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Monsanto

ENTREVISTA A LA PERIODISTA MARIE-MONIQUE ROBIN

Argentina según Monsanto

El conflicto entre el Gobierno y las entidades rurales ha revelado el enorme peso de las empresas imperialistas en la producción rural y la agroindustria. Monsanto, la principal multinacional de semillas del mundo, es uno de los grandes protagonistas de esta historia.
Una historia que comienza durante la dictadura militar, cuando Monsanto instala sus plantas para producir semillas y agroquímicos en Zárate y Pergamino.

22 de mayo 2008

¿Qué cuestiones denunciás en el documental?

Hoy Monsanto es el número uno de los OGM (Organismos Genéticamente Modificados), y es el primer semillero del mundo. Estuve investigando 3 años, y decidí hacer un documental que se llama “El Mundo según Monsanto”. Antes había realizado uno sobre Argentina que llamé “Soja: la pesadilla del oro verde”. Es que hoy, más del 60 % del terreno de vuestro país es sembrado con soja transgénica. La que más se utiliza se llama Soja RR, que es manipulada por Monsanto para poder ser fumigada con un herbicida que se llama glifosfato, cuyo nombre comercial es justamente Roundup Ready. Hay muchos problemas. Primero que el glifosfato es el herbicida más temido del mundo. Aunque Monsanto dice que es biodegradable, es mentira. El glifosfato es un cancerígeno muy poderoso. Yo vi y filmé que se está fumigando en todo el país con aviones. Eso contamina el agua, y trae otros problemas de contaminación muy fuertes. Es urgente que esto se sepa para que se tomen medidas.

¿Qué otra consecuencia trae la ‘sojización’, el monocultivo?

La otra cosa muy grave es que esa soja transgénica no fue tampoco probada a nivel de seguridad alimentaria. Sé que hubo una campaña en la Argentina para llevar soja y leche de soja a los barrios populares. Eso también es muy peligroso. Cuando una ve la situación en la Argentina de cómo se está fumigando por todos lados, se está dando soja transgénica a los niños, se está desforestando y desmontando los bosques nativos para sembrar soja transgénica, se da cuenta que la situación es grave, de emergencia. Lo que está en juego al fin y al cabo es la seguridad alimentaria de la Argentina. Entiendo que en este momento la soja tiene buen curso a nivel mundial, pero fíjate lo que dijo el cubano José Martí: “un pueblo que se dedica a un solo cultivo se suicida”.

¿Cuáles son los métodos y objetivos de las grandes semilleras?

Monsanto disimula datos, miente sobre sus productos. En este momento en la Argentina, a través de la soja transgénica, están tomando la agricultura del país y contaminándolo. A nivel mundial, las semillas son patentadas por Monsanto y otras grandes empresas. El agricultor tiene que firmar un contrato por el que no puede dedicar una parte de su cosecha para sembrar en los años siguientes (N de la R : la soja es una especie autógama, los granos cosechados se pueden usar como semilla para la próxima siembra). Fíjate que en distintas partes del mundo, Monsanto tiene una Policía de los Genes. Es una agencia privada que entra en las tierras de los campesinos, de los productores, toma muestras del campo, y si el productor no ha pagado las regalías por las semillas, le pueden hacer juicio. En Argentina, todavía no se reconoce la patente. Sucede que Monsanto, gracias al gobierno de Menem, pudo entrar a la Argentina muy fácilmente. Hizo una trampa: dijo que no iba a pedir regalías pero iba a hacer un paquete tecnológico. Siete años después, cuando se había desarrollado la soja transgénica en todo el país, desmontando, sacando los tambos, el ganado, haciendo subir el precio de las tierras, vino y dijo “aquí está la soja transgénica, hay que pagar regalías”. Hubo un conflicto muy fuerte y Monsanto empezó a parar los barcos que llegaban a Europa con la soja.

Hay que entenderlo así: estos transgénicos son para Monsanto el medio para tomar las semillas del mundo, que son el primer eslabón de la cadena alimentaria. Si no hay resistencia frente a esto, ellos van a controlar todas las semillas. Está en juego la seguridad alimentaria del mundo.

Ellos aseguran que con este método se producen cada vez más alimentos. ¿Hacia donde vamos en realidad?

Esta soja transgénica pone en riesgo la seguridad alimentaria del país. No puede convivir con otras producciones, que no son transgénicas pero dan de comer al pueblo argentino. Estuve en comunidades, que cuando se fumigó cerca de sus plantaciones, afectó sus cultivos, a la gente, sus animales se murieron.

La AAPRESID es la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa. Tienen miles de hectáreas, muchos son pooles de siembra, ligados a Cargill y Monsanto. No son agricultores. Lo único que les importa es sacar dinero por el precio muy alto de la soja. Apuntan a un sistema donde no haya agricultores, sino pooles de siembra.

Que este tipo de cultivos, por su resistencia y extensión, pueden ayudar a solucionar el problema del hambre en el mundo es una mentira total. Toda esta soja va para darle de comer a los animales de Europa. Lo pude ver en India, en Canadá, en Argentina. Son todo lo contrario a la seguridad alimentaria. La seguridad alimentaria es garantizada por la biodiversidad, por pequeños productores que plantan variedades distintas de alimentos.

Son millones y millones las hectáreas sembradas con esta soja transgénica que no le da de comer a nadie, todo lo contrario. Esto conlleva, si continúa así, a lo que podemos considerar un desierto verde.

Entrevistó Lucho Aguilar

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