El pasado 28 de marzo se realizaron las elecciones de Concejales de la ciudad de Mendoza, el sexto departamento más poblado de la Provincia , con casi 100 mil electores habilitados para votar. Apenas el 60% de ellos fue a votar siendo en la juventud donde más se notó la apatía. Él apoyo de todos los candidatos de los partidos tradicionales al desdoblamiento de las elecciones, expresa el intento de un régimen represivo y segregador; distorcionando el tablero político provincial sacando de escena a la enorme mayoría de los habitantes del Gran Mendoza y los problemas mas sentidos por la población. La indiferencia mostrada de la población capitalina, epecialmente de su juventud, es un claro rechazo a esta maniobra.

Los resultados obtenidos por el radicalismo de Fayad fueron más que suficientes para mostrar su peso territorial y político frente a la hegemonía cobista. Pero no alcanzaron para frenar la dispersión electoral del radicalismo provincial, que había obtenido con Cobos un 52% en el 2009 y retrocedió al 40% en estas elecciones. Aún así, la debilidad de sus competidores, que no superaron el 12%, ratifica que los radicales avanzan a recuperar la gobernación el año que viene.

La derecha se presentó dividida y mantuvo su espacio, pero logró polarizar la elección contra los radicales, desplazando a una mayor marginalidad al PJ y al kirchnerismo. El PD se impuso claramente sobre el PRO de Terranova -candidato del macrismo que intentó desembarcar con la venia de las grandes familias empresarias locales- demostrando el peso que mantienen los aparatos partidarios tradicionales en una provincia donde nunca llegó el “que se vayan todos” del 2001.

La centroizquierda K (Polo Social, PC, PH) que se separó del PJ en busca del voto “progresista” de la ciudad, alejándose del espantapájaros de Jaque, logró llevarse apenas un 3%, que, paradójicamente, sólo sirvió para hundir más al PJ que por esa diferencia perdió el segundo lugar y la posibilidad de entrar al Consejo.

Fue la centroizquierda sojera del PS la que creció ampliamente, pasando del 5 a casi un 10% de los votos. También Leiva (antiguo socio de Carrió, con el que al parecer quiere negociar Pino Solanas) creció del 5 al 6%. La clave para ello, fueron los votos que el año pasado tenía la lista de Cobos, y por causas varias (no se elegía Intendente, Fayad se enfrentó al cobismo, etc.) migraron a este espacio, y -mayoritariamente- al ex funcionario radical Montbrun, que logró entrar como Concejal por el PS.

La izquierda pasó de tener un 3,3% en las últimas elecciones a casi un 5% en un escenario de campaña teñido artificialmente por las disputas entre la derecha y el radicalismo, y sus respectivas internas. En este marco desfavorable, nosotros logramos mantener el porcentaje de votos obtenidos en el importante avance del año pasado (arriba del 1%). Tras la debacle de la hegemonía kirchnerista, la izquierda empieza a ser un actor reconocido en el terreno electoral de la provincia.

Lamentablemente los compañeros del PO y el MST sólo aprovechan los espacios electorales en forma socialdemócrata. El PO cayendo en el parlamentarismo más vulgar, planteó que con trabajadores en el Consejo Deliberante (institución decorativa si las hay) se pueden resolver los problemas de los trabajadores y el pueblo. El MST en el último tramo de la campaña sacó a relucir su desbarranque, proponiendo la elección directa de los comisarios, como los sherif en EE.UU. inspirados en “las cosas buenas del modelo Norteamericano” o sea en uno de los más racistas y represivos del mundo.

Esta adaptación al régimen se traduce también en el retroceso de su la fuerza militante, como lo mostraron con sus raquíticas columnas en la marcha del 24 de marzo y con su ausencia en las luchas y procesos de organización de los trabajadores.

Desde el PTS en estas elecciones municipales nos dirigimos a los trabajadores y a la juventud explotada y oprimida denunciando los contratos basura y el trabajo precario que reina en la ciudad. Ganando la simpatía y el apoyo de compañeros y compañeras de los call center, supermercados y otras concentraciones de trabajadores.

La centroizquierda en cambio dedicó todos sus esfuersos electorales a embellecer y mostrar su lealtad a las "gestiones radicales", las mismas que han convertido a la Ciudad en una plataforma de mano de obra barata, la especulación inmobiliaria y el fraude empresarial. El PS que vuelve depués de 80 años al Consejo Deliberante de la Ciudad, sólo promete aportar sus "conocimiento científicos y vecinalistas" con la gestión de uno de los intendentes más racistas, machistas y represores del país.

El PTS enfrentó con audacia a los candidatos del régimen que pregonaron la mano dura, denunciando la presencia de la gendarmería en las calles de la ciudad. Ganando un importane reconocimiento político en el tablero político, en la izquierda y especialmente entre la juventud trabajadora y los estudiantes que apoyaron generosamente nuestra campaña militante.
Los trabajadores y los jóvenes tenemos que poner en pié nuestra propia herramienta política en Mendoza para enfrentar las políticas de explotación y represión de los empresarios y sus partidos.

Nicolás del Caño