Federico Sturzenegger convoca otra marcha contra la Ley Conti (traspaso de fondos judiciales del Banco Ciudad al Banco Nación). Esta semana se desquitó por todo programa televisivo que pudo valiéndose de tener el apoyo de empleados del Banco. Sus gerentes del personal “superior” cooptan por “miedo reverencial” y casi todo el plantel firmó una solicitada publicada en los diarios. Dice defender un banco “progresista” y exitoso.
¿Exitoso y progresista para quienes? En Página/12 del 9/07 salió que “…El Banco Ciudad atiende en la actualidad a 5268 empresas (…) Los 100 principales deudores de la entidad reciben 1704 millones de pesos en concepto de financiaciones (…) Peugeot (100,8 millones de pesos), Pan American Energy (94,5 millones), Esso (88), Aceitera General Deheza (87,8), Cresud (71,4), Aluar (79,2), Edesur (71,4), Ledesma (70,5), Coca Cola (65,6) y Quickfood (61,4)…”. Años de éxito para los grandes capitalistas y multinacionales. Con este fundamento los diputados “progresistas” K, como el banquero Carlos Heller, que reclama al banco que cumpla con la constitución y le brinde préstamos a las pymes a tasa del 15% anual, clasificadas por sus ventas anuales de hasta cientos de millones de pesos, reconocidas por ser las principales explotadoras de empleo en negro y cuasi esclavo, como es el caso de los talleres clandestinos textiles donde se fabrican las prendas de las principales marcas: Cheeky -de Juliana Awada, esposa de Macri. El Banquero que se quedó con los ahorros en la crisis del 2001 es fiel a su clase y favorece a los “pequeños y medianos” explotadores negreros.

“Los que se pelean se aman… ”

El macrismo dice que el Gobierno Nacional vacía al Banco Ciudad en 7000 millones. Por otro lado el PRO licita 125.000 cuentas sueldo de docentes, enfermeras y estatales de CABA al mejor postor (Bco. Galicia). Negocio de $25.000 millones que conlleva la pérdida del acceso de los empleados de la Ciudad al banco público. Se pelean para la tribuna. Se alinean para vaciar y atacar al movimiento obrero como en el Indoamericano de conjunto con las policías Metropolitana y Federal matando a inmigrantes sin techo. Los trabajadores somos víctimas de sus peleas. La crisis habitacional dispara políticas demagógicas de préstamos que dejan por fuera al conjunto del pueblo trabajador.

Por sindicatos sin burócratas. Por un partido de trabajadores sin patrones

A las internas “por arriba”, se agregan las centrales burocráticas, divididas en cinco. Una alineada a CFK, con Caló, gordos, Pedraza -asesino de Mariano Ferreyra- y servicios de la dictadura como Gerardo Martínez. Otra con Moyano que busca aliarse con Scioli y ahora se opone al Gobierno junto al radical Palazzo. El derechista Barrionuevo de la “Azul y Blanca”. Y las CTA Michelli aliada al “socialista” de las patronales sojeras Binner y la de Yasky fiel al gobierno K. La conducción de La Bancaria y la CGI adicta al sindicato, siguen fieles a su esencia sin llamar a asambleas de delegados de base donde podamos elegir nuestros representantes con planteos independientes de toda esta ensalada patronal y burocrática. Quieren frenar todo intento de lucha y de autodeterminación de los trabajadores. Pero no les resultará fácil. Ese clima de aire fresco que se expresó con 2000 bancarios en las calles no dejándose callar, tiene que ser nuestro norte. Debemos levantar nuestras propias banderas. Hay que votar delegados de base y retomar los plenarios en forma urgente para organizar el plan de lucha coordinando con docentes y empleados de la Ciudad para impedir el achique y la venta de los sueldos municipales, luchar por categorías, apertura de paritarias libres con delegados paritarios elegidos, incorporación de personal, pase a planta de los contratados de limpieza y seguridad, antigüedades y respeto del Convenio Colectivo de Trabajo 18/75. La agenda que veníamos levantando los trabajadores. Por la prohibición de despidos y suspensiones y el fin de las persecuciones.

La Marrón Bancaria pelea en cada banco con el objetivo de recuperar el sindicato y las CGI para los trabajadores por una gran corriente clasista que pelee por una banca estatal única, centralizada y pública bajo control de quienes la hacemos funcionar: las/los trabajadoras/es. Por un plan de viviendas y obras públicas financiado en base a impuestos a los grandes empresarios, bajo control de los trabajadores.