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Internacionales

El comienzo de una nueva ofensiva de masas?

Bloqueos campesinos y represión en Bolivia

17 de enero 2002


El lunes 13 de enero se ha iniciado en el departamento de Cochabamba y centralmente en la zona del Chapare, seguido por acciones esporádicas en distintos puntos del Altiplano, el bloqueo nacional de caminos convocado por Evo Morales y la cúpula del MAS, en reclamo de un pliego de 15 demandas entre las que se incluyen el rechazo al ALCA, la venta del gas a empresas transnacionales entre otras. En estos momentos junto a los bloqueos de caminos antes mencionados, se encuentran en plan de lucha los rentistas que ya llevan varios días de caminata con bloqueos de caminos esporádicos, junto a las movilizaciones del sector de salud en La Paz. Los desocupados y miles de trabajadores vinculados al PLANE (Plan Nacional de Empleo) se encuentran en estado de movilización permanente. En estos momentos se encuentran en conflicto, o al borde de los mismos, infinidad de sectores con demandas sectoriales o regionales como la Chiquitania, Tarija, El Alto, fabriles y otros.
Frente a este plan de lucha encabezado centralmente por los cocaleros, el gobierno y el régimen han respondido con una salvaje represión, que empalidecería hasta al finado Banzer, intentado cortar desde el inicio la posibilidad de radicalización y de generalización del conflicto: los estudiantes universitarios de San Simón fueron brutalmente reprimidos, las movilizaciones convocadas por la Central Obrera de Cochabamba y las movilizaciones de padres y docentes alteños fueron rápidamente disueltas por la acción de las fuerzas represivas. La movilización de los jubilados mineros fue intervenida el día martes, intentando deportar a sus lugares de origen a casi tres mil ancianos, cuyo único resultado fue la muerte de 7 compañeros en un accidente durante el operativo y la continuación de la movilización por cerca de 5 mil marchistas. Hasta el momento ya suman cuatro los muertos por heridas de bala, decenas de heridos y más de 170 detenidos en las dos primeras jornadas de lucha. Las denuncias realizadas por la población y diversos organismos de Derechos Humanos de la existencia de un virtual estado de sitio en el departamento de Cochabamba, evidencian que el gobierno de Gonzalo Sánchez de Losada (Goñi) está intentado asestar una derrota decisiva al movimiento de masas en este primer round. Sus declaraciones de negarse a dialogar bajo presión, indican la voluntad política de provocar la rendición incondicional de las actuales organizaciones en conflicto, afirmando el principio de autoridad e intentado consolidar una relación de fuerzas favorable al régimen y a la burguesía, con el objetivo de poder imponer los planes pro imperialistas de entrega del gas y los recursos naturales, avanzar en las negociaciones con el FMI para reducir el déficit fiscal, mediante nuevos y más profundos recortes a los presupuestos básicos de salud y educación, asi como la profundización de la erradicación forzosa de la coca.
Sin embargo, la feroz represión puede provocar un efecto contrario al buscado por el gonismo, como lo viene mostrando la abnegada resistencia de los cocaleros que obligados por las circunstancias han empezado a poner en pie comités de autodefensa y asestar duros golpes a las fuerzas represivas, mostrando el camino a seguir al conjunto de las movilizaciones en curso. El miércoles 15, tropas del ejército fueron emboscadas en la región del Chapare provocando nueve heridos de gravedad por el efecto de máuseres y armas caseras. Así mismo, la prolongación del conflicto en las actuales circunstancias esta provocando la indignación de diversos sectores que pueden incorporarse a la lucha, abriendo la posibilidad de que los trabajadores del campo y la ciudad podamos derrotar al gobierno y sus planes.

El fin de una vergonzosa tregua

Luego del impactante resultado electoral del 30 de junio, donde por primera vez en la historia republicana, llegan al congreso cerca de 40 parlamentarios de origen indio, campesino y popular, las direcciones del Movimiento al Socialismo liderada por el dirigente cocalero Evo Morales y el Movimiento Indígena Pachakutic liderada por el dirigente aymara Felipe Quispe (el Mallku), establecieron una tregua de más de 4 meses de duración apostando a "recuperar la democracia" y sembrando ilusiones de que con este degradado régimen parlamentario se podían resolver los grandes problemas estructurales que atraviesa la nación. Esta política ha tenido como consecuencias el relativo fortalecimiento del gobierno y del régimen como lo viene mostrando su actuación frente al conflicto, así como ha provocado que hoy los trabajadores tengan que salir al combate sin organización ni objetivos claros, como lo evidencia el aislamiento de los distintos focos de conflicto. Las declaraciones del Mallku, ofreciéndose como mediador son indignantes, considerando que es él quien preside la CSUTCB, y por lo mismo tiene una responsabilidad enorme en el aislamiento cocalero. Sin embargo, pese a la política llevada adelante por los aparatos reformistas y la burocracia sindical de la COB, los trabajadores podemos forjar al calor del combate los instrumentos que permitan generalizar y nacionalizar el conflicto derrotando al gobierno.

¡Por coordinación y un plan de lucha unificado nacionalmente!

Bolivia, esta retomando lentamente el hilo, cortado por el desvío electoral y la tregua de los meses pasados, de los grandes levantamientos de abril y septiembre del 2000, abriendo la posibilidad de que los trabajadores del campo y la ciudad podamos completar la obra iniciada en estas grandes acciones de masas, derrotando definitivamente al gobierno y sus planes pro imperialistas. Sin embargo para lograr este objetivo es necesario saldar cuentas con la estrategia de las actuales organizaciones reformistas como el MAS y el MIP.
Desde la Liga Obrera Revolucionaria por la Cuarta Internacional venimos insistiendo que es necesario poner en pie una Coordinadora nacional de lucha entre todas las organizaciones que actualmente se encuentran en conflicto. Las federaciones del trópico, rentistas, fabriles, desocupados del PLANE, Federación del Magisterio de La Paz y todas las organizaciones que se reclaman combativas tienen la enorme responsabilidad de iniciar esta tarea de coordinación que permita forjar un plan de lucha democráticamente elaborado, sobre la base de delegados revocables y con mandato por sector. Esta es la única manera de evitar la lucha aislada de los distintos sectores, lucha que inevitablemente terminaría en la derrota y en el fortalecimiento del gonismo.

¡Alto a la represión!
¡Libertad a todos los detenidos!
¡Por un plan de lucha nacional unificado!
¡Por una coordinadora nacional de lucha!


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