que se está viendo ahora. Bush rápidamente parece De la Rúa. No tiene autoridad política para imponer un plan. E índices de fragilidad económica muy evidentes, 50% de los bonos en manos extranjeras, déficit comercial del 6%, un consumo inflado, déficit fiscal que no se sabe en cuanto va a terminar, etc.
Por el lado de los recursos, EEUU tiene el dólar y el Tesoro. Hasta ahora, esta crisis se ha desarrollado con una paradoja. La “paradoja del dólar”. El país que se está hundiendo es el país con el cual todo el mundo quiere salvarse. Cuando hay una crisis en un país todos se escapan, y sin embargo, los europeos, los chinos, los japoneses, los norteamericanos, compran bonos en dólares y bonos del tesoro. Esto está demostrando que los capitalista piensan que se protegen socorriendo la estructura financiera monetaria de EE.UU. Esto nos muestra que EE.UU. no es una economía normal, y no puede ser analizada con los parámetros de una economía normal. Es una economía excepcional, que es clave para la reproducción del capital global.

De aquí hay dos posibilidades: […] que se afiance la tendencia a salir de la crisis con el dólar y con los bonos del tesoro […] La otra posibilidad contraria, que se produzca una fuga del dólar, la huida de los bonos del tesoro, y la ruptura del sistema monetario internacional, bloques y una estructura de monedas competitivas […] hasta ahora la tendencia más probable es la primera.

[…] La crisis está refutando la teoría ortodoxa más moderna. […] Los que han ganado la primera plana son los heterodoxos, Sach, Krugman, Stiglitz, son los hombres del momento, con el sermón de que ahora tenemos que “re-regular” y así se va a solucionar todo. […] Se olvidan que las regulaciones que se atenuaron porque obstruían las ganancias, y en la medida que afecten a las ganancias van a volver a ser removidas. […] Hay un simplismo banal en suponer que el problema se restrinja exclusivamente a la orbita financiera y en presentar al banquero como único responsable, como si actuara al margen del conjunto de los capitalistas. Es cierto que hubo una híperespeculación con la titularización, la securitización, y esta bicicleta financiera. Pero esta ingeniería solo ilustró una típica especulación del ciclo capitalista. Las burbujas son inherentes al sistema.

El último punto, es la interpretación marxista de lo que está ocurriendo. Voy a adelantar una hipótesis sujeta a posibles ajustes. Creo que en esta crisis convergen tres procesos. En primer lugar una crisis de sobreacumulación. Expansión del capital ficticio (titulización, derivados, apalancamientos, etc). Pero creo que es una sobreacumulación específica, resultante de este proceso de desregulación de las finanzas de los últimos 25 años, que sirvió para disciplinar al conjunto del capital al modelo neoliberal, poniendo a los bancos en la cúpula de la gestión de las empresas, imponiendo una disciplina a la empresa y al trabajo. Un recurso de disciplinamiento de los trabajadores para garantizar el aumento de la tasa de explotación. Pero lo novedoso de esta desregulación fue crear un mercado tratando al trabajador como un cliente financiero.

[…] El segundo pilar, en mi opinión, es que hay sobreproducción. La sobreacumulación de capital subyace una crisis de sobreproducción. Es importante que busquemos el fundamento productivo para evitar la fantasmagoría financiera. En los últimos 25 años el neoliberalismo recreó las condiciones para las crisis de sobreproducción clásicas. Es decir, el desfasaje entre incremento de la producción, productividad, y poder de compra. Por esta competencia por la explotacón que necesariamente genera una brecha de excedente.

[…] La tercer parte de nuestra hipótesis es que esto ha empalmado con una subproducción de materias primas. Las materias primas vienen subiendo desde hace varios años, esto tiene que ver con el ciclo de las materias primas, con un proceso ecológico de destrucción del medio ambiente de más largo plazo.

[…] Se ha abierto un contexto para replantear nítidamente un programa contra el orígen de esto que es el capitalismo. Me parece que la idea de que el capitalismo saldrá adelante cualquiera sea el grado de la crisis es una religión de la perdurabilidad del sistema tan fatalista como la creencia mágica de que se va a derrumbar el sistema sin acción política. Es el momento de una lucha socialista y es el momento de hablar de socialismo.

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