Tal como refleja la declaración de la asamblea de la línea B, la falta de inversión y mantenimiento por parte de Metrovias provoca interrupciones y accidentes, e incluso agresiones de las que son víctimas los trabajadores cuando el servicio se interrumpe o se demora.
Hay que recordar que la empresa Metrovias montó una enorme campaña mediática presentando a los trabajadores como los causantes de la crisis en el servicio de subte.
Esa campaña, a la cual la burocracia de la UTA aportó, predispuso a los usuarios contra los trabajadores. El resultado: constantes incidentes en todas las líneas.
Estos hechos se dan en un contexto donde la alianza Metrovias-UTA intenta desconocer al cuerpo de delegados. En esta ofensiva se destacan el pedido de desafuero y amenaza de despido para Néstor Segovia; sanciones injustificadas; advertencia de tribunal de ética para los delegados, usurpación de espacios por parte de la patota de UTA; desconocimiento de la bolsa de trabajo para los ingresos y ascensos, y promociones que no se ajusta al proyecto votado en asambleas.
El paro de las líneas B y E del viernes demuestra que las reservas de lucha de los trabajadores del subte son muchas para enfrentar estos avances. Esta fuerza necesita una preparación, con la realización de asambleas amplias por sector para discutir los pasos a seguir en caso de nuevas agresiones y mandatos de base que le den un sustento fuerte a las decisiones votadas.
Continúa siendo prioritario desarrollar una gran campaña hacia la población, especialmente hacia los usuarios, que permita desenmascarar a Metrovias y mostrarla como lo que es: la principal responsable de la situación calamitosa del transporte subterráneo.
Por último, hoy en el subte estamos reclamando el doble aguinaldo, la mejor forma de prepararse para conseguirlo es llevando adelante la pelea de manera no corporativa, creando lazos de solidaridad con todos los sectores antiburocráticos y combativos que comparten el relamo y logrando de esta manera un bloque para enfrentar el intento del gobierno de imponer el “pacto social”.