Desde la presidencia del Centro de Estudiantes de Filosofía y Humanidades creemos que el apoyo a los reclamos de los trabajadores docentes y no docentes es fundamental en la lucha por la defensa de la Universidad pública, laica y gratuita.
Como lo denuncia ADIUC, su salario se halla postergado en relación a la devaluación del año 2002. Por eso exigen la recomposición salarial, la estabilidad en la carrera docente, el blanqueo de los sueldos en negro y una jubilación del 85 por ciento móvil. 
Como estudiantes somos conscientes de que el discurso de la «excelencia académica» que levantan las autoridades educativas se convierte en una falacia cuando la inmensa mayoría de los docentes universitarios se hallan por debajo de la línea de la pobreza e incluso muchos de ellos se desempeñan como docentes ad honórem.
Esta situación está ligada íntimamente al proceso de desfinanciamiento general que han sufrido las universidades públicas desde la sanción de la Ley de Educación Superior (LES) en el año 1995, bajo el gobierno de Menem. Esta ley que buscaba reconvertir a la Universidad pública, adaptándola a las necesidades de las grandes empresas.
A 10 años de las LES, ésta ha avanzado, entre otras cosas, en consagrar una privatización parcial de las universidades, reflejada en el salto de los posgrados pagos (que crecieron más de un 140 por ciento a nivel nacional); en la elitización de la población universitaria que hoy se recluta mayoritariamente entre sectores de altos ingresos, producto de los mecanismos restrictivos como los cupos y la «contribución voluntaria».
Estos avances contaron con el aval de Franja Morada, corriente que, a través de la conducción de los centros y a FUC, permitió el avance de estas medidas, incluso impulsando la llamada «contribución voluntaria».
Es por todo esto que desde nuestro centro nos proponemos ser motor de la lucha estudiantil por el aumento del presupuesto universitario y por la anulación completa de la LES. Esto significa, en primera instancia, el apoyo incondicional a la lucha docente y no docente, en la perspectiva de empezar a construir otra universidad, ligada a los intereses de los trabajadores y el pueblo.