Desde hace unos meses en la discusión que venimos desarrollando con el PTS pudimos, al abordar diversos temas, llegar a la conclusión de la necesidad de un partido de la clase trabajadora que sea antigubernamental y nada tenga que ver con los viejos partidos de la burguesía, que levante la bandera del clasismo y de la revolución no sólo en el programa sino también en los hechos, en sus tácticas y estrategias; tal lo ha demostrado el PTS en Zanon, Brukman y ARS. 
En lo que respecta al autonomismo creemos que el espontaneísmo de las “multitudes” por sí mismo, puede ser librado a su suerte sin un norte claro. Como se vio el 19 y 20 de diciembre, las multitudes movilizadas no son suficiente para ser una amenaza seria frente a la burguesía en el poder, faltó la vanguardia obrera conciente organizada desde un partido clasista para llevar hasta el final ese proceso potencialmente revolucionario.
En materia sindical vimos cómo las prácticas burocráticas de la izquierda se reproducen (PO, MST, CCC, etc.) siendo sólo un elemento más de dominio para aplastar la autoorganización de los trabajadores, cómo una vez dentro de los sindicatos que se dicen recuperados, la izquierda se amolda a los estatutos y se reconoce “orgánica” legitimando una estructura montada para desmovilizar a los trabajadores.
Comparándolo con lo que el Sindicato Ceramista de Neuquén logró -una vez recuperado de la burocracia y abierto al conjunto de los trabajadores (ocupados y desocupados–ya que ambos componen la clase)- conformando una coordinadora con libertad de tendencias, podemos ver qué propuesta es verdaderamente clasista y consecuente, qué partidos luchan porque en los sindicatos decidan los que luchan, conformando una democracia directa de los trabajadores.
En este espacio de discusión logramos pensar y repensar la realidad desde otra perspectiva desnudando el manejo que los medios de comunicación masivos y las corrientes de pensamiento en boga hacen de la opinión pública en función de la clase a la cual sirven, cómo el “posibilismo” que no sería otra cosa que un reformismo recauchutado que sostiene que la clase obrera está en extinción y toda posible mejora de las condiciones de vida consiste en “humanizar el capitalismo” como único paradigma. Porque entendemos que la burguesía es decadente y en las políticas represivas de derecha (Blumberg – Kirchner) con que nos persigue e intenta someternos expresa no sólo su impotencia como clase gerenciadora de este orden explotador, sino también la potencialidad de su antagonista, la clase trabajadora, de asumir ese rol, bregamos por la construcción de un partido clasista y revolucionario de la clase trabajadora antigubernamental e internacionalista. En las últimas reuniones del círculo comenzamos a discutir cómo intervenir en la lucha de clases y como contribuir en la construcción del PTS. En esta tarea estamos.