por Marcelo “Cucha” González - Agrupación Ferroviaria La Bordó Desde las Bases

Hace meses que diversas organizaciones de desocupados piden ser incorporadas al Plan Argentina Trabaja, habiendo desarrollado reiteradas movilizaciones y acampes. Ya anunciaron un plan de lucha de 24, 48 y 72 horas para Marzo, el cual creemos debe ser apoyado por todas las organizaciones obreras y populares para triunfar. Hasta el mismísimo Luis D’Elía presiona a su propio gobierno con sacar miles de desocupados a la calle si el otorgamiento de estos planes sigue estando en manos de los intendentes del Conurbano.

El Plan fue creado por el gobierno nacional con la supuesta finalidad de dar empleo genuino, intentando mitigar los graves problemas de desocupación que padecen millones de trabajadores en la Argentina. Esta medida, si bien podría haber tenido un aire de progresismo, producto de su implementación clientelar y sus condiciones de precariedad laboral terminó siendo muy cuestionada, por su neto corte populista, sin solucionar el problema de la gran desocupación estructural que existe en nuestro país.

El Gobierno no hace más que generar trabajo precario, ya que si bien los beneficiarios están encuadrados legalmente en cooperativas, en la realidad éstas no lo son, sino que quienes obtienen esos empleos están en relación de dependencia con el Estado. Se los encuadra como “cooperativas” para que el trabajador no tenga derechos laborales, no se le haga los aportes patronales, no tenga ART ni obra social, entre otros beneficios. No están incorporados a ningún Convenio Colectivo de Trabajo, ni al de Municipales ni al de la UOCRA, pero deberían estarlo ya que desarrollan las mismas tareas que los trabajadores de esos gremios. Y por otro lado esta mano de obra barata, legalizada por el Estado, queda sujeta al trato clientelar de intendentes y punteros barriales del PJ, convirtiéndose en verdaderos rehenes que, si no van a los actos o marchas, no se les renueva el plan.

Trabajo genuino, de verdad

La presidenta en sus discursos dice estar orgullosa por esta creación de trabajo, que se traduciría en “vivir dignamente”. Pero le preguntamos: ¿es posible que una familia viva dignamente con $1.200? Recordemos que para acceder al Plan Argentina Trabaja ningún otro miembro de la familia debe tener empleo o percibir ningún otro plan de asistencia social, exceptuando el subsidio de $180 por hijo.

Para contrarrestar esta pauperización del trabajo, elevándolo en serio a “trabajo genuino”, y evitar el control clientelar por parte del aparato del PJ, es imprescindible luchar por un verdadero plan de obras públicas, controlado directamente por los movimientos de desocupados y trabajadores, que dé respuesta a la necesidad concreta de miles de puestos trabajo. Un plan de obras públicas que sirva a su vez para solucionar los graves problemas de infraestructura que aquejan a millones de trabajadores en los barrios del Gran Buenos Aires o el interior, creando desagües para evitar las inundaciones, instalando gas natural, asfaltando, etc. Y que construya viviendas, escuelas, hospitales y salas de primeros auxilios. No sólo se estaría dando trabajo genuino, sino que se mejoraría decididamente el nivel de vida de amplios sectores de la población.

Unidad de ocupados y desocupados

En el Ferrocarril Roca, La Bordó Desde Las Bases siempre dio la pelea por trabajo genuino, para que se amplíe la planta de la empresa y se cree un real plan de obras públicas que mejore estructuralmente el pésimo servicio existente, extendiéndolo a otras regiones y provincias. Así se incorporaría a miles de desocupados al ferrocarril. Esta política la llevamos adelante en cada pelea que dimos, donde los ferroviarios que estaban en lucha se organizaban junto a La Bordó y organizaciones de desocupados como CUBa, UTDOCH o FTC. Logramos entonces evitar despidos e incorporamos a decenas de desocupados a la planta permanente bajo convenio de Unión Ferroviaria.

Hoy, con la crisis internacional que nuevamente se avecina, es fundamental unir a las organizaciones piqueteras y territoriales independientes del gobierno. Para ir hasta el final en la lucha contra el clientelismo es necesario superar los límites de las organizaciones piqueteras que se han organizado como “colaterales” de cada partido, y constituir un gran movimiento único de desocupados combativos, con la más amplia libertad de tendencias hacia su interior. Sólo así se podrá combatir el andamiaje clientelar de intendentes y punteros, que se aprovechan de la necesidad de los desocupados, y conquistar trabajo genuino para todos. A su vez es necesario impulsar la unidad entre ocupados y desocupados, aunando filas con las organizaciones combativas de los trabajadores, concretando de esta manera la verdadera unidad de la clase obrera.