logo PTS

NACIONAL

SEGUIR EL EJEMPLO DE BRASIL

Basta de negociados con el transporte y la construcción

Tenemos que decir basta, como lo hicieron en Brasil. Todos los gobiernos están involucrados en los negocios inmobiliarios y del transporte.
La mayor parte de la gestión sigue estando en manos de concesionarios como Roggio y Romero, responsables de los crímenes sociales.

Claudio Dellecarbonara

27 de junio 2013

Basta de negociados con el transporte y la construcción

Pasan las semanas y el pueblo de Brasil sigue en las calles, a pesar de haber logrado un primer triunfo al impedir el aumento de tarifas en el transporte público. Lo que empezó como un estallido contra el tarifazo siguió con la protesta contra los millonarios gastos para el mundial de fútbol y contra la corrupción del gobierno de Dilma Rousseff; los jóvenes ganaron gran protagonismo en las movilizaciones. En un país donde millones viven marginados, en casas precarias y sin acceso a la salud y la educación, el despilfarro para cumplir el “estándar FIFA” choca, y mucho. Hasta ahora se gastaron 33.000 millones de reales en infraestructura; con los cerca de 600 millones de dólares que se gastó sólo en el estadio Mané Garrincha, se calcula que podrían haberse construido 150 mil viviendas. Es un negoción para las empresas constructoras y las grandes marcas auspiciantes, además de los políticos y funcionarios del régimen, una casta que se enriquece a costa de perjudicar al pueblo pobre y trabajador.

Esto no pasa sólo en Brasil. En Argentina, ante las consecuencias del deplorable estado del transporte público, ahora se procede a la reestatización parcial de algunas líneas ferroviarias, mientras la mayor parte de la gestión sigue estando en manos de concesionarios como Roggio y Romero, responsables de los crímenes sociales ocurridos los últimos años, junto con su ex socio Cirigliano y el gobierno nacional. Roggio además cuenta con la complicidad del gobierno derechista de Macri en la Ciudad de Buenos Aires, donde el subte es una bomba de tiempo. Algunos plantean reestatizar todo el transporte público, pero ¿sería coherente dejar su manejo en manos de los funcionarios del kirchnerismo, que fueron y son parte de cuanto negociado hubo durante la última década y que tiene el saldo de tantos muertos en Flores, Once y Castelar? Definitivamente, no. Hay candidatos como Pino Solanas que tienen un discurso de “recuperación de lo nuestro” pero construyen una “nueva Alianza” para estas elecciones con Rodolfo Terragno y Prat Gay, grandes impulsores de las privatizaciones. ¿Y qué podríamos decir de Sergio Massa? Viene convirtiendo a Tigre en la “Miami argentina”, donde en 6.000 hectáreas los ricos viven rodeados de lujo en barrios privados, mientras más de 50 mil laburantes viven en villas, y otros miles en condiciones de precariedad en zonas inundables, sin cloacas ni servicios básicos. La política puesta al servicio de las ganancias de las mega constructoras ya mostró su cara más cruel hace casi tres meses, cuando sufrimos la pérdida de decenas de vidas en las inundaciones que afectaron a La Plata, Capital y Gran Buenos Aires, entre ellas la de nuestro compañero del subte Antonio Villares.
Ante todo esto, tenemos que decir basta, como lo hicieron en Brasil. Todos los gobiernos están involucrados en los negocios inmobiliarios y del transporte; hay empresarios que son socios de los K a nivel nacional y de Macri en la Ciudad, como el millonario constructor Nicolás Caputo o el Grupo Roggio, que maneja tanto el subte como varias líneas del ferrocarril. Tanto los empresarios como los funcionarios y la burocracia, además, siguen persiguiendo a los trabajadores como han hecho en el subte y en los ferrocarriles, donde se abrieron causas contra Flavio Bustillo y Jorge Hospital del Roca y se llegó a encarcelar al Pollo Sobrero de la línea Sarmiento.

Los compañeros que conformamos el Frente de Izquierda creemos que es urgente quitar toda concesión del transporte público a los empresarios que vienen llenándose los bolsillos a costa de los subsidios que les da el gobierno; bastaría abrir sus libros de contabilidad para ver en qué vienen gastando. No confiamos en el gobierno para gestionar el transporte: tenemos que ser los propios trabajadores junto con los usuarios -también trabajadores y de sectores populares- quienes tomemos en nuestras manos esta tarea. Como estamos ante una crisis fruto de años de abandono, primero hay que poner en condiciones todo el sistema de tendido de vías y las formaciones, tanto del subte como del ferrocarril. Para ellos contamos con un recurso invaluable como son los talleres propios, que hoy se encuentran semi abandonados o cerrados, para beneficiar a los empresarios que cobran sobreprecios por las reparaciones. Pero para todo esto se necesita una gran inversión; por eso hay que aplicar impuestos extraordinarios a los grandes capitalistas para invertir en una gran red de transporte público seguro, rápido, eficiente y accesible para todo el pueblo trabajador.

Estas son sólo algunas de las medidas que deben tomarse en lo inmediato para mejorar la calidad de vida de millones que utilizamos cotidianamente estos recursos. Junto al castigo a los culpables de las masacres de Flores, Once y Castelar, tenemos que exigir además que caigan los responsables de las terribles consecuencias de las inundaciones de abril; estos verdaderos crímenes sociales no pueden quedar impunes.

Prensa

Virginia Rom 113103-4422

Elizabeth Lallana 113674-7357

Marcela Soler115470-9292

Temas relacionados: