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Editorial

¿Alcanzan 100 mil millones para mantener al PJ detrás de los Kirchner?

La reunion del presidente de Repsol, Antoni Brufau, con el matrimonio Kirchner es una muestra del cambio en el régimen de relaciones entre el gobierno, las empresas y el estado. “En la reunión mantenida hoy, tanto Eskenazi como yo hemos tenido ocasión de reiterar ante la presidenta Cristina Fernández el compromiso inversor contraído por YPF con Argentina y le hemos manifestado nuestra gratitud personal por su apoyo”, dijo Brufau.

Comité de Redacción

6 de noviembre 2008

La reunion del presidente de Repsol, Antoni Brufau, con el matrimonio Kirchner es una muestra del cambio en el régimen de relaciones entre el gobierno, las empresas y el estado. “En la reunión mantenida hoy, tanto Eskenazi como yo hemos tenido ocasión de reiterar ante la presidenta Cristina Fernández el compromiso inversor contraído por YPF con Argentina y le hemos manifestado nuestra gratitud personal por su apoyo”, dijo Brufau. El pedido de los capitalistas españoles fue que el Estado sea ahora quien asuma el financiamiento de una inversión que la petrolera se había comprometido en realizar con crédito de las AFJP. En el mismo sentido, se mueven las cadenas de comercios de electrodomésticos que se beneficiaban con los créditos al consumo financiados por las AFJP, mientras que las empresas de la Cámara Argentina de la Construcción se arriman a los favores oficiales ante los planes de obra pública. Si finalmente se aprueba la ley, será el Anses el que maneje gran parte del crédito, y Amado Boudou anunció, como forma de capitalizar los fondos jubilatorios, la realización de “redes de agua potable” y la concreción de los “caminos rurales” ya prometidos por Cristina Kirchner en la puja con los sojeros. El establishment que desde la Asociación Empresaria Argentinas emitió declaraciones de principios “en defensa de la propiedad privada” contra la estatización de los fondos de pensión, al mismo tiempo se acomoda a la nueva situación ante lo que presume como la aprobación en el Congreso del proyecto de ley oficial.

La crisis nacional sigue abierta

El gobierno augura una victoria en el Congreso con la votación de esta semana en la Cámara de Diputados. Los representantes de las gerenciadoras privadas de los fondos de pensión ya abren el paraguas y declaran que van a seguir el camino del reclamo judicial “ante la Corte, si se aprueba la ley”. Pero en las dos o tres semanas que restan para su definitiva aprobación en el Senado la crisis tendrá nuevos capítulos. Desde nuevos intentos de los especuladores financieros de corridas contra el peso, hasta la pulseada que continúa con el juez de Nueva York Thomas Griesa que, ante el anuncio de estatización del sistema provisional, embargó los fondos que las AFJP tenían en EE.UU a pedido de los bonistas acreedores, en un claro ataque a la soberanía nacional de la Argentina. Las modificaciones que el kirchnerismo introdujo en el proyecto de ley incluye, con una clara referencia a que la totalidad de los fondos serán destinados únicamente a los jubilados, un intento de eludir la confiscación de la justicia norteamericana. Estas presiones buscarán dividir al peronismo que, por ahora, solo presenta como figura de oposición interna al diputado Felipe Solá junto al peronismo anti K de los Duhalde, Romero y Rodríguez Saá.

“Votos no positivos”

El ruralista Alfredo De Angeli fue el principal orador de la marcha en defensa de las AFJP, que contrastó con la masiva adhesión de las marchas de Rosario o Palermo en apoyo al “campo”. Los dirigentes Hugo Biolcatti de la Sociedad Rural y Mario Llambías de CRA se movilizaron con los diputados del PRO de Macri, de la Coalición Cívica y con quienes encabezan las reaccionarias marchas que piden leyes más represivas, como el rabino Bergman y Blumberg. La debilidad política del conglomerado derechista convocante se hizo manifiesta en el discurso del propio sojero de Gualeguaychú: “El año que viene es muy importante, hay elecciones. Y sin dudas vamos a saber a quién no votar”. No sólo parecen dar por perdida esta “batalla por la rentabilidad” en el Congreso sino que sólo pueden llamar a un “voto no positivo” al kirchnerismo para las legislativas del 2009, sin poder postular una coalición unificada. Aun cuando el grueso de las clases dominantes declara que, definitivamente, “se ha roto la confianza” con el matrimonio presidencial luego del “ataque a la propiedad privada”, no tienen un recambio a la vista. El “golpe de mercado” que el establishment le armó a Alfonsín en el 89, contaba con el ya electo gobierno de Menem dispuesto a adelantar su asunción del poder. De votarse la ley, la transferencia al Estado de 80 mil millones de pesos de las AFJP que se suman a los que ya tiene el Anses, conformaría un fondo de recursos de por lo menos 100 mil millones de pesos, en manos del gobierno. ¿Alcanzará para mantener alineado al peronismo detrás de los Kirchner?

¿A quién sirve los “preventivos de crisis”?

Pero esos recursos no son suficientes para sostener grandes inversiones estatales que puedan contrapesar la desaceleración de la economía que los capitalistas descargan con suspensiones y despidos. La crisis internacional no sólo impacta con la fuga de capitales que sucede en todo el mundo para refugiarse en el dólar, también entra a la Argentina por la vía de las multinacionales predominantes en una economía nacional extranjerizada, como se ve en el caso de las grandes automotrices. El intento de contener con “preventivos de crisis” en el Ministerio de Trabajo -y con el visto bueno de la CGT- las reestructuraciones que exigen las casas matrices de las grandes compañías que, como General Motors, piden rescates estatales y se fusionan para evitar las quiebras en los propios países centrales, apenas servirá para dejar un tendal de despidos. Sólo en Santa Fe, la dirección del Smata y otros gremios están arreglando con el Anses el pago del seguro por desempleo para 3700 nuevos desempleados que de acá a fin de año buscan acordar con la General Motors, los frigoríficos y las cámaras de comercio. En el mejor de los casos la obra pública anunciada, lejos de un “gran plan keynesiano” como presentan los periodistas oficiales para mantener el pleno empleo, será un paliativo ante la crisis global.

Independencia de clase y realineamientos en la izquierda

En este cuadro de situación, se viene produciendo un importante realineamiento político en las fuerzas de la izquierda. Los que como el PCR y el MST hasta ayer marchaban contra los “superpoderes” y el “presupuesto K” junto a las patronales sojeras de Biolcatti y Buzzi han quedado al garete. La propia Mesa de Enlace se ha dividido entre un sector que desembozadamente defienden las AFJP y los que, como Buzzi, apoyan el proyecto oficial. Víctor De Gennaro con el que Vilma Ripoll señaló “estar en un todo de acuerdo” cuando convocó a reflotar el Movimiento Político y Social para expresar “a los millones que estuvieron en la ruta” luego del lockout agrario, se emblocó con Hugo Yasky y la ley kirchnerista. Y mucho más importante: sectores del movimiento estudiantil más politizados migran de la adhesión a esta izquierda sojera, como mostró la elección a centro de estudiantes en la facultad de Filosofía y Letras de la UBA, donde el frente del PCR y el MST perdió la conducción en su principal bastión nacional, dando el triunfo al bloque “ni K ni campo” que conformamos el PTS y el Partido Obrero.

Desde el PTS llamamos a fortalecer y desarrollar estas tendencias a la independencia política del gobierno y de los sectores patronales, impulsando la coordinación de todas las organizaciones combativas y antiburocráticas de los trabajadores y estudiantes, en cada región del país como impulsamos en la zona Norte del Gran Buenos Aires ante el llamado de la seccional San Fernando del Neumático (ver contratapa), en pos de intervenir en los grandes sindicatos para volcarlos en favor de un plan de lucha nacional en defensa del empleo, las jubilaciones y el salario. Para exigir un verdadero plan de obras públicas controlado por los trabajadores y levantar un programa de conjunto para que la crisis la paguen los capitalistas, empezando por la nacionalización sin pago de la banca y el comercio exterior para evitar la fuga de capitales de las AFJP, los banqueros, multinacionales y especuladores y destinar el ahorro nacional a las necesidades del pueblo trabajador.

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