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Informaciones Obreras

Escribe Chiche Hernández, Delegado de base, Mantenimiento LD, Siderar

Algo se está gestando...

4 de febrero 2005

En San Nicolás está la fábrica más grande del país. Es la vieja acería Somisa, privatizada en los ’90, que quedó en manos de Techint de la familia Rocca. Aún hoy, pese a la reconversión, trabajan más de 5.000 obreros. Desde que se privatizó 14 trabajadores perdieron su vida en accidentes de trabajo y una cifra similar se suicidó, años después de agarrar el retiro voluntario. Sin embargo, Siderar es una de las empresas mimadas por el plan Lavagna-Kirchner y ejemplo del “empresariado nacional” como le gusta decir al presidente.
Gran beneficiada con la devaluación fue nominada en el 2004 como la empresa de mejor desempeño, por la revista de negocios Fortuna, desplazando a Acindar, que quedó en segundo lugar.
La UOM San Nicolás es dirigida desde hace más de 30 años por Naldo Brunelli, discípulo de Lorenzo Miguel y garantía de “paz social” para el monopolio Techint.
Pero en el 2004 la bronca obrera empezó a hacerse oír. Hubo reclamos salariales, y de distinta índole. Y al final del año se provocó un pequeño incidente cuando la empresa sancionó a un trabajador, lo que derivó en un conflicto sectorial. 
Durante el 2004 los trabajadores de Siderar, en especial en Mantenimiento LD, empezamos a hacer reclamos de la condiciones de trabajo y aumento de salarios, ya que estamos muy lejos de la canasta familiar, pero por sobre todo empezamos a cambiar nuestra práctica de cómo canalizar estos reclamos. No esperamos que vengan los directivos de la UOM a informarnos los acuerdos a que llegaron, ni tampoco qué planes tenía la empresa para con los compañeros contratados.
Empezamos a realizar asambleas en las que después de discutir, votábamos y levantábamos un acta con las resoluciones. Así empezamos a plantear y conseguimos que la mayoría de los pibes contratados pasen a planta permanente. También que nuestros ingresos no podían ser menores a la canasta familiar y la necesidad de reunirnos todos en un playón (asamblea general) para decidir qué medidas tomar al respecto. En los congresos de alrededor de 100 delegados en San Nicolás me ocupé de llevar puntualmente estas resoluciones que no fueron atendidas por los directivos del sindicato. Es así que recibimos un magro aumento de unos $30, ya que el gobierno dio $100 y el resto fueron movimientos entre rubros diferentes del mismo salario. Pero en el último congreso unos 15 delegados votaron junto conmigo la propuesta de consultar a los trabajadores en asamblea si estaban de acuerdo con el aumento que nos daba la empresa y 20 se abstuvieron de aprobar la oferta salarial, lógico ya que eran delegados de las contratistas que no reciben ni un mango.
Esto es un hecho inédito en 20 años que tengo de fábrica. Y no exagero. Pese a que el resultado final de la votación obviamente favoreció a aceptar sin protesta el magro aumento, creo que algo empezó a cambiar. Ya no sólo en el sector donde estoy. En otros empieza a plantearse reclamos de aumento de salario donde corrieron distintos petitorios de rechazo a perder conquistas como las seis horas de insalubridad.
En este marco general, y mientras en otros gremios del país como telefónicos, subte, docentes salían a pelear por salario, la patronal nos golpea en el sector suspendiendo por 29 días al compañero Hugo Sívori.
Tengo que decir emocionado que se dio otro hecho inédito, conseguimos que cientos de siderúrgicos firmaran en defensa de Hugo, una campaña externa de cientos de firmas que salió como solicitada en el diario El Norte, resoluciones de asambleas, colectas para cubrir el daño económico, quite de colaboración y logramos que el compañero se reintegre al sector. Este triunfo que saludo desde estas páginas es una muestra más de que algo está cambiando en el ánimo de los trabajadores.

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