Al cierre de esta edición culminaban las acciones contra el Parlamento catalán que intenta imponer el nuevo Presupuesto con drásticos recortes en salud y educación para que la crisis la paguen los trabajadores. Entrevistamos a nuestro compañero Santiago Lupe de Clase contra Clase, organización que viene participando activa y resueltamente del movimiento.

En la noche de ayer se realizó una nutrida movilización al Parlamento con columnas llegadas de los barrios y las universidades. La policía nos rodeó y decidimos hacer una Asamblea donde se votó acampar esa noche y bloquear al día siguiente para impedir que los diputados puedan entrar a votar el ajuste. Fortificamos el campamento en prevención de un intento de desalojo por parte de la policía y por la mañana bloqueamos las entradas al Parlamento con miles de compañeros.

Alrededor de las 6:30 de la mañana los Mossos (infantería) intentaron desalojar y lograron abrir un paso en una de las puertas, por donde fueron entrando algunos diputados, fuertemente repudiados por los manifestantes que les arrojaron huevos y pintura.

El gobierno de Artur Mas, que debía participar de la sesión, no se animó siquiera a entrar a pié y fue traído en helicóptero para evitar la manifestación. Desde la mañana temprano el gobierno y los medios de comunicación han lanzado una furiosa campaña contra las “acciones violentas” de los indignados, acusándonos de vulnerar la “democracia” y no permitir que sesionen los diputados “elegidos por el voto”. Artur Mas llegó a amenazar con utilizar “todas las fuerzas del orden” contra los movilizados que habíamos decidido permanecer bloqueando para que se tuvieran que ir de la sesión de la misma forma en que llegaron, custodiados por los Mossos y repudiados por el pueblo.

Lamentablemente el sector más reformista de los indignados cedió a la campaña del gobierno y por la tarde decidió romper el bloqueo y marchar por la ciudad. Hubo nuevos forcejeos con la policía con el saldo de 6 detenidos por los que ahora estamos movilizando por su inmediata liberación. Aunque no se pudo mantener el bloqueo hasta el final de la sesión del Parlamento, fue una gran jornada de lucha contra los recortes y una importante experiencia para cientos de activistas que están rompiendo con el pacifismo reformista.