Pese al lobby judicial, la campaña mediática y las movilizaciones impulsadas por el directorio de Ledesma en favor de Carlos Pedro Blaquier y Alberto Lemos, las pruebas y testimonios que los involucran en los crímenes contra la clase obrera en la década del 70’ obligaron a la reaccionaria Cámara Federal de Salta a confirmar el procesamiento del jefe del directorio de la empresa Ledesma y su ex administrador por el delito de privación ilegítima de la libertad en calidad de cómplices.

Blaquier y Lemos, si bien son procesados por “colaborar” en las detenciones de Carlos Galian y Omar Gainza, obreros y activistas sindicales, y Luis Aredez, asesor del sindicato azucarero e intendente de la localidad, están implicados en el secuestro de 26 personas más. Todos crímenes cometidos en Libertador Gral. San Martín, Calilegua y El Talar en los operativos conocidos como “La noche del Apagón”, para los que el mandamás del Ingenio aportó listas negras, personal de seguridad, corte del suministro eléctrico, camionetas, trailers y hasta un inmueble para Gendarmería junto al predio industrial. Vale aclarar que aunque los “apagones del terror” fueron en 1976, la persecución política y sindical en el ingenio empezó en 1974 cuando la patronal, junto a la policía y la Gendarmería, atacó la organización sindical y política con despidos, detenciones de dirigentes y delegados, intervención del sindicato y de la municipalidad.

Mandante del golpe

Las cartas a su “querido amigo Joe” (en referencia a Martínez de Hoz), las solicitadas en favor de la dictadura en diarios de la época, las fotos junto a la esposa de Videla, los legajos de detenidos-desaparecidos hallados en sus oficinas y la reciente aparición de un título de propiedad de un petit hotel de Capital Federal, donde se reunía la élite intelectual que impulsó el golpe genocida, que figuraba a su nombre, terminan de confirmar que Blaquier no sólo fue cómplice del golpe sino uno de sus mandantes. Más que colaborador Blaquier es responsable de “los apagones”. Y como tal debe ser juzgado.

Dictadura patronal en el Ingenio, legado del genocidio

Pese a estar procesado Blaquier no deja de atacar a los compañeros azucareros que se organizan y luchan contra los bajos salarios, la tercerización y los turnos relevantes o “cuarto turno” (que eliminan derechos como el descanso dominical y el sábado inglés), exigen que se aplique la ley de contrato de trabajo para los zafreros y pelean por la categorización y la efectividad. Lanzó 40 cartas documento contra delegados, dirigentes y activistas sindicales que encabezaron la huelga del 11 y 12 de Julio, acusándolos de sabotaje por bloquear los caminos internos y portones, cuando en realidad, ejerciendo el derecho a huelga, los compañeros tomaron medidas como la no asistencia al trabajo, el corte de ruta y la movilización y corte de los caminos internos y portones, efectivizando la huelga en los lugares de trabajo. Lo que irritó a Blaquier fue que, tras la paralización total de la fábrica, debió sentarse a negociar y conceder un aumento salarial superior al que pretendía. Las cartas documento, que anticipan “sanciones más severas” (despidos y causas penales) son una muestra más de que en Ledesma rige una dictadura patronal, como legado del genocidio que en los 70´ se impuso a sangre y fuego en el Ingenio, para derrotar a los azucareros que cuestionaban los intereses de la familia Blaquier-Arrieta.

¡Cárcel al patrón genocida Blaquier! ¡Basta de persecución a los obreros que luchan!

Este ataque a la organización y representación sindical nos obliga a defender este derecho inalienable, para dar pasos en derribar la dictadura patronal. El Cuerpo de Delegados y los activistas deben exigirle a la Comisión Directiva del SOEAIL que, así como encabezó la huelga por aumento, ahora debe organizar la pelea para que retroceda la política patronal. No se puede tolerar ni un sancionado, cesanteado o despedido más por causas sindicales o políticas. Si la huelga sirvió para elevar la moral y la fuerza de los que luchan, y demostró que con la lucha se puede quebrar la voluntad de los Blaquier, no dejemos ahora que la patronal por medio de estas amenazas, desmoralicen e impongan el miedo en la base.

La situación abierta, con Blaquier procesado, el comienzo de una nueva tanda de juicios contra los genocidas, y los obreros combativos perseguidos por esta patronal, que ya carga con la responsabilidad del “Apagón” en el 76 y de la represión contra los sin techo del asentamiento “El Triángulo” en el 2011, hace fundamental que las organizaciones de DDHH, sindicales, estudiantiles y la izquierda, a la par de la lucha por la cárcel común y perpetua del empresario genocida, lancemos una campaña de defensa al derecho a huelga, y a la organización sindical, junto al cuerpo de delegados, los activistas y la comisión directiva del SOEAIL.