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Ahora apoya la gestión K

Baldassini, el cartero de Macri y Videla

Lucho Aguilar

31 de mayo 2007

De la dictadura al menemismo

Antonio Ramón Baldassini nació hace 77 años en Bovril, Entre Ríos. El dato podría pasar desapercibido, si no fuera porque en ese pequeño pueblo también nació Augusto Timoteo Vandor, sinónimo de burocracia sindical en nuestro país.

En marzo del 76’, Baldassini se convertía en uno de los principales alcahuetes de la junta militar. Encabezó la colaboracionista Comisión de Gestión y Trabajo, y participaba con el guiño de los militares en las reuniones de la OIT. En ese lapso, hubo cientos de trabajadores del Correo perseguidos, incluso desaparecidos. Durante la guerra de Malvinas, Baldassini llegó a viajar con Videla y los presidentes de la UIA y la Sociedad Rural a presenciar la asunción del ‘gobernador’ Luciano B. Menéndez en las islas. Interrogado por el fiscal Strassera en el juicio a las juntas, Ramón Baldassini aseguró que “no recuerdo ningún dirigente obrero que haya desaparecido”.

Siempre del lado de los empresarios y el Estado contra los derechos obreros, su salto a burócrata empresario lo dio en los 90’. Desde un principio apoyó a los Macri, que despidieron a casi 10 mil trabajadores, estafaron al Estado y negociaron con el FOECYT un nuevo convenio de trabajo. El nuevo convenio prolongaba la jornada de 36 a 48 horas semanales, ampliaba el período de prueba y creaba nuevas categorías, además de continuar con la polivalencia y la flexibilidad del convenio de 1993. Baldassini se adelantaba así a la segunda reforma laboral menemista.

Pero nada era gratis, el acuerdo entre Menem y Macri incluía un 14 % de propiedad participada, que maneja a discreción el sindicato. En definitiva, mientras aumentaba la explotación sobre los carteros, los únicos sobres que llevaba Baldassini, eran los que iban de la oficina de Macri a la Casa Rosada.

Ahora también

Cuando la estafa de la privatización se hacía demasiado pesada para la Argentina post 2001, los Macri perdieron la concesión. Baldassini, un tipo de principios, defendió lo actuado por el grupo empresario, y aseguró que la gestión había sido “de excelencia” y “con prestigio” (Página 12, 11/03). Quería evitar la ‘reestatización’.

Pero a poco de andar la gestión K en el Correo, Baldassini se dio cuenta que poco cambiaba. El gobierno mantuvo durante un tiempo el plan de reprivatizar el Correo, aunque ahora la idea parece congelada. Sin embargo, la relación de Baldassini con Kirchner es cada vez mejor. “Los telepostales argentinos reiteramos nuestro reconocimiento al presidente Néstor Kirchner, por haber dispuesto la creación de una estructura empresarial. Nos enorgullece que la modalidad jurídica y funcional de la nueva empresa, haya recogido aspectos sustanciales del proyecto que nuestra organización hiciera llegar a Alberto Fernández y Julio De Vido” (Comunicado del Foecyt, 9/04).

Hoy, en el directorio del Correo Oficial comparten cuotas de poder algunos ex directivos de Macri, funcionarios kirchneristas y dirigentes del Foecyt y Foecop. O sea, los responsables del vaciamiento. En manos de estos personajes, el correo ‘estatal’ continúa con el mal servicio y la explotación obrera. Los trabajadores denuncian que la productividad aumentó un 400 %.

La santa alianza se mantiene, a pesar de que Kirchner la quiera disfrazar de ‘nueva política’.

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