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Internacionales

Resoluciones de la IV Conferencia de la FT-CI

Bolivia: la emergencia de un nuevo movimiento obrero y el desafío para los trotskistas

8 de marzo 2007

Contanos cuál es la situación de la clase trabajadora en Bolivia
Elio:
En primer lugar, el movimiento obrero boliviano viene de una importante derrota que se arrastra desde el año ‘85 cuando los trabajadores mineros, que fueron históricamente la vanguardia de nuestra clase, fueron relocalizados (despedidos masivamente) luego de enormes jornadas de lucha, traicionados por sus direcciones. Luego, en los ‘90 se imponen las privatizaciones de casi todas las empresas públicas generando más despidos, destrucción de la organización sindical y debilidad de los trabajadores. Es por eso que desde el 2000 la clase obrera no fue protagonista central de las distintas jornadas revolucionarias que voltearon a dos gobiernos, aunque sí intervinieron algunos sectores como los combativos mineros de Huanuni. Este es un sector histórico de nuestra clase, que viene de lograr la reestatización de la mina en el 2000 imponiendo el "control social" y que hace unos meses defendió esa conquista contra el intento privatizador del MAS y los dirigentes de las cooperativas en un enfrentamiento que dejó más de una docena de muertos. Gracias a esa lucha la empresa Huanuni pasó de tener poco más de 800 asalariados a casi 5.000. Pero esto es sólo un aspecto. Lo verdaderamente novedoso es que comienzan a organizarse paso a paso sectores de una nueva clase obrera, más joven e inexperta, pero muy importante, como los de la nueva industria ligada a la exportación de madera, textil y joyería, centralmente desarrollada en La Paz y El Alto donde existen fábricas que llegan a concentrar hasta 3.000 trabajadores, muchos de 18 a 20 años. A la vez en Santa Cruz, ligada a la producción agraria y forestal, surgió una clase obrera de la agroindustria.
En el Altiplano, el ascenso al gobierno de Evo Morales generó fuertes expectativas entre los trabajadores por tratarse de un presidente indígena. Pero esto no llevó a una espera pasiva para que el gobierno cambie la situación que vivimos los trabajadores donde los empresarios nos humillan, donde el maltrato es cotidiano en las fábricas y talleres, donde los salarios fabriles apenas llegan a los 50 dólares. Al contrario, se está dando un proceso de organización de nuevos sindicatos y en muchas fábricas se busca la forma de organizarse para cambiar la situación. La formación del SITRASABSA del que soy dirigente no es más que una expresión de este fenómeno.

¿Qué actividades y política vienen desarrollando ustedes frente a este proceso?
Elio:
Nosotros como LOR-CI concentramos nuestras fuerzas en El Alto. Abrimos hace dos años la "Casa Obrera y Juvenil" donde se realizan charlas, proyecciones de películas, cursos y actividades sociales y culturales. Pero, además, a partir de la fundación del SITRASABSA pudimos llegar a decenas de fábricas que buscaban organizarse, y la "Casa Obrera" se convirtió en una referencia para todos ellos. En este año a la "Casa Obrera" se acercaron para organizarse y luchar los trabajadores de Maestros de Educación Informática de El Alto que formaron su sindicato (SITRASAI), trabajadores de TOTES (empresa de limpieza a domicilio, dependencias estatales y establecimientos), de ASEO URBANO, que son recolectores de residuos que se enfrentaron a la burocracia de su sindicato, jóvenes contratados de AISA (Aguas del Illimani), obreros del Taller Externo de El Alto perteneciente a la empresa Exbol, primer exportador de joyas del país. En este momento se reúnen los trabajadores de la ex fábrica Christies, quienes mantienen un juicio por los despidos que sufrieron. Hay varias fábricas más que son muy importantes luchando por su derecho a organizarse, con las cuales estamos colaborando.
Este es un proceso esencialmente sindical, al cual la Central Obrera Boliviana (COB), la Federación de Fabriles, las Centrales Obreras Regionales y Departamentales no le dan mayor importancia, cuando no lo boicotean. Producto de las viejas derrotas pero también porque le dan la espalda a esta nueva clase obrera es que las centrales sindicales se encuentran muy debilitadas en Bolivia. Por ejemplo el SITRASABSA es uno de los cuatro sindicatos de asalariados que tiene participación real dentro de la COR de El Alto. Además el resto de la izquierda, incluso los que se reivindican trotskistas, tampoco consideran a este fenómeno como algo potencialmente revolucionario donde concentrar sus energías militantes. Es notorio que, aparte del MAS, el único local de la izquierda en El Alto sea la Casa Obrera y Juvenil. Pero, como te decía, se trata de un proceso esencialmente sindical donde existen muchas expectativas y hay ilusiones en que el MAS de Evo responda a las demandas de los trabajadores cuando salen a luchar. Sin embargo, cuando esto pasa, muchos trabajadores ven cómo los ministros del gobierno del MAS actúan en contra de sus intereses y se hace una experiencia importante.

¿Cuál es la política para acelerar esta experiencia?
Elio:
Ya frente a las elecciones del año 2005 fuimos parte de la Comisión Política de la COB donde se discutía poner en pie un Instrumento Político de los Trabajadores (IPT) para que los trabajadores presentemos candidatos obreros y un programa independiente frente al ascenso del MAS. Nosotros dimos esta batalla, aunque lamentablemente los dirigentes de la COB no quisieron avanzar en este sentido. De haberse formado un IPT nosotros hubiéramos peleado para que éste adquiera un programa revolucionario y para que utilizara la tribuna electoral para desarrollar la movilización en las calles y hacer pesar a la clase obrera en la vida política nacional.
Experiencias de este tipo también forman parte del acervo del proletariado boliviano, como cuando en 1947 se conformó el Bloque Parlamentario Minero entre los dirigentes de la Federación de los trabajadores mineros y los trotskistas del POR, que obtuvo 2 senadores y 8 diputados. Lamentablemente el POR, que es la corriente que históricamente ha expresado el trotskismo en nuestro país, reniega en los hechos de esta experiencia y ha transformado en un principio no presentarse a elecciones. Es una organización que hace rato ha perdido completamente el rumbo, combinando un discurso maximalista con una práctica profundamente sindicalista.
Ahora que está la Constituyente, amañada y pactada con la derecha pero en la cual las masas depositan sus expectativas, le estamos planteando a todos esos trabajadores que se reorganizan sindicalmente que tenemos que levantar un programa de reivindicaciones obreras y campesinas, un pliego de reclamos para exigírselo a la Constituyente y sobre todo para pelear por él en las calles, durante y después de la Constituyente, empezando por el pleno derecho a la organización sindical, las tierras para los campesinos, salarios iguales a la canasta familiar, nacionalización sin pago y bajo control obrero de todos los recursos naturales, etc. Tratamos así de que la clase obrera se organice políticamente y haga una rica experiencia con el gobierno del MAS y la Constituyente, mientras seguiremos denunciando fuertemente todos los pactos del MAS con la derecha. Esta experiencia es fundamental para que la clase obrera pueda dar un paso adelante en su independencia política.
Apostamos de esta manera a forjar una vanguardia obrera con la cual se pueda formar un gran partido revolucionario de los trabajadores; ésta será la única forma de darle una salida revolucionaria al proceso abierto. Es una enorme apuesta estratégica la que nos planteamos los revolucionarios en Bolivia y es por esto, que la IV Conferencia de la FT-CI discutió darle gran importancia y poner parte de su dedicación y recursos para apoyar a la LOR-CI en este desafío.

¿Cuáles son las tareas planteadas?
Elio:
En primer lugar desarrollar con todas nuestras fuerzas este proceso de reorganización obrera, ayudando a formar nuevos sindicatos combativos que en perspectiva sean clasistas. Están dadas las condiciones para poner en pie un nuevo movimiento obrero desde las bases que den nueva vida a las organizaciones históricas de los trabajadores. Pero nosotros sabemos que a pesar del desvío que significa el gobierno de Evo Morales seguimos transitando una etapa revolucionaria. La reacción de derecha buscar ganar fuerza para enfrentar a los trabajadores y campesinos. El gobierno del MAS busca conciliar con la derecha, a la vez que intenta contener a las masas mediante algunas concesiones y promesas. Es difícil que logren este objetivo como se vio en los enfrentamientos que se desarrollaron en Cochabamba y en Huanuni. Antes o después, los trabajadores deberemos poder dar una salida propia, verdaderamente revolucionaria y socialista para el conjunto de los explotados y oprimidos de Bolivia. Es necesaria una alianza obrera y campesina que termine con la Bolivia capitalista, única forma de conquistar todas nuestras reivindicaciones. Esto no lo hará el MAS y es por eso que los trabajadores tenemos que lograr no sólo una fuerte organización sindical, sino que también es preciso que se forme una organización política obrera que tenga objetivos revolucionarios. Ya en otros momentos de la historia de nuestro país, los trotskistas bolivianos lograron que una parte de la vanguardia obrera tomara como propio un programa revolucionario que daba una respuesta obrera para terminar con el dominio de los capitalistas. Fue en el año 1946 y las llamadas "Tesis de Pulacayo", escritas por los trotskistas donde se planteaba la lucha por el poder obrero y el socialismo, fueron adoptadas por los mineros y luego por la propia COB. Nosotros ahora queremos ser parte de este proceso de reorganización y recomposición obrera con el objetivo de colaborar para que nuestra clase puede avanzar en un camino político revolucionario, no solo sindical.

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