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Internacional

LA APROBACION DE LA LEY GENERAL DE EDUCACIÓN

Bachelet: un triunfo con sabor a derrota

El año 2006 fue el del movimiento estudiantil secundario, que con su consigna “el cobre por el cielo, la educación por el suelo”, cuestionó los pilares del neoliberalismo en el terreno de la enseñanza.

26 de junio 2008

El año 2006 fue el del movimiento estudiantil secundario, que con su consigna “el cobre por el cielo, la educación por el suelo”, cuestionó los pilares del neoliberalismo en el terreno de la enseñanza. Como consecuencia de aquél movimiento, ha perdurado hasta hoy un debate educativo en la política nacional. Pero si durante la lucha secundaria, el debate se producía en las tomas y en las calles; desde que el Gobierno instaló la Comisión Asesora Presidencial para la Calidad de la Educación (CAP), el debate se trasladó a los marcos del régimen. De ello es fruto la llamada Ley General de Educación (LGE), primero ideada por la Concertación, luego pactada -en noviembre de 2007- con la Alianza (derecha), y recientemente votada en la cámara de diputados.

Conseguir que se votara la ley no fue fácil para el Gobierno. Pues durante este año, se venían produciendo una serie de roces entre la Alianza y la Concertación, y al interior de ésta última, que estaban conduciendo a que no se respetara el acuerdo de noviembre. Además, la ley se vio empantanada por las tomas en colegios y universidades, marchas y paros estudiantiles y del profesorado.

Finalmente, la Ley General de Educación (LGE), el pasado jueves 19 de junio, fue aprobada por la cámara de diputados. Pero esto le ha acarreado importantes costos al gobierno. Al interior de la propia Concertación, se han potenciado los roces. Varios parlamentarios se han pronunciado en contra de la LGE y de los métodos que usó el Gobierno para su aprobación. Y el segundo costo es el descontento social que ha generado la aprobación.
Esto contribuye a acelerar el proceso de desgaste de la Concertación y, por esa vía, del régimen.

Es que el conglomerado oficialista ha cumplido durante los últimos veinte años el papel de “partido de contención”, concentrando las aspiraciones y expectativas de los trabajadores y el pueblo pobre. Durante los últimos 3 años, hemos visto como en su interior han comenzado a proliferar una serie de roces, movimientos y quiebres localizados, que a su manera, han expresado que su proyecto de encarnar la “democracia” contra la “dictadura” que lo determinaba, se comienza a hacer cada vez más disfuncional a las exigencias de la realidad. El movimiento estudiantil de 2006 y las importantes –aunque reducidas- huelgas obreras de 2007, comenzaron a poner en discusión importantes aspectos del neoliberalismo, presionando a que en su interior emerjan sensibilidades que buscan actuar preventivamente ante los nuevos fenómenos de la lucha de clases. Estos sectores vienen en permanentes disputas con los concertacionistas que pretenden aplicar al pie de la letra las recetas que les dieron éxito en los `90. Pero el conglomerado no consigue articular un proyecto que le de nuevo aliento para el periodo que se avecina. Y eso ha dado pie para una serie de quiebres recientes (en el PPD en 2006, en la DC a fines de 2007 y hace unos meses, en el PS). Y a una serie de roces, como la presentación –por primera vez en la historia del conglomerado- de dos listas paralelas para la elección de concejales en las municipales de octubre.

Es por todos estos elementos que podemos señalar que el triunfo gubernamental de aprobar la LGE en la cámara, tiene sabor a derrota.

La confluencia de profesores y estudiantes en la lucha contra la LGE

Un elemento relevante ha sido la confluencia de profesores y estudiantes –secundarios y universitarios. El malestar con la LGE ha sido el factor unificador.

De todas maneras esta confluencia ha manifestado una serie de límites. Por ejemplo, al interior del movimiento estudiantil, han emergido una serie de pequeños organismos, o semi-organismos, basados en buena medida en corrientes políticas de izquierda, que han permanecido separados, sin discutir ni siquiera un pliego unificado para enfrentar la LGE. En varias ocasiones incluso, han privilegiado sus “pequeños intereses” y se han negado a organizar convocatorias comunes a marchar.

Volviendo a la discusión sobre la LGE y la confluencia de profesores y estudiantes, hay que señalar que una mayor unidad de ambos sectores y la realización de nuevas movilizaciones como la del 4 de junio, hubiese sido útil para ponerle límites a la fuerte política represiva que viene desplegando el Gobierno. Los desalojos a colegios y universidades están a la orden del día. Recién la semana pasada, fueron desalojadas dos importantes universidades de la capital: la Universidad de Santiago y la UMCE. Además de una serie de colegios (varios de ellos han sido desalojados más de 15 veces).

La determinación que tome el Colegio de Profesores en su asamblea nacional extraordinaria del 27 de junio, será determinante para el curso que tome el proceso de lucha contra la LGE.

Una política para enfrentar la educación de mercado

La dirección del Colegio de Profesores viene anunciando la realización de un Congreso Nacional Educativo. Organizar una instancia así es clave para que sean los trabajadores de la educación, en alianza con el movimiento estudiantil, y con otros sectores de trabajadores, los que discutan una alternativa a la educación heredada de la dictadura.

Hay que exigir que sea con delegados mandatados y revocables. Y hay que cerrarle sus puertas a los parlamentarios que buscarán presentarse como amigos, para llevar todo nuevamente a los pasillos de las instituciones del régimen.

¡Retiro inmediato de la LGE del parlamento! ¡Paro nacional educativo, hasta el retiro de la ley!

Quienes militamos en Clase contra Clase, junto a los compañeros independientes de Las Armas de la Crítica, opinamos que la perspectiva ante la educación debe ser luchar por una educación gratuita en todos sus niveles. Y que para eso podemos comenzar ya peleando por una Escuela Nacional Unificada, por acabar con los subsidios a los privados, y por una Segunda Reforma Universitaria, en el camino de una Universidad al servicio de los trabajadores y el pueblo pobre.

25 de junio de 2008

Prensa

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